~*~*~*~
Parte 19. Entre besos dulces, una llama
de pasión
Sakurai
estaba sumamente contento en su cita con Aomine. Feliz de que el moreno haya
hecho algo como comprar playeras de pareja y estuviese dispuesto a usarlas en
medio de su cita, sin importar las miradas curiosas o los murmullos a sus
espaldas. Estaba contento de que le tomara de la mano y el agarre fuera cálido
de principio a fin, feliz de que se tomaran fotos en lugares cursis como una
fuente, o con la vista de la ciudad detrás de ellos en lo alto del centro
comercial. Que le llevase a cenar a un restaurante plagado de parejas o le
besara donde fuera sin prestar atención a más nada que su cara sonriente.
—
Vamos al parque de diversiones, Ryo.
—
¿Eh? Pero, Daiki.
—
Subiremos al menos a la rueda de la fortuna, te besaré cuando estemos en lo más
alto, y haremos una foto allí, con la luna y las estrellas de testigos.
El
castaño parpadeó varias veces, entre sorprendido y avergonzado. No se había
imaginado que Aomine pudiera ser tan romántico en medio de una cita. No de esa
forma tan trasparente y desinhibida, como si no le importara mostrarle ese lado
suyo. Casi parece irreal.
—
De acuerdo, Daiki. — Murmura con las mejillas a tope de rubor.
Gesto
que el moreno encontró sumamente adorable, y que alocó de nuevo su corazón. Todavía
llegaba a pensarlo, en lo ridículamente cursi que se ha vuelto desde que aceptó
sus sentimientos por Sakurai. Basta con repasar todo lo que ha hecho por él ese
día. Su primera cita de verdad, una cita que sería inolvidable para ambos. Y
que él quería terminar con broche de oro,
con ese beso en lo alto de la noria y una fotografía para memorar el momento.
Cuando
hicieron fila en la atracción, poco caso hizo de las miradas curiosas, de las
risitas o de las charlas discretas (algunas no tanto). Estuvo dispuesto a darle
un puñetazo a unos sujetos que se mofaron de los “gays” en la fila, sujetos que
iban con sus respectivas novias y que debían sentirse muy heterosexuales para
meterse con ellos. Pero la pelea no sucedió, Sakurai le ha pedido que los ignore.
—
Está bien, no me importa lo que digan, Daiki. Vamos a subir, y a disfrutarlo,
¿sí?
—
Anda nenita, tu novia te espera. — Se mofó una vez más uno de los tipos. Su novia
intenté persuadirlo de dejarlos en paz, mientras su amigo parecía dispuesto a involucrarse
si el moreno se le iba encