CAPÍTULO
8. SUNGJAE
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Jaejoong
se quedó estático en su sitio. Encontrarse con su hijo de esta forma tan
precipitada hacía vibrar su Aliento y
emocionaba a su corazón. Tuvo unos deseos irrefrenables de abalanzarse sobre el
muchacho y estrecharle fuerte entre sus brazos. No le abrazaba hace tanto
tiempo que dudaba que SungJae recordara el calor de su cuerpo. Ha crecido
tanto, y está más guapo en persona que en fotografías, las imágenes no le hacen
justicia a su belleza. Y tan alto. Seguramente heredó ese rasgo de su padre, aunque el zorro de ojos negros
poco quiera pensar en las características físicas de Yoon Hoo que podría
observar ahora en su hijo. Su hijo. Una lágrima rodó inconscientemente por su
mejilla. Tanta añoranza.
—
¿Omma?
—Estás tan grande, SungJae… — El zorro
sonrió, alzando la mano para alcanzar la mejilla de su hijo, acariciando con
súbito amor maternal su piel… —Lo siento tanto.
—
Omma, no tienes qué disculparte por nada. Tío Shin Hae me explicó todo hace
algún tiempo, no te culpo por haberme dejado… — El muchacho dijo con tono
comprensivo, sonriendo feliz bajo la caricia del mayor, arropando con su mano
la del zorro de ojos negros… — Estoy tan contento que siento que mis colas
podrían liberarse.
—Oh, tan emotivo como Junsu… — Jaejoong
dijo casi inconscientemente, ladeando el rostro ligeramente, recordando a sus
hermanos y la curiosidad que deben estar experimentando ante su ausencia.
—
¿Quién es Junsu, omma?
—Uno de tus tíos, el mayor. Aunque en
personalidad parezca que ChangMin lo es. Junsu y ChangMin son mis hermanos. ¿Te
gustaría conocerlos?
—
Quiero conocer todo de ti, omma.
—¿Incluso si no estuve contigo durante tanto
tiempo?
—
Incluso si hubieras tardado otros doscientos años en venir. Siempre he querido
estar contigo, omma. No te guardo el mínimo rencor.
—Tú deberías. No he estado contigo desde que
eras un bebé. Y cuando tuve que dejarte con Shin Hae, me perdí de todo lo que
ha pasado contigo. De todo.
—
Pero sigo siendo yo, tu hijo. Omma, vamos a conversar en otro sitio. Tengo
tantas cosas qué preguntarte… — SungJae dijo cuando se dio cuenta de que la
gente se les quedaba mirando cuando les pasaban por el lado. Lo más seguro es
que todos ahí estuvieran pensando cosas raras
al verles actuar tan cariñosos, sobre todo porque en apariencia, Jaejoong jamás
pasaría por su madre.
—Espera, SungJae, por qué no pareces
sorprendido al verme. Es como si, como si lo hubieras estado esperando… —
El zorro de ojos negros se percata repentinamente, tirando de él apenas a un
lado en la calle. Se sintió feliz cuando los dedos de SungJae se aferraron a
los suyos. Parecía realmente necesitado de su cariño, de su compañía.
—
He tenido este sueño desde hace dos años. Por eso abandoné las montañas y vine
a la ciudad. Sabía que en algún momento íbamos a encontrarnos. Estuve anhelando
este día durante tanto, tanto tiempo. Que no puedo más que sentirme feliz y
dichoso. Omma, ¿ya no vas a dejarme, verdad?
—SungJae.
—
¿Vas a hacerlo?
Jaejoong
agitó la cabeza de un lado a otro en negación. Y la sonrisa de su hijo se hizo
más amplia.
—¿A dónde caminabas?
—Un
amigo vive aquí cerca. Bueno, su familia, porque él comparte habitación conmigo
en los dormitorios de la Universidad.
—¿Un amigo? ¿Quién es él?
—
Se llama YongGuk, es un buen chico. Te va a agradar.
Jaejoong
frunció el entrecejo. Honestamente, que un chico que vive con su hijo le vaya a agradar de buenas a primeras, va a ser
enteramente difícil.
—
¿A dónde ibas tú, omma?
El
zorro de ojos negros aclaró la garganta. De hecho, casi olvidaba que estaba
rumbo al departamento de Yunho. ¿No era esto demasiada coincidencia? ¿Que Yunho
y la familia del amigo de SungJae vivan cerca? A Jaejoong le parecía más que
cosa del destino. Por alguna razón, no podía evitar sentirse inquieto.
—Al departamento de alguien que ha estado
apoyando a la familia desde hace unos días. Tus tíos están ahí, ¿quieres venir?
—
¡Sí! ¿Vas a presentarme como tu hijo?
—Por qué no. ¿Te incomodaría?
—
Siento que se trata de un orgullo enorme, ser presentado como tu hijo. Nunca he
sido presentado como hijo de nadie, Tío Shin Hae siempre me presentó como su
sobrino.
El
pecho de Jaejoong se agitó con melancolía. SungJae sin embargo no dejaba de
sonreír aferrado a su mano. Quería estar con su omma después de todo.
…
Departamento
de Jung Yunho
Sentirse
un poco incómodo en su propio hogar no era nada bueno, pero tampoco es como si
tuviera más opciones. Al menos de momento, esperar era todo lo que el moreno
podía hacer. Mientras tanto, sus amigos y los zorros se han dispuesto en parejas. Le da un poco de envidia, pero
al mismo tiempo gracia. A él no le importaría estar así con Jaejoong, aunque lo
suyo con el zorro de ojos negros no parezca más que mera sucesión de los
hechos. Junsu está ahí porque salvó la vida de Yoochun, y ChangMin junto a
Jaejoong simplemente habían sido arrastrados
en la aventura. Que ChangMin se esté entendiendo tan bien con Hayami tampoco le
extraña, al japonés parece gustarle el reto que representa para él el carácter
del zorro menor. Lo que fuera, el moreno a veces sentía que sus amigos tienen
más química con los zorros, que lo que él puede lograr con Jaejoong, y es que
el hermetismo del zorro mayor parece superarle.
—
¿En qué piensas, Yunho? — Mokomichi le preguntó, cuando fue dejado de lado a
cambio de comida y es que ChangMin había pedido pizza a domicilio, algo de
sushi y también comida local.
—
No en mucho. ¿Y tú? ¿Qué es lo que estás pensando, Hayami?
—
De qué.
—
No te hagas el idiota conmigo. Sabes que ellos no están aquí para quedarse,
¿verdad? Si sigues cayendo por
ChangMin…
—
¿Caer por él? Yunho, me conoces, ¿crees que estoy cayendo por él?
El
moreno suspiró.
No.
Esa es la respuesta.
Porque
sabe y comprende, que Mokomichi ya cayó en el amor con ChangMin. No se trata de
cuán rápido sucedió, sino simplemente de que el amor es así, enamorarse es lo
que toma un poco más de tiempo. Descubrir la compatibilidad, otro tanto. Pero
el amor en sí, la parte más primitivamente
emocional ya está en su corazón.
—
¿Qué? — El zorro de ojos oscuros preguntó con tono hosco cuando se percató de
que tanto el moreno como el japonés le estaban observando.
—
Nada. ¿Está rico? — Mokomichi sonrió divertido al contemplar esas expresiones
de disgusto que provocaba en el zorro.
Mientras
que Yunho optaba por abandonar el comedor y salir a la estancia. Lo cual no era
justamente mejor, porque desde ahí veía al pelirrojo junto a su amigo
platicando en el balcón.
—Vaya, realmente siento que estoy sobrando.
Espero que Jaejoong no tarde en volver.
Después
de unos minutos, Junsu comenzó a inquietarse. Tendría que hablar con Yoochun
acerca de su decisión de convertirse en humano. O podía engañarle un poquito y
simplemente pedirle que conserve su Aliento
durante 30 días más a partir de esa noche de luna llena. La cosa era que a él
no le gustaba en particular mentir, y se le daba bastante mal –que por algo La Abuela siempre le ha pillado en sus
travesuras–.
—
Comienza a atardecer.
—Yoochun ah~
—
¿Qué?
—¿Te importaría guardar mi Aliento durante treinta
días más?
—
¿Por qué? ¿Tan grave fue mi caída en las montañas que aún debo conservarlo
treinta días más?
El
pellirrojo estuvo a punto de afirmar a su pregunta, pero su conciencia se lo
impidió y terminó negando con la cabeza.
—Es un favor que estoy pidiéndote.
—
¿Favor? ¿Para qué necesitas que conserve tu Aliento
por tantos días más?
Cuando
Junsu estaba por contestar, tan honestamente como le fuera posible pero
temiendo contar toda la verdad; el timbre del departamento sonó distrayendo a
todos. Yunho fue a atender creyendo que se trataría de algo más que ChangMin
pidió a domicilio, pero grande fue su sorpresa cuando vio a Jaejoong al otro
lado de la puerta. Acompañado por un apuesto jovencito que sonreía aferrado a
la mano del mayor.
—
Jaejoong.
—Buenas tardes. Lamento la demora. ¿Podemos
pasar, Yunho ah?
—
Se-seguro. Adelante.
El
moreno se hizo a un lado permitiéndoles el paso, algo en su interior se agitó
aún más cuando notó que el jovencito no soltaba la mano del zorro de ojos
negros. ¿Estaba celoso?
—
¡Te conozco! — Exclamó de pronto el joven, sonriendo a un moreno que parpadeó
confundido. Luego también pareció atar cabos y memoró lo de esa tarde, unas
horas antes… — Chocamos accidentalmente por la calle.
—
Sí.
—Así que, básicamente se encontraron antes… —
Jaejoong dijo mirando de hito en hito a su hijo y al moreno.
—
Así parece. Pero, ¿ustedes de dónde se conocen, Jaejoong? Creí que no conocías
a nadie por aquí. Eso fue lo que dijiste antes, ¿no?
—Antes de que continúes haciendo preguntas,
permítanme presentarlo. A todos…— El zorro de ojos negros se sentó en uno
de los sofás de la estancia, donde también se reunieron todos los demás. Yunho
permanecía inquieto, más que los otros.
Junsu
y ChangMin de inmediato sintieron una especie de conexión especial con este
muchacho, y sus Alientos parecían
responder a su presencia. Aunque en el caso del Aliento de Junsu, quien sintiera también su vibrar cálido fuera el
pelinegro.
—Esto que voy a decir será un poco increíble
para todos, pero por favor, no pidan demasiadas explicaciones. Procuraré
decirles lo que necesitan.
Cuando
todos asintieron, y luego de que ChangMin ofreciera amablemente –en verdad, amablemente, y eso era mucho tratándose
del zorro de ojos oscuros– de sus alimentos, la verdad fue revelada.
—Él es SungJae. Kim SungJae, mi hijo.
Concebido hace casi doscientos años con Kim Yoon Hoo. Criado por Shin Hae,
sirviente de Yoon Hoo en aquel entonces, contenedor de mi Aliento cuando había
decidido renunciar a mi condición mágica.
La
informalidad, los vacíos inmediatos. La consternación.
—¿Tú hijo? ¿Nuestro sobrino?
— Sí.
— ¿Cómo es que no
sabíamos nada de él hasta ahora?
—
Porque así lo decidí, ChangMin.
—Por qué.
—Cuál crees que habría sido la reacción de la
Abuela al enterarse de que había tenido un hijo con un humano.
—¡Pero pudiste decirnos! ¡Confiar en
nosotros!
— Esta situación va más
allá de la confianza, ChangMin.
— ¿Sí? Porque no veo la
razón, Jaejoong.
—Lo importante ahora es que nos hemos
reunido, ChangMin ah… — Junsu dijo interrumpiendo el diálogo, cortando de
tajo con la molestia de su hermano menor. Aunque podía entenderlo, no tenía
caso discutir de esto ahora… —Así que,
SungJae, tienes un bonito nombre.
—
Gracias.
—Yo soy Junsu, o al menos ese es el nombre
que tengo ahora. Yoochun ah me lo ha dado~
—
Es un gusto conocerlos a todos… — SungJae finalmente inclinó la cabeza en
reverencial respeto hacia los mayores.
—
¿Tuviste un hijo con Yoon Hoo? — El moreno cuestionó. Y el zorro de ojos negros
pudo percatarse del tono áspero de su voz… — Habías dicho que la razón por la
que no confiabas en los humanos fue la traición de esa persona.
Jaejoong
endureció la mirada. No le gusta para nada el hecho de que Yunho se sienta con
algún derecho de reclamarle nada.
—
El pasado de mi omma con mi padre no debería ser motivo para castigar mi
existencia, ¿no piensa así? — SungJae dirigió su mirada al moreno… — ¿O es que
mi presencia ahora le disgusta?
Jung
sostuvo la mirada del muchacho. Y sintió vergüenza sobre su propia actitud. Sin
embargo, no había podido evitarlo. La idea de que Jaejoong haya tenido un hijo
con el hombre que parece haber marcado una diferencia entre su vida pasada y el
presente, le provocaba un montón de cosas.
—
No. Me disculpo por mi arrebato. Voy a preparar té… — Y entonces Yunho optó por
la retirada hacia la cocina. Jaejoong le siguió con la mirada, y supo que
debería hablar más tarde personalmente con él. Tal vez mañana, hoy ya tendría
muchas cosas qué hacer.
—Hazlo ahora, hermano.
—
Creo que Tío Junsu tiene razón, omma.
El
pelirrojo sonrió radiante cuando escuchó al muchacho llamarle “tío”. Era
extraño pero al mismo tiempo se sentía muy bien. Le gustaba esta idea de tener
un sobrino, y su instinto no le mentía, era un chico lleno de cualidades, con
un buen corazón. Jaejoong volvió la mirada hacia su hijo, la madurez que le
mostraba le dejaba ver claramente cuán bien le había criado Shin Hae.
—No es necesario, hablaré después con Yunho
ah.
—
Omma, no vamos a separarnos más, ¿verdad?
—No, eso ya te lo había dicho.
—
Por eso, mi amor es incondicional desde el momento en que me concebiste. Pero
lo que tú tienes con Yunho hyung puede ser más, frágil omma. Tío Shin Hae me
habló de mi padre, y no le tengo particular estima, aunque tampoco rencor; pero
sé que quiero que tú seas feliz. Yunho hyung está celoso, y puedo sentir tu Aliento agitado por algo que niegas en
tu mente pero sientes en el corazón.
Jaejoong
abrió sus ojos con sorpresa, SungJae era intuitivo, pero por sobre todo muy
noble. Y definitivamente su vínculo con él era poderoso, aunque presentir las
reacciones del Aliento de otro gumiho
era bastante común entre los zorros, la sensación que Jaejoong tiene al estar
junto a su hijo superaba todo lo que ha experimentado con sus hermanos. O quizá
era simplemente que estaba dichoso de estar con su hijo. Por primera vez en
casi doscientos años estaba frente a frente con él, hablando, observándole,
tocándole. A decir verdad, en ese tiempo al principio a menudo visitaba las
montañas para ver desde lejos a su hijo, está seguro de que Shin Hae le
presintió en cada ocasión. Durante casi diez décadas desde el nacimiento de
SungJae y hasta el momento en que la Abuela los castigó encerrándoles en la pintura, el zorro de ojos negros había visitado
a su hijo pero sin animarse en acercarse a él, salvo cuando estaba dormido.
Shin Hae toda vez lo invitaba a quedarse un poco más de tiempo, a convivir con
SungJae, a tratarle.
—No
puedo Shin Hae.
—Eres
su “madre”. ¿No es lo normal que te comportes como tal?
—Pero
Shin Hae, la razón por la que te he pedido que cuides de él es porque quiero
mantenerle a salvo. Cuanto más le conozca, cuanto más le ame, más vulnerable
podría ser yo ante La Abuela. Y no quiero que ella sepa de SungJae.
— ¿Es
por eso que le diste un nombre y un apellido?
—Sí,
SungJae debe crecer tan humano como tú puedas enseñarle. Cuando haya crecido lo
suficiente, podrá decidir qué hacer con su vida.
—¿Y
cuándo te presentarás ante él?
—Yo.
Aún no lo sé. No sé si él querrá conocerme cuando haya crecido. El tiempo
transcurrirá lento para él, crecerá a un ritmo muy diferente al de las personas
a su alrededor, excepto tú. Es por eso que no puedo confiarle su crianza a
nadie más que a ti, Shin Hae; sé que le criarás de la mejor manera posible.
—Dime
una cosa, ¿por qué el apellido de Yoon Hoo?
—¿Hyung? ¡Hyung!
—Qué. Lo siento, me distraje.
—¿Te distrajiste? Te quedaste en blanco un
buen rato, estábamos preocupándonos.
—Estoy bien, por favor no se preocupen.
Jaejoong
observó a su alrededor, sus hermanos, sus amigos, su hijo; todos le miraban con
aprehensión. Él curva una sonrisa y cambia de tema, o eso intenta; los ojos
marrones de Yunho le atraen. Y recuerda que estaban hablando de ello cuando su
mente se estancó en el pasado.
—
Omma, por favor habla con él ahora.
—Lo haré, cuando haya terminado un asunto con
tus tíos, SungJae. Además, dijiste que ibas con uno de tus amigos, ya he tomado
mucho de tu tiempo.
—
Eso no importa, ya le avisé que no pasaría por su casa hoy, YongGuk me
disculpará con su familia por mi ausencia. Quiero pasar cada minuto posible
contigo, omma.
—Vaya, antes toda tu atención estaba sobre
nosotros hyung, pero ahora tienes un hijo que encantado recibirá toda ella. De
este modo ChangMin y yo podemos sentirnos un poco más libres~
—¿Eso quiere decir que hasta ahora no se
habían sentido libres? — Jaejoong preguntó alzando finamente una ceja. El
pelirrojo asintió animado. Mientras que su hermano menor desviaba la mirada. A
decir verdad la atención del zorro mayor a veces era un poquito exhaustiva… —Oh…
—
A SungJae no le importa tener la atención de omma las veinticuatro horas del
día… — El muchacho dijo con una sonrisa de oreja a oreja, pegándose a Jaejoong,
chocando sus mejillas y colgándosele del brazo, aunque estén sentados.
—Creo que heredaste mucha de la genética de
tu tío Junsu… — El zorro de ojos negros sonrió al ver lo cariñoso que es su
hijo. Algo que sabe no heredó en carácter de él, y duda que lo haya hecho de su
padre.
Hayami
y Yoochun que hasta el momento se han mantenido al margen, comenzaron a sentir
que en esta reunión familiar ellos no
tenían demasiada cabida. Luego de pronto el japonés fue arrastrado fuera por el
zorro de ojos oscuros, que anunció simplemente que tenía algo qué atender con
el de tez tostada. Jaejoong y Junsu imaginan lo que quiere, después de todo la
medianoche se acerca y el menor aún no tiene un contenedor para su Aliento. Técnicamente Junsu tampoco,
pero confía en que Yoochun no se niegue cuando le diga que aún no puede tomarlo
de vuelta.
Mientras
ellos dos han salido, Yunho sirve té para todos en la estancia, pero se
mantiene lejos de Jaejoong y su hijo SungJae. Todavía resulta difícil para su
mente asimilar la situación.
…
—
Por qué la prisa en salir, ChangMin.
—Tengo algo urgente que pedirte. Quiero que
lo hagas y sin hacer preguntas… — El zorro de ojos oscuros frunció el ceño
cuando el japonés alzó una ceja en clara inconformidad a sus condiciones… —¿Por favor?
