miércoles, 28 de diciembre de 2016

Nine Tailed Fox. CAPÍTULO 8.



CAPÍTULO 8. SUNGJAE
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Jaejoong se quedó estático en su sitio. Encontrarse con su hijo de esta forma tan precipitada hacía vibrar su Aliento y emocionaba a su corazón. Tuvo unos deseos irrefrenables de abalanzarse sobre el muchacho y estrecharle fuerte entre sus brazos. No le abrazaba hace tanto tiempo que dudaba que SungJae recordara el calor de su cuerpo. Ha crecido tanto, y está más guapo en persona que en fotografías, las imágenes no le hacen justicia a su belleza. Y tan alto. Seguramente heredó ese rasgo de su padre, aunque el zorro de ojos negros poco quiera pensar en las características físicas de Yoon Hoo que podría observar ahora en su hijo. Su hijo. Una lágrima rodó inconscientemente por su mejilla. Tanta añoranza.

— ¿Omma?

Estás tan grande, SungJae… — El zorro sonrió, alzando la mano para alcanzar la mejilla de su hijo, acariciando con súbito amor maternal su piel… —Lo siento tanto.

— Omma, no tienes qué disculparte por nada. Tío Shin Hae me explicó todo hace algún tiempo, no te culpo por haberme dejado… — El muchacho dijo con tono comprensivo, sonriendo feliz bajo la caricia del mayor, arropando con su mano la del zorro de ojos negros… — Estoy tan contento que siento que mis colas podrían liberarse.

Oh, tan emotivo como Junsu… — Jaejoong dijo casi inconscientemente, ladeando el rostro ligeramente, recordando a sus hermanos y la curiosidad que deben estar experimentando ante su ausencia.

— ¿Quién es Junsu, omma?

Uno de tus tíos, el mayor. Aunque en personalidad parezca que ChangMin lo es. Junsu y ChangMin son mis hermanos. ¿Te gustaría conocerlos?

— Quiero conocer todo de ti, omma.

¿Incluso si no estuve contigo durante tanto tiempo?

— Incluso si hubieras tardado otros doscientos años en venir. Siempre he querido estar contigo, omma. No te guardo el mínimo rencor.

Tú deberías. No he estado contigo desde que eras un bebé. Y cuando tuve que dejarte con Shin Hae, me perdí de todo lo que ha pasado contigo. De todo.

— Pero sigo siendo yo, tu hijo. Omma, vamos a conversar en otro sitio. Tengo tantas cosas qué preguntarte… — SungJae dijo cuando se dio cuenta de que la gente se les quedaba mirando cuando les pasaban por el lado. Lo más seguro es que todos ahí estuvieran pensando cosas raras al verles actuar tan cariñosos, sobre todo porque en apariencia, Jaejoong jamás pasaría por su madre.

Espera, SungJae, por qué no pareces sorprendido al verme. Es como si, como si lo hubieras estado esperando… — El zorro de ojos negros se percata repentinamente, tirando de él apenas a un lado en la calle. Se sintió feliz cuando los dedos de SungJae se aferraron a los suyos. Parecía realmente necesitado de su cariño, de su compañía.

— He tenido este sueño desde hace dos años. Por eso abandoné las montañas y vine a la ciudad. Sabía que en algún momento íbamos a encontrarnos. Estuve anhelando este día durante tanto, tanto tiempo. Que no puedo más que sentirme feliz y dichoso. Omma, ¿ya no vas a dejarme, verdad?

SungJae.

— ¿Vas a hacerlo?

Jaejoong agitó la cabeza de un lado a otro en negación. Y la sonrisa de su hijo se hizo más amplia.

¿A dónde caminabas?

—Un amigo vive aquí cerca. Bueno, su familia, porque él comparte habitación conmigo en los dormitorios de la Universidad.

¿Un amigo? ¿Quién es él?

— Se llama YongGuk, es un buen chico. Te va a agradar.

Jaejoong frunció el entrecejo. Honestamente, que un chico que vive con su hijo le vaya a agradar de buenas a primeras, va a ser enteramente difícil.

— ¿A dónde ibas tú, omma?

El zorro de ojos negros aclaró la garganta. De hecho, casi olvidaba que estaba rumbo al departamento de Yunho. ¿No era esto demasiada coincidencia? ¿Que Yunho y la familia del amigo de SungJae vivan cerca? A Jaejoong le parecía más que cosa del destino. Por alguna razón, no podía evitar sentirse inquieto.

Al departamento de alguien que ha estado apoyando a la familia desde hace unos días. Tus tíos están ahí, ¿quieres venir?

— ¡Sí! ¿Vas a presentarme como tu hijo?

Por qué no. ¿Te incomodaría?

— Siento que se trata de un orgullo enorme, ser presentado como tu hijo. Nunca he sido presentado como hijo de nadie, Tío Shin Hae siempre me presentó como su sobrino.

El pecho de Jaejoong se agitó con melancolía. SungJae sin embargo no dejaba de sonreír aferrado a su mano. Quería estar con su omma después de todo.

Departamento de Jung Yunho

Sentirse un poco incómodo en su propio hogar no era nada bueno, pero tampoco es como si tuviera más opciones. Al menos de momento, esperar era todo lo que el moreno podía hacer. Mientras tanto, sus amigos y los zorros se han dispuesto en parejas. Le da un poco de envidia, pero al mismo tiempo gracia. A él no le importaría estar así con Jaejoong, aunque lo suyo con el zorro de ojos negros no parezca más que mera sucesión de los hechos. Junsu está ahí porque salvó la vida de Yoochun, y ChangMin junto a Jaejoong simplemente habían sido arrastrados en la aventura. Que ChangMin se esté entendiendo tan bien con Hayami tampoco le extraña, al japonés parece gustarle el reto que representa para él el carácter del zorro menor. Lo que fuera, el moreno a veces sentía que sus amigos tienen más química con los zorros, que lo que él puede lograr con Jaejoong, y es que el hermetismo del zorro mayor parece superarle.

— ¿En qué piensas, Yunho? — Mokomichi le preguntó, cuando fue dejado de lado a cambio de comida y es que ChangMin había pedido pizza a domicilio, algo de sushi y también comida local.

— No en mucho. ¿Y tú? ¿Qué es lo que estás pensando, Hayami?

— De qué.

— No te hagas el idiota conmigo. Sabes que ellos no están aquí para quedarse, ¿verdad? Si sigues cayendo por ChangMin…

— ¿Caer por él? Yunho, me conoces, ¿crees que estoy cayendo por él?

El moreno suspiró.
No. Esa es la respuesta.
Porque sabe y comprende, que Mokomichi ya cayó en el amor con ChangMin. No se trata de cuán rápido sucedió, sino simplemente de que el amor es así, enamorarse es lo que toma un poco más de tiempo. Descubrir la compatibilidad, otro tanto. Pero el amor en sí, la parte más primitivamente emocional ya está en su corazón.

— ¿Qué? — El zorro de ojos oscuros preguntó con tono hosco cuando se percató de que tanto el moreno como el japonés le estaban observando.

— Nada. ¿Está rico? — Mokomichi sonrió divertido al contemplar esas expresiones de disgusto que provocaba en el zorro.

Mientras que Yunho optaba por abandonar el comedor y salir a la estancia. Lo cual no era justamente mejor, porque desde ahí veía al pelirrojo junto a su amigo platicando en el balcón.

Vaya, realmente siento que estoy sobrando. Espero que Jaejoong no tarde en volver.

Después de unos minutos, Junsu comenzó a inquietarse. Tendría que hablar con Yoochun acerca de su decisión de convertirse en humano. O podía engañarle un poquito y simplemente pedirle que conserve su Aliento durante 30 días más a partir de esa noche de luna llena. La cosa era que a él no le gustaba en particular mentir, y se le daba bastante mal –que por algo La Abuela siempre le ha pillado en sus travesuras–.

— Comienza a atardecer.

Yoochun ah~

— ¿Qué?

¿Te importaría guardar mi Aliento durante treinta días más?

— ¿Por qué? ¿Tan grave fue mi caída en las montañas que aún debo conservarlo treinta días más?

El pellirrojo estuvo a punto de afirmar a su pregunta, pero su conciencia se lo impidió y terminó negando con la cabeza.

Es un favor que estoy pidiéndote.

— ¿Favor? ¿Para qué necesitas que conserve tu Aliento por tantos días más?

Cuando Junsu estaba por contestar, tan honestamente como le fuera posible pero temiendo contar toda la verdad; el timbre del departamento sonó distrayendo a todos. Yunho fue a atender creyendo que se trataría de algo más que ChangMin pidió a domicilio, pero grande fue su sorpresa cuando vio a Jaejoong al otro lado de la puerta. Acompañado por un apuesto jovencito que sonreía aferrado a la mano del mayor.

— Jaejoong.

Buenas tardes. Lamento la demora. ¿Podemos pasar, Yunho ah?

— Se-seguro. Adelante.

El moreno se hizo a un lado permitiéndoles el paso, algo en su interior se agitó aún más cuando notó que el jovencito no soltaba la mano del zorro de ojos negros. ¿Estaba celoso?

— ¡Te conozco! — Exclamó de pronto el joven, sonriendo a un moreno que parpadeó confundido. Luego también pareció atar cabos y memoró lo de esa tarde, unas horas antes… — Chocamos accidentalmente por la calle.

— Sí.

Así que, básicamente se encontraron antes… — Jaejoong dijo mirando de hito en hito a su hijo y al moreno.

— Así parece. Pero, ¿ustedes de dónde se conocen, Jaejoong? Creí que no conocías a nadie por aquí. Eso fue lo que dijiste antes, ¿no?

Antes de que continúes haciendo preguntas, permítanme presentarlo. A todos…— El zorro de ojos negros se sentó en uno de los sofás de la estancia, donde también se reunieron todos los demás. Yunho permanecía inquieto, más que los otros.

Junsu y ChangMin de inmediato sintieron una especie de conexión especial con este muchacho, y sus Alientos parecían responder a su presencia. Aunque en el caso del Aliento de Junsu, quien sintiera también su vibrar cálido fuera el pelinegro.

Esto que voy a decir será un poco increíble para todos, pero por favor, no pidan demasiadas explicaciones. Procuraré decirles lo que necesitan.

Cuando todos asintieron, y luego de que ChangMin ofreciera amablemente –en verdad, amablemente, y eso era mucho tratándose del zorro de ojos oscuros– de sus alimentos, la verdad fue revelada.

Él es SungJae. Kim SungJae, mi hijo. Concebido hace casi doscientos años con Kim Yoon Hoo. Criado por Shin Hae, sirviente de Yoon Hoo en aquel entonces, contenedor de mi Aliento cuando había decidido renunciar a mi condición mágica.

La informalidad, los vacíos inmediatos. La consternación.

¿Tú hijo? ¿Nuestro sobrino?

— Sí.

— ¿Cómo es que no sabíamos nada de él hasta ahora?

— Porque así lo decidí, ChangMin.

Por qué.

Cuál crees que habría sido la reacción de la Abuela al enterarse de que había tenido un hijo con un humano.

¡Pero pudiste decirnos! ¡Confiar en nosotros!

— Esta situación va más allá de la confianza, ChangMin.

— ¿Sí? Porque no veo la razón, Jaejoong.

Lo importante ahora es que nos hemos reunido, ChangMin ah… — Junsu dijo interrumpiendo el diálogo, cortando de tajo con la molestia de su hermano menor. Aunque podía entenderlo, no tenía caso discutir de esto ahora… —Así que, SungJae, tienes un bonito nombre.

— Gracias.

Yo soy Junsu, o al menos ese es el nombre que tengo ahora. Yoochun ah me lo ha dado~

— Es un gusto conocerlos a todos… — SungJae finalmente inclinó la cabeza en reverencial respeto hacia los mayores.

— ¿Tuviste un hijo con Yoon Hoo? — El moreno cuestionó. Y el zorro de ojos negros pudo percatarse del tono áspero de su voz… — Habías dicho que la razón por la que no confiabas en los humanos fue la traición de esa persona.

Jaejoong endureció la mirada. No le gusta para nada el hecho de que Yunho se sienta con algún derecho de reclamarle nada.

— El pasado de mi omma con mi padre no debería ser motivo para castigar mi existencia, ¿no piensa así? — SungJae dirigió su mirada al moreno… — ¿O es que mi presencia ahora le disgusta?

Jung sostuvo la mirada del muchacho. Y sintió vergüenza sobre su propia actitud. Sin embargo, no había podido evitarlo. La idea de que Jaejoong haya tenido un hijo con el hombre que parece haber marcado una diferencia entre su vida pasada y el presente, le provocaba un montón de cosas.

— No. Me disculpo por mi arrebato. Voy a preparar té… — Y entonces Yunho optó por la retirada hacia la cocina. Jaejoong le siguió con la mirada, y supo que debería hablar más tarde personalmente con él. Tal vez mañana, hoy ya tendría muchas cosas qué hacer.

Hazlo ahora, hermano.

— Creo que Tío Junsu tiene razón, omma.

El pelirrojo sonrió radiante cuando escuchó al muchacho llamarle “tío”. Era extraño pero al mismo tiempo se sentía muy bien. Le gustaba esta idea de tener un sobrino, y su instinto no le mentía, era un chico lleno de cualidades, con un buen corazón. Jaejoong volvió la mirada hacia su hijo, la madurez que le mostraba le dejaba ver claramente cuán bien le había criado Shin Hae.

No es necesario, hablaré después con Yunho ah.

— Omma, no vamos a separarnos más, ¿verdad?

No, eso ya te lo había dicho.

— Por eso, mi amor es incondicional desde el momento en que me concebiste. Pero lo que tú tienes con Yunho hyung puede ser más, frágil omma. Tío Shin Hae me habló de mi padre, y no le tengo particular estima, aunque tampoco rencor; pero sé que quiero que tú seas feliz. Yunho hyung está celoso, y puedo sentir tu Aliento agitado por algo que niegas en tu mente pero sientes en el corazón.

Jaejoong abrió sus ojos con sorpresa, SungJae era intuitivo, pero por sobre todo muy noble. Y definitivamente su vínculo con él era poderoso, aunque presentir las reacciones del Aliento de otro gumiho era bastante común entre los zorros, la sensación que Jaejoong tiene al estar junto a su hijo superaba todo lo que ha experimentado con sus hermanos. O quizá era simplemente que estaba dichoso de estar con su hijo. Por primera vez en casi doscientos años estaba frente a frente con él, hablando, observándole, tocándole. A decir verdad, en ese tiempo al principio a menudo visitaba las montañas para ver desde lejos a su hijo, está seguro de que Shin Hae le presintió en cada ocasión. Durante casi diez décadas desde el nacimiento de SungJae y hasta el momento en que la Abuela los castigó encerrándoles en la pintura, el zorro de ojos negros había visitado a su hijo pero sin animarse en acercarse a él, salvo cuando estaba dormido. Shin Hae toda vez lo invitaba a quedarse un poco más de tiempo, a convivir con SungJae, a tratarle.

No puedo Shin Hae.

Eres su “madre”. ¿No es lo normal que te comportes como tal?

Pero Shin Hae, la razón por la que te he pedido que cuides de él es porque quiero mantenerle a salvo. Cuanto más le conozca, cuanto más le ame, más vulnerable podría ser yo ante La Abuela. Y no quiero que ella sepa de SungJae.

— ¿Es por eso que le diste un nombre y un apellido?

Sí, SungJae debe crecer tan humano como tú puedas enseñarle. Cuando haya crecido lo suficiente, podrá decidir qué hacer con su vida.

¿Y cuándo te presentarás ante él?

Yo. Aún no lo sé. No sé si él querrá conocerme cuando haya crecido. El tiempo transcurrirá lento para él, crecerá a un ritmo muy diferente al de las personas a su alrededor, excepto tú. Es por eso que no puedo confiarle su crianza a nadie más que a ti, Shin Hae; sé que le criarás de la mejor manera posible.

Dime una cosa, ¿por qué el apellido de Yoon Hoo?

¿Hyung? ¡Hyung!

Qué. Lo siento, me distraje.

¿Te distrajiste? Te quedaste en blanco un buen rato, estábamos preocupándonos.

Estoy bien, por favor no se preocupen.

Jaejoong observó a su alrededor, sus hermanos, sus amigos, su hijo; todos le miraban con aprehensión. Él curva una sonrisa y cambia de tema, o eso intenta; los ojos marrones de Yunho le atraen. Y recuerda que estaban hablando de ello cuando su mente se estancó en el pasado.

— Omma, por favor habla con él ahora.

Lo haré, cuando haya terminado un asunto con tus tíos, SungJae. Además, dijiste que ibas con uno de tus amigos, ya he tomado mucho de tu tiempo.

— Eso no importa, ya le avisé que no pasaría por su casa hoy, YongGuk me disculpará con su familia por mi ausencia. Quiero pasar cada minuto posible contigo, omma.

Vaya, antes toda tu atención estaba sobre nosotros hyung, pero ahora tienes un hijo que encantado recibirá toda ella. De este modo ChangMin y yo podemos sentirnos un poco más libres~

¿Eso quiere decir que hasta ahora no se habían sentido libres? — Jaejoong preguntó alzando finamente una ceja. El pelirrojo asintió animado. Mientras que su hermano menor desviaba la mirada. A decir verdad la atención del zorro mayor a veces era un poquito exhaustiva… —Oh…

— A SungJae no le importa tener la atención de omma las veinticuatro horas del día… — El muchacho dijo con una sonrisa de oreja a oreja, pegándose a Jaejoong, chocando sus mejillas y colgándosele del brazo, aunque estén sentados.

Creo que heredaste mucha de la genética de tu tío Junsu… — El zorro de ojos negros sonrió al ver lo cariñoso que es su hijo. Algo que sabe no heredó en carácter de él, y duda que lo haya hecho de su padre.

Hayami y Yoochun que hasta el momento se han mantenido al margen, comenzaron a sentir que en esta reunión familiar ellos no tenían demasiada cabida. Luego de pronto el japonés fue arrastrado fuera por el zorro de ojos oscuros, que anunció simplemente que tenía algo qué atender con el de tez tostada. Jaejoong y Junsu imaginan lo que quiere, después de todo la medianoche se acerca y el menor aún no tiene un contenedor para su Aliento. Técnicamente Junsu tampoco, pero confía en que Yoochun no se niegue cuando le diga que aún no puede tomarlo de vuelta.

Mientras ellos dos han salido, Yunho sirve té para todos en la estancia, pero se mantiene lejos de Jaejoong y su hijo SungJae. Todavía resulta difícil para su mente asimilar la situación.


— Por qué la prisa en salir, ChangMin.

Tengo algo urgente que pedirte. Quiero que lo hagas y sin hacer preguntas… — El zorro de ojos oscuros frunció el ceño cuando el japonés alzó una ceja en clara inconformidad a sus condiciones… —¿Por favor?

— No. No hago favores sin saber al menos un poco el por qué. Ya suficiente había hecho cuando Yoochun nos pidió ayudarle con ustedes, y todavía tengo muchas dudas respecto a ti como Gumiho, he respetado porque es parte de tu privacidad, pero esa condición tajante de no preguntas, no puedo acatarla.

— ¿Eres tan recto?

— Es más como que quiero fastidiarte~

Idiota… — El zorro de ojos oscuros le fulminó con la mirada, aunque el japonés ni siquiera se inmutó, por el contrario sonreía todavía más divertido… —¿En serio tengo que darte explicaciones? ¿No puedes simplemente hacer un favor como buen samaritano que eres?

— Ya estoy siendo buen samaritano contigo.

Eres tan exasperante.

— Es en serio ChangMin, no quiero todos los detalles, pero al menos algo.

Quiero que conserves mi Aliento durante treinta días, y que en ese tiempo no tengas pensamientos impuros conmigo…

— ¡Stop! No, me niego.

¿Ah?

— Vamos ChangMin, en serio, ¿de dónde voy a sacar fuerza de voluntad para evitar los pensamientos impuros contigo? Sé que no estás ajeno a las cosas y sabes que desde el primer beso que nos dimos hace unas noches, no puedo verte como si nada. ¡Sueño contigo haciéndote el amor!

La cara y hasta las orejas del zorro de ojos oscuros se llenaron de rubor. Tan avergonzado que terminó maldiciendo entre dientes durante minutos. Mokomichi por su parte no pensaba retractarse.

Pues necesito que te controles.

— No puedo prometerlo.

Pero necesito un “contenedor”.

— Por qué.

¿Eh?

— Para qué necesitas que alguien contenga tu Aliento durante un mes. Obviamente no es lo mismo que Yoochun está haciendo, ustedes dijeron que él tiene el Aliento de Junsu para salvar su propia vida. ¿Cuál es tu razón?

Es… simplemente algo que tengo qué hacer.

— No. Tan pocas palabras no me bastan ChangMin. ¿Qué es lo que tu hermano y tú pretenden? ¿Tiene alguna relación con la Luna Llena de esta noche?

El zorro de ojos oscuros le sostuvo la mirada al japonés. Lo ha presentido desde que lo conoció, que este hombre es más inteligente de lo que hace notar en apariencia.


— SungJae, ¿eres gumiho como nosotros?

— Sí, tío Junsu.

¿Podemos ver tus colas?

— ¿Puedo, omma?

Claro, si tú quieres.

SungJae se puso en pie, mirando de hito en hito a todos los presentes con un dejo de vergüenza. Sus finos rasgos delicados acentuaban su belleza, la piel clara, las ruborizadas mejillas, el largo y sedoso cabello negro, los expresivos ojos ónix, los labios de un tono carmín poco menos profuso que el de su madre. Yunho pudo admirar la herencia de Jaejoong en la apariencia del muchacho, internamente sonrió, mil veces preferible que se parezca al zorro de ojos negros y no al hombre por quien fue tan herido. Yoochun miraba atento, aunque no particularmente interesado. Junsu sonreía con algarabía, estaba emocionado.

— No se las he mostrado a nadie más que al Tío Shin Hae, creo que me siento un poco cohibido.

Está bien SungJae, incluso si no quisieras mostrarnos.

— Pero sí quiero omma, solo es un poco vergonzoso.

Sonriendo, SungJae finalmente reveló sus colas. Las nueve esponjosas colas ondearon en su espalda baja, poseen un color marfil brillante y son más gruesas que las de los otros tres zorros, también un poco más largas aunque no se nota gran diferencia a simple vista. Lo que llamó más la atención, es que en el muchacho se mostraron también sus otras características zorrunas, las orejas redondeadas color blanco arenoso, los colmillos finos bajo sus labios, las uñas largas afiladas, los irises cruzados por un tono zafiro.

