Capítulo 22. Para dar la bienvenida, ¡un baby shower con sorpresa!
~~*~~
Izuki se dejó arrastrar por Kiyoshi a un
Hotel ya que en el hogar de cada uno sus familias estaban presentes, así que la
privacidad para compartir su
intimidad no existía. No era tampoco que pasaran el tiempo alquilando
habitaciones para hacer el amor, esta era de hecho la primera vez en meses que
decidían gastar un dinero que no
tienen para escaparse así. Los gastos económicos para la llegada de su bebé
parecían incrementarse conforme avanzaba el embarazo, y Kiyoshi estaba
esforzándose al máximo por cubrirlos todos.
– Es vergonzoso hacer esto, Teppei… – El
chico ojo de águila murmura tras
haber entrado en aquella habitación. La mirada del recepcionista le había
resultado incómoda, sobre todo por la forma en que pareció enfocarse en su
tripa… – No había pensado mucho al respecto pero, ¿nuestro hijo estará bien en
este mundo cuando sepan quién es su madre?
– Nuestro hijo sabrá que tú mereces todo el
respeto y el amor del mundo entero, que haya quienes no quieran dártelo será
inevitable, pero no te quitará a tu hijo, Shun. No pienses esas cosas,
estaremos bien, como familia… – El corazón
de hierro trata de confortarle, le abraza y peina sus cabellos oscuros
mirándole con ese mismo amor que él le profesa antes de besarle castamente la
sien.
– Está bien, yo confío en ti. Y creo que
haremos bien nuestro papel de padres, educaremos a nuestro pequeño de la forma
adecuada… – Izuki dice con seriedad, con la seguridad de que a lado de Kiyoshi
todo resultará bien.
– Lo haremos.
Comparten una sonrisa y el resto fluye con
naturalidad. Los besos, las caricias, los suspiros y esas ganas de hacer el
amor. El desnudarse con calma, sacando una a una esas prendas de tela molesta
que estorba en su propósito inicial, mirándose con amor infinito, palpando
juntos aquel bulto en la tripa que les hace sonreír más que enamorados,
emocionados del momento en que aquel pequeño ser pueda estar entre sus brazos,
y que al verlo día a día, recuerden el verdadero motivo por el que están juntos
incluso si son demasiado jóvenes para ello.
En aquel momento sin necesidad de demasiadas
palabras hacer el amor fue cosa de
ternura y sensibilidad. Izuki jadeaba con los ojos entrecerrados y el cuerpo
tembloroso por cada una de aquellas caricias que Kiyoshi fue depositando a lo
largo de su anatomía, mimando ahí donde se ha vuelto más sensible por el
embarazo, consintiéndole con susurros colmados de deseo hacia su persona más
allá de la simple lujuria o el gozo paulatino.
Luego de algún tiempo compartiendo suaves
caricias, Kiyoshi desliza sus atenciones al sur, besa con especial devoción la
abultada tripa de su novio y habla con su bebé con tono cariñoso prometiéndole tratar bien a su mami siempre que él
también se porte bien. Una suave patadita hace gemir quedito al chico ojo de águila y esbozar una sonrisa.
– Creo que eso fue un de acuerdo, papá… – Shun suelta una risita y baja la mirada, trata
de apoyarse en sus codos para tener una mejor visión de su novio bien instalado
entre sus piernas pero su fuerza no es suficiente cuando la mano algo áspera
del corazón de hierro rodea su
virilidad haciéndole ceder y recostar su cabeza nuevamente en la montaña de almohadas dispuesta en su
espalda.
– Tan inteligente como okasan… – Kiyoshi dice
con una mirada especial en sus ojos. Hay travesura y picardía en sus pupilas, y
disfruta de la vista que tiene en aquel instante.
Shun se retuerce ligeramente, muerde su labio
inferior y gime el nombre de su novio. Siente un cosquilleo en sus pezones y no
puede evitar tocarlos con sus propias manos. Kiyoshi siente un tirón en su
ingle y su entrepierna crece otro poco, agitándose deseosa de ocupar aquel
espacio íntimo que conoce significativamente; así que se apresura en
prepararle.
– Nhh Teppei~ – El chico ojo de águila gime agudo, elevando instintivamente la cadera aunque
con la tripa le cueste un poco más por el peso, la mata de cabellos castaños se
ha enterrado en su pelvis y degusta con apremio su virilidad.