—
No. No hago favores sin saber al menos un poco el por qué. Ya suficiente había
hecho cuando Yoochun nos pidió ayudarle con ustedes, y todavía tengo muchas
dudas respecto a ti como Gumiho, he respetado porque es parte de tu privacidad,
pero esa condición tajante de no preguntas, no puedo acatarla.
—
¿Eres tan recto?
—
Es más como que quiero fastidiarte~
—Idiota… — El zorro de ojos oscuros le
fulminó con la mirada, aunque el japonés ni siquiera se inmutó, por el
contrario sonreía todavía más divertido… —¿En
serio tengo que darte explicaciones? ¿No puedes simplemente hacer un favor como
buen samaritano que eres?
—
Ya estoy siendo buen samaritano contigo.
—Eres tan exasperante.
—
Es en serio ChangMin, no quiero todos los detalles, pero al menos algo.
—Quiero que conserves mi Aliento durante
treinta días, y que en ese tiempo no tengas pensamientos impuros conmigo…
—
¡Stop! No, me niego.
—¿Ah?
—
Vamos ChangMin, en serio, ¿de dónde voy a sacar fuerza de voluntad para evitar
los pensamientos impuros contigo? Sé que no estás ajeno a las cosas y sabes que
desde el primer beso que nos dimos hace unas noches, no puedo verte como si
nada. ¡Sueño contigo haciéndote el amor!
La
cara y hasta las orejas del zorro de ojos oscuros se llenaron de rubor. Tan
avergonzado que terminó maldiciendo entre dientes durante minutos. Mokomichi
por su parte no pensaba retractarse.
—Pues necesito que te controles.
—
No puedo prometerlo.
—Pero necesito un “contenedor”.
—
Por qué.
—¿Eh?
—
Para qué necesitas que alguien contenga tu Aliento
durante un mes. Obviamente no es lo mismo que Yoochun está haciendo, ustedes
dijeron que él tiene el Aliento de
Junsu para salvar su propia vida. ¿Cuál es tu razón?
—Es… simplemente algo que tengo qué hacer.
—
No. Tan pocas palabras no me bastan ChangMin. ¿Qué es lo que tu hermano y tú
pretenden? ¿Tiene alguna relación con la Luna Llena de esta noche?
El
zorro de ojos oscuros le sostuvo la mirada al japonés. Lo ha presentido desde
que lo conoció, que este hombre es más inteligente de lo que hace notar en
apariencia.
…
— SungJae, ¿eres gumiho
como nosotros?
—
Sí, tío Junsu.
—¿Podemos ver tus colas?
—
¿Puedo, omma?
—Claro, si tú quieres.
SungJae
se puso en pie, mirando de hito en hito a todos los presentes con un dejo de
vergüenza. Sus finos rasgos delicados acentuaban su belleza, la piel clara, las
ruborizadas mejillas, el largo y sedoso cabello negro, los expresivos ojos
ónix, los labios de un tono carmín poco menos profuso que el de su madre. Yunho pudo admirar la herencia de
Jaejoong en la apariencia del muchacho, internamente sonrió, mil veces
preferible que se parezca al zorro de ojos negros y no al hombre por quien fue
tan herido. Yoochun miraba atento, aunque no particularmente interesado. Junsu
sonreía con algarabía, estaba emocionado.
—
No se las he mostrado a nadie más que al Tío Shin Hae, creo que me siento un
poco cohibido.
—Está bien SungJae, incluso si no quisieras
mostrarnos.
—
Pero sí quiero omma, solo es un poco vergonzoso.
Sonriendo,
SungJae finalmente reveló sus colas. Las nueve esponjosas colas ondearon en su
espalda baja, poseen un color marfil brillante y son más gruesas que las de los
otros tres zorros, también un poco más largas aunque no se nota gran diferencia
a simple vista. Lo que llamó más la atención, es que en el muchacho se
mostraron también sus otras características zorrunas, las orejas redondeadas
color blanco arenoso, los colmillos finos bajo sus labios, las uñas largas
afiladas, los irises cruzados por un tono zafiro.