Es, tu transformación completa SungJae.

— ¿Mh? ¿Completa? ¿Eso qué significa, omma?

Vamos por partes, siempre, toda la vida desde que recuerdas, ¿te has transformado así?

— ¿Hay acaso otra forma? Tío Shin Hae no sabía mucho sobre eso.

Bueno hyung, tal vez nosotros tenemos más control sobre nuestra verdadera naturaleza porque hemos crecido entre criaturas mágicas. Él por otra parte ha crecido entre humanos.

Lo sé, Junsu ah. Lo sé.

Jaejoong se talló las sienes un momento. No tenía motivo alguno por alterarse. Esto es absolutamente normal.

Tus colas son hermosas~ dan ganas de tocarlas, ¿puedo?

— Por supuesto, tío Junsu.

El pelirrojo se acercó emocionado, acariciando una de las esponjosas colas marfil que parecían regocijarse bajo su toque. El sonrojo de SungJae se acentuó bajo su caricia, y Junsu se sintió por primera vez en largo tiempo, como un verdadero adulto. Su sobrino era mucho más mono que ChangMin.

— Tío, ¿podría ver tus colas también?

¡Encantado~! — Junsu ni siquiera necesitó una segunda petición. Sus colas se revelaron al instante, agitándose esplendorosas aquí y allá, enredándose con las de SungJae como si de hecho se saludaran.

Park jadeó inquieto cuando vio las colas del pelirrojo. Por alguna razón el Aliento contenido en su pecho le pinchó cuando su pensamiento se desvió hacia la zona baja de su anatomía. ¡Está jodido! ¡Mira que excitarse con la apariencia zorruna de Junsu!

Jaejoong miró de soslayo a Yunho, él seguía tan callado que estaba derrumbando su paciencia. No quería hablar aún con él, pero sabe que lo que su hijo dijo anteriormente es verdad. Quizá lo mejor era no posponerlo más. Y aún tiene tiempo para la medianoche.

Yunho ah, ¿podemos hablar a solas?

El moreno asintió, invitándole entonces a salir al balcón. 

Sobre SungJae…

— No tienes que decirme nada si no quieres, Jaejoong ah.

Pero quieres saber, ¿no es así? Incluso lo dijiste antes, que querías saber todo acerca de mí.

— Sí, pero siempre que realmente quieras, y no porque te sientas presionado o algo.

No suelo dejar que las circunstancias me orillen a hacer algo que no quiero. Pero debo admitir que en parte esta vez las circunstancias sí me están afectando un poco. Sin embargo, no es que no quiera decírtelo, es que es un tema que he dado por zanjado incluso con mis hermanos.

— ¿Y vas a decirme a mí?

Sí. Pero antes quiero que me digas con sinceridad, ¿por qué te afectó tanto saber que tengo un hijo?

Yunho le miró fijamente. Él también se lo ha preguntado en esos minutos. Las imágenes en su cabeza le tincan un dolorcito en el pecho que lo incomoda.

…Flashback…
Doscientos años atrás

El zorro de ojos negros se alejó de Yoon Hoo cuando éste le miró con tal desprecio. La herida punzante cerca de su corazón sangraba, y la magia que cubre su cuerpo ardía sofocándole en un dolor que nunca antes había experimentado.

— No eres más que un monstruo. ¡Me estuviste engañando todo este tiempo!


Continuará……

2 comentarios:

  1. Jajaja que rápido se negó HM, su prioridad es su deseo sexual por CM 🤣
    Mi lindo JJ, tener q estar separado de tu hijo debió ser lo más feo q viviste, eso es más doloroso q lo q te pudo haber hecho yoon hoo 😭

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  2. Jajaja Me imaginé a ChangMin soltando su apretada lista de improperios toditos injuriado a Hayami por imaginadolo todo cachondo en sus brazos jajaajaj.

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