Kiyoshi chupa la extensión de Izuki como si
fuese la primera vez que practica felación para él, disfruta del sabor
agridulce de su falo sudando el presemen y al mismo tiempo cuela un dedo entre
sus glúteos aprovechando la altura que un almohadón proporciona a la cadera del
chico ojo de águila. Apenas roza el
estrecho agujero se recuerda que debe ser sumamente cuidadoso ahora así que
recula de su postura dejando a su novio alterado, jadeante entre almohadas y
mantas ligeramente desordenadas, con el rostro colorado y su sedoso cabello
negro desaliñado.
– ¿Qué sucede, Teppei?
– El lubricante.
El corazón
de hierro camina desnudo por la habitación en busca de su bolso, lo
encuentra por ahí en el piso bajo los pantalones de su novio, todo está tirado
al descuido aunque ellos se desnudaron sin prisas. Una sonrisa atraviesa sus
labios mientras vuelve a su sitio y ve a su novio esperándole con las piernas
abiertas y flexionadas, como si solo estuviese esperando cooperar con todo el
día de hoy. Es que ambos tenían demasiadas ganas de amarse así de íntimamente.
Kiyoshi vacía un poco de aquella sustancia
algo pegajosa con aroma frutal –tal como su novio lo había querido al momento
de pasar por aquella sexshop–, la frota en sus dedos y luego esparce otro poco
alrededor de la estrechez de Izuki.
– Frío~
– Lo calentaré ahora, no te preocupes.
Más sonrisas enamoradas y un beso apasionado
mientras Kiyoshi presiona finalmente el primer dígito y siente a Izuki
retorcerse bajo su cuerpo. Relájate le
pide entre besos cortos, desciende luego con lamidas y succiones traviesas por
el torso, se embelesa con la abultada tripa y llega a su objetivo, la erección
del chico ojo de águila que no ha
perdido tamaño, toma la punta entre sus labios y provoca un espasmo de placer
en Izuki, aprovecha entonces aquel momento para presionar su dígito hasta el
fondo, sintiendo las paredes compactarse alrededor de su falange.
– ¡Ahh Teppei~! ¡Más~!
El corazón
de hierro presto mueve su dígito dentro y fuera, presionando en cada
movimiento la carne rugosa del interior de su novio al tiempo que su boca
desciende por el tronco erecto hasta la base. El placer casi parece descomunal
para Izuki.
– Teppei, todo en ti es tan mghh tan grande…
– El chico ojo de águila gimotea
descontrolado, con las mejillas arreboladas de carmín y ese constante ir y
venir de oleadas de placer que le hacen temblar de pies a cabeza.
– Lo sientes porque tu cuerpo es pequeño
Shun… – Kiyoshi dice apartándose apenas lo suficiente de aquel pedazo de carne
caliente cuya punta rojiza sigue provocando en él un deseo incontrolable de
tomarlo entre sus labios.
– Noghh no soy pe-pequeño~
Izuki gimotea con un lindo puchero en sus
labios, Kiyoshi le sonríe y a cambio agrega un segundo dígito que casi roba el
aliento del menor de los dos. Traga de nuevo la erección de su novio y continúa
hasta dilatar del todo la cavidad que habrá de albergar su hombría. Cuando los
labios de Kiyoshi suben presionando el tronco de Izuki, éste no puede contener
más el placer y termina por derramar su esencia en la boca de su novio sin
haber podido advertirle siquiera que estaba por correrse.
– Lo siento~ ha sido culpa tuya por provocarme tanto… – Se queja
avergonzado.
– No me importa, sabes delicioso Shun… –
Kiyoshi limpia las comisuras de sus labios con su propia lengua, relamiéndose
de gusto.
– Tonto.
– Te Amo, Shun.
– Más tonto, decirme eso para que te perdone…
– Gimotea testarudo, dejándose llevar cuando el corazón de hierro abraza su cintura y le levanta sentándole en su
regazo, con las piernas cruzadas para servirle de apoyo… – ¿Qué estás
intentando, pervertido?
– Leí que era más cómodo para ti hacerlo en
posturas donde tomes el control, así que… – Kiyoshi responde besándole los
hombros y el cuello, perfilando su virilidad en dirección de la intimidad de
Izuki, cuyo rubor en el rostro se ha extendido causa de placer y vergüenza.