—Es, tu transformación completa SungJae.
—
¿Mh? ¿Completa? ¿Eso qué significa, omma?
—Vamos por partes, siempre, toda la vida
desde que recuerdas, ¿te has transformado así?
—
¿Hay acaso otra forma? Tío Shin Hae no sabía mucho sobre eso.
—Bueno hyung, tal vez nosotros tenemos más
control sobre nuestra verdadera naturaleza porque hemos crecido entre criaturas
mágicas. Él por otra parte ha crecido entre humanos.
—Lo sé, Junsu ah. Lo sé.
Jaejoong
se talló las sienes un momento. No tenía motivo alguno por alterarse. Esto es
absolutamente normal.
—Tus colas son hermosas~ dan ganas de tocarlas,
¿puedo?
—
Por supuesto, tío Junsu.
El
pelirrojo se acercó emocionado, acariciando una de las esponjosas colas marfil
que parecían regocijarse bajo su toque. El sonrojo de SungJae se acentuó bajo
su caricia, y Junsu se sintió por primera vez en largo tiempo, como un
verdadero adulto. Su sobrino era mucho más mono
que ChangMin.
—
Tío, ¿podría ver tus colas también?
—¡Encantado~! — Junsu ni siquiera
necesitó una segunda petición. Sus colas se revelaron al instante, agitándose
esplendorosas aquí y allá, enredándose con las de SungJae como si de hecho se
saludaran.
Park
jadeó inquieto cuando vio las colas del pelirrojo. Por alguna razón el Aliento contenido en su pecho le pinchó
cuando su pensamiento se desvió hacia la zona baja de su anatomía. ¡Está
jodido! ¡Mira que excitarse con la apariencia zorruna de Junsu!
Jaejoong
miró de soslayo a Yunho, él seguía tan callado que estaba derrumbando su
paciencia. No quería hablar aún con él, pero sabe que lo que su hijo dijo
anteriormente es verdad. Quizá lo mejor era no posponerlo más. Y aún tiene
tiempo para la medianoche.
—Yunho ah, ¿podemos hablar a solas?
El
moreno asintió, invitándole entonces a salir al balcón.
—Sobre SungJae…
—
No tienes que decirme nada si no quieres, Jaejoong ah.
—Pero quieres saber, ¿no es así? Incluso lo
dijiste antes, que querías saber todo acerca de mí.
—
Sí, pero siempre que realmente quieras, y no porque te sientas presionado o
algo.
—No suelo dejar que las circunstancias me
orillen a hacer algo que no quiero. Pero debo admitir que en parte esta vez las
circunstancias sí me están afectando un poco. Sin embargo, no es que no quiera
decírtelo, es que es un tema que he dado por zanjado incluso con mis hermanos.
—
¿Y vas a decirme a mí?
—Sí. Pero antes quiero que me digas con
sinceridad, ¿por qué te afectó tanto saber que tengo un hijo?
Yunho
le miró fijamente. Él también se lo ha preguntado en esos minutos. Las imágenes
en su cabeza le tincan un dolorcito en el pecho que lo incomoda.
…Flashback…
Doscientos
años atrás
El
zorro de ojos negros se alejó de Yoon Hoo cuando éste le miró con tal
desprecio. La herida punzante cerca de su corazón sangraba, y la magia que
cubre su cuerpo ardía sofocándole en un dolor que nunca antes había
experimentado.
—
No eres más que un monstruo. ¡Me estuviste engañando todo este tiempo!
Continuará……
Jajaja que rápido se negó HM, su prioridad es su deseo sexual por CM 🤣
ResponderBorrarMi lindo JJ, tener q estar separado de tu hijo debió ser lo más feo q viviste, eso es más doloroso q lo q te pudo haber hecho yoon hoo 😭
Jajaja Me imaginé a ChangMin soltando su apretada lista de improperios toditos injuriado a Hayami por imaginadolo todo cachondo en sus brazos jajaajaj.
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