– ¿Andas investigando este tipo de cosas?
– Por supuesto, todo lo mejor para mi amado y
el cuidado de nuestro bebé.
– Eres maravilloso Teppei. Creo que no te
mer… – Un dedo sella sus labios con suavidad.
– Ni siquiera lo pienses Shun. Soy afortunado
por tenerte, Te Amo.
– Yo también Te Amo, Teppei.
Comparten un beso dulce y profundo mientras
Kiyoshi ayuda a que Izuki baje su cadera y la penetración se efectúe uniendo
sus anatomías en aquella exquisita intimidad. Ahogan gemidos en medio de besos
húmedos y juego de lenguas atrevidas que recorren la boca del otro como si no
tuviesen un mañana para amarse. El rebote de caderas es suave y lento,
siguiendo el ritmo que Izuki puede imponer, pero el goce es sorprendentemente
mayor que cualquier encuentro que pudiesen recordar. Es diferente de muchas
maneras ahora, por eso la sensación de placer es superior. Es hacer el amor sin
ataduras, sin miedos ni fantasmas persiguiéndoles el pensamiento.
…
–
Shin-chan, ¿algún día haremos vida juntos como nuestros amigos?
Midorima había actuado como siempre,
evadiendo los cuestionamientos incómodos que su novio solía hacer. Takao no
había insistido porque no quería provocar a su novio ni orillarlo a tomar
decisiones precipitadas, tampoco tenía ganas de escucharle hablar sobre
horóscopos y la inexistencia de señales
astrales que indicasen que debieran hacer vida juntos.
– ¿Realmente Shin-chan y yo tenemos futuro
como pareja? Sé que estoy enamorado de él hasta la médula pero no sé en qué
manera funciona el amor para él. Aunque incluso hayamos tenido sexo, o hecho el
amor, no sé bien qué esperar de él.
– ¿Y si simplemente le preguntas? – Miyaji,
su excompañero y senpai de Shutoku propuso. Otsubo estaba escuchando también,
pero no parecía estar de acuerdo con la idea de su amigo, una mueca se plasmó
en su rostro apenas le escuchó.
– Ya sabes, puedes ir y preguntarle todo lo
que quieras, pero si Shin-chan no quiere hablar, no lo hará y punto… – El
pelinegro suspiró mirando distraídamente a su novio jugar en las canchas de un
parque donde se reunieron con los senpais graduados e iniciados en su vida
universitaria.
– Hace mucho que no veía a Midorima actuar
tan relajadamente en una cancha. Puede que no sea muy expresivo y te haga
sentir en un claro lleno de neblina, pero creo que a tu lado ha cambiado mucho
más que durante el tiempo que le conocí sin ser tu novio. Tal vez solo debas
tenerle más paciencia… – Otsubo opinó, recibiendo el balón de parte de uno de
los chicos que conformaban la reta que jugaba contra Midorima.
– Kazunari, date prisa y ven aquí, estos
inútiles no entienden mi forma de jugar como tú… – El ojiverde replicó con el
ceño fruncido, acomodando sus anteojos y agitando sus hombros para evitar que
se tensen.
– Ya voy, Shin-chan… – Takao sonrió andando
lentamente al interior de la cancha.
Sí, tal vez todo lo que necesitaba era seguir
teniéndole mucha paciencia a Midorima, y esperar que ese amor que vislumbra en
sus pupilas cuando hacen el amor, perdure para toda una vida juntos.
…
En realidad ha sido idea de Kise, y ha pedido
la cooperación casi exclusiva de Riko y Momoi porque no quiere estresar a Izuki
y Sakurai, y definitivamente no quiere a otros semes metiendo sus narices en un
asunto tan delicado como este.
– Hay que invitar a todos nuestros amigos.
– No creo que la casa de Kagami-kun sea lo
suficientemente amplia para que estén todos nuestros amigos, Kise-kun.
– No te preocupes, Riko-chan, podemos rentar
un local.
– Bueno, si cooperamos entre todos podría
resultar.
– ¡No~ Momoicchi! Me encargaré de eso,
digamos que será parte de mi regalo para Kurokocchi y Kagamicchi por ser padres
primero.
– Etto… – Suspiraron ambas chicas.
– Entonces, vayamos de compras. ¡Hay mucho
que hacer!
Y cuando Kise iba de compras. Era toda una
aventura. Incluso si aquella actividad resulta favorita para chicas como Momoi,
incluso un poco como Riko, hacerlo en compañía del modelo era, a falta de otra
palabra, agotador física y mentalmente. Si por Kise fuera probablemente
derrocharía sus riquezas en hacer todo por sus amigos. Con algo de suerte ha
conseguido tener cierto autocontrol desde que sale con Kasamatsu.
Un par de días habían sido suficientes para
organizar ese baby shower para Kuroko. Le han llevado a la fiesta a base de
engaños, Kagami incluido. Cuando llegaron al local fueron recibidos por un
enorme arco de globos coloridos y un letrero de letras brillantes que rezaba Baby Shower para Kurokocchi, obviamente
el rubio se había empeñado en dejar su sello en la reunión.
– Supongo que Kise-kun estuvo a cargo de
prepararlo todo… – El peliazul dijo con una sonrisita, entrando y recibiendo un
animado grito de Felicidades que le
hizo sentir honestamente emocionado… – Son increíbles, chicos.
– Vamos, hay que comenzar cuanto antes con
todo~ – El rubio fue por ellos, seguido por Kasamatsu, que estaba preocupado
por la cantidad de energía que su prometido parecía tener el día de hoy con sus
ocho meses de gestación y una tripa que parecía no pesarle en absoluto.
– No comas ansias, desesperado… – El
pelirrojo le gruñó divertido por el puchero que inmediatamente cobró vida en
labios del modelo.
– Kagamicchi es malo~ – Gimoteó enseñándole
infantilmente la lengua.
– Gracias, Kise-kun, por organizar esto para
nosotros.
– Técnicamente es para ti Kurokocchi,
Kagamicchi viene por añadidura porque es tu prometido.
Así fue como el baby shower comenzó. Con
Aomine y Sakurai llegando tarde por culpa
del castaño.
– ¡Llegan tarde~ Aominecchi!
– No molestes Kise.
– ¡Oh por dios! ¿Desde cuándo tienes ese
anillo Sakurai-kun? – El modelo inquirió con gesto curioso y ojos dorados
brillantes.
– Esto… – Sakurai sonrió avergonzado, mirando
a su prometido en busca de ayuda. No parecía que Kise fuera a conformarse con
una sencilla respuesta y a él le avergonzaba de sobremanera hablar de los
detalles.
– Te digo que no fastidies Kise. Deja en paz
a mi prometido y vamos a continuar, ¿no se supone que es el día de Tetsu?
El rubio pucheó otra vez, pero admitió
dejarles ir al menos ese día, ya luego se encargaría de sonsacarles la verdad.
Quería saber con lujo de detalle cómo es que Aomine Daiki había propuesto
matrimonio al tierno Sakurai Ryo.
– De todas maneras no me lo imagino siendo
romántico como mi Yukio… – Murmuró para sí, mirando distraídamente a todos
hablar animados, algunos haciéndole preguntas a Kuroko y Kagami sobre el estado
de salud del peliazul y los planes que tienen para el futuro.
Izuki y Kiyoshi entendían lo nerviosos que se
encontraban por el próximo nacimiento –la fecha aproximada estaba programada
para la semana entrante–, ellos aunque aún estaban a meses de estrenarse en la
paternidad ya se sentían ansiosos por un montón de cosas. Sakurai y Aomine se
unieron a la conversación sin participar demasiado, al castaño le avergonzaba y
todavía le costaba un poco sentirse parte del círculo de amigos, mientras que
el moreno; bueno, sabemos cómo es la personalidad del prodigio así que.
Riko y Hyuga estaban sentados muy juntos y
con las manos entrelazadas, lo que hacía que algunas bromas cayeran sobre ellos
y se les tiñeran las mejillas de rubor. Momoi por su parte se sentía un poco
extraña en aquel ambiente lleno de parejas, a donde volteara encontraba miradas
enamoradas y besos furtivos, la pelirosa estaba feliz por Kuroko, pero una
parte de ella seguía profundamente enamorada del peliazul y se preguntaba si es
que algún día conocería a alguien que le hiciera sentir como expresan todos sus
amigos. Hasta Midorima estaba contento con Takao sentado en sus piernas
molestándole con pícaro cariño.
Estaban ahí también Koganei y Mitobe, el minino ansioso por iniciar con los
juegos que Kise había prometido muy divertidos. Tsuchida con su novia habían
avisado que llegarían más tarde, tenían ese mismo día un compromiso con la
familia de la chica. Furihata, Kawahara y Fukuda estaban invitados pero no
habían podido asistir por compromisos con sus propias familias.
Kise había mandado una invitación para
Himuro, Murasakibara y Akashi también, pero dudaba que fueran a presentarse. No
es que tuviera algún motivo en particular, simplemente había sido un
presentimiento.
– Momoicchi, por qué pareces deprimida.
– No es nada, Kise-kun. Me puse un poco
nostálgica porque estaba recordando viejos tiempos. Eso es todo.
– Vamos a comenzar con algunos juegos
entonces, para que te animes.
La pelirosa agradeció el espíritu vital y
enérgico del rubio, era un escandaloso y todo, pero era un amigo al que
apreciaría toda la vida. Kise anunció entonces el primer juego, donde solo
estaban incluidos los semes.
– ¡Eh! ¡Pero yo también quiero participar! –
Koganei protestó con los mofletes inflados.
– Ni siquiera sabía que tú ibas abajo, gatito… – Kise dijo con aire desinteresado, el minino se sonrojó y Mitobe le regaló una sonrisa tranquilizadora,
cediéndole su lugar si así lo quería… – ¡Nada de eso! Solo S E M E S. ¡Yukio~
cariño, tienes que ganar!
– Empieza de una buena vez, Kise.
– Aominecchi~ soy un hombre embarazado,
trátame con más respeto y amabilidad.
– Esas son cosas que solo tengo para Ryo,
idiota.
– Está bien, vamos a comenzar todos ya… –
Momoi y Riko tomaron entonces la batuta del juego… – Comenzaremos con los
Biberones, en este juego ganará quien beba más rápido el contenido del biberón
que le tocará.
– ¿Tendremos que succionar? – Kagami preguntó con aire desconfiado.
– Seguro que sabes hacerlo muy bien Kagami,
por algo Kuroko está con barriguita… – Hyuga dijo con maldad, haciendo
enrojecer furiosamente a la pareja.
– ¡Entonces mi Shin-chan ganará!
– Cállate, Kazunari.
Aomine enarcó una ceja mirando detenidamente
el biberón frente a él. Pensaba que era ridículo jugar a esto, pero
inevitablemente se acordó de sus momentos de mayor intimidad con Sakurai y un
brillito especial titiló en sus pupilas azul metálico.
– ¡Chicos, no avergüencen a Kuroko y a
Sakurai! – Riko protestó, viendo cómo en particular ellos dos parecían los más
avergonzados del momento.
Así fue como finalmente decidieron dejar los
comentarios pícaros para después e iniciaron el juego. Momoi contó hasta tres y
entonces Kagami, Aomine, Midorima, Mitobe, Kiyoshi, Kasamatsu y Hyuga
comenzaron, tomaron del biberón succionando la mamila con prisas, maldiciendo
cuando notaron que poco salía de ellas. Aomine y Midorima fueron los primeros
en protestar con frustración, Kagami agitaba su biberón intentando comprender
su funcionamiento –todo y que ha estado practicando con biberones para su bebé
en casa, estos no eran iguales–, Mitobe succionaba con tranquilidad, sea o no
que gane, todo lo que puede hacer es succionar y succionar, además la leche
fría tenía sabor a fresa, el favorito de su minino,
seguro que luego unos besos les vendrían bien. Kasamatsu le lanzó una mirada
furtiva a Kise, en sus pupilas se leía el reclamo silencioso por ponerlo en
estos ridículos aprietos. Kiyoshi llevaba ya más de la mitad de su contenido, y
Hyuga estaba que se tiraba de los cabellos por no avanzar casi nada, ¡está en
desventaja que él no ha hecho nada de
nada con Riko!
El resto de los chicos estaban
divertidísimos, Kuroko sonreía echándole porras a Kagami, con esos gestos cutes
que lo hacían lucir adorable y desconcentraban al pelirrojo. Sakurai intentaba
animar a Aomine, pero el moreno estaba más concentrado en ganar que nada, lo
que al castaño para nada le extrañó. Al final el ganador fue Kiyoshi seguido
apenas por poco por Mitobe.
– Eso demuestra quien aquí es mejor succionando… – Takao dijo agitando
las cejas pícaramente. Su novio le fulminó con la mirada, casi indignado por el
comentario… – Claro que para mí tú sigues siendo el mejor, Shin-chan.
Cuando pensaban seguir con los juegos, Kuroko
llamó a Kagami, había algo en su tono de voz que puso en alerta al pelirrojo.
– Taiga, creo que nuestro bebé ya viene.
– ¿Ya viene? ¡Ya viene!
Entonces todos entraron en pánico. Venga, que
aunque hubieran querido estar tranquilos, la noticia tomó a todos con demasiado
sorpresa como para pensar con claridad. Kagami asaltó a Kuroko con un montón de
preguntas mientras le instaba a salir con sumo cuidado a la calle, tendrían que
tomar un taxi, y luego tendría que pedirle a alguno de sus amigos que fueran a
su casa por la maleta preparada para este caso. Kise dejó de chillar al borde
de la histeria y recordó que su chofer estaba a la vuelta de la esquina.
– Él les llevará rápidamente a la clínica,
nosotros les alcanzaremos en taxis… – Había dicho y todos vieron a la pareja
partir. Riko y Momoi junto con Hyuga fueron los encargados de ir por la maleta
a casa del pelirrojo.
– Respira Tetsuya, como aprendimos en las
clases.
– Eso hago, Taiga.
– ¿Estás nervioso?
– Sí. Pero también me siento bien porque
estás conmigo.
– Todo saldrá bien. Aunque se adelante una
semana.
– Tan descuidado como su padre… – Kuroko
sonrió, frunciendo el ceño y derramando involuntariamente unas lágrimas cuando
otra contracción se hizo presente.
– Mientras herede todo lo demás de ti, está
bien si tiene algún defecto.
– Nunca dije que fuera un… defecto, amo cada
rasgo de tu personalidad, Taiga.
– Oye, soy yo quien debe consolarte y
apoyarte más ahora, Tetsuya. Te Amo.
El camino a la Clínica fue así. Entre gestos
de dolor por las contracciones y palabras de amor, Kagami y Kuroko marchaban a
lo que parecía ser el momento esperado. El nacimiento de su bebé.
--//--
De camino a casa del pelirrojo, Momoi y Riko
trataban de poner en orden algunas cosas que seguramente se le escaparían a la
pareja con la llegada de su pequeño adelantada una semana. Si es que no se
trataba de una falsa alarma.
– ¿Deberíamos avisarle a los papás de Kuroko?
– Sería mejor esperar un poco a ver qué le
dicen a Kagami, hay que saber si Kuroko si tendrá al bebé ya.
– Momoi-san, ¿sabes cómo se tomó Himuro todo
esto? Creo que Kuroko y Kagami han estado demasiado metidos en el embarazo pero
descuidaron algunas otras cosas.
– ¿Himuro-kun? No lo sé, no hablo mucho con
él, aunque Murasakibara-kun siempre dice que le ve relajado y casi no menciona
a Kagami.
– ¿Ellos dos son, pareja?
– No estoy segura, Riko. Antes pensaba que
Akashi-kun tenía algo con Murasakibara-kun; pero con Himuro-kun se lleva muy
bien también. La última vez que supe de ellos parecía que estaban teniendo
algunos, problemas creo. Honestamente diría que entre ellos tres sucede algo
raro.
– ¿Raro?
– Como un triángulo amoroso.
– Oh.
– Chicas, podríamos enfocarnos en lo más
importante. Kuroko puede estar a nada de dar a luz.
– Hyuga-kun, no hacemos mal en hablar de
otras cosas, además todo surgió porque Riko quiso saber de Himuro-kun; de todas
maneras, ¿no deberían estar más en contacto con él ustedes? Él es hermano de Kagami-kun.
– Te lo dije Momoi, Kuroko y Kagami se
centraron en lo del embarazo y muchas otras cosas quedaron pendientes.
– ¿Eso podría ser malo?
– Esperemos que no.
--//--
Mientras tanto, Kuroko era preparado para
entrar a quirófano. Efectivamente, su pequeño nacería ya. Y Kagami, bueno, él
había decidido desmayarse en mal
momento.
Continuará……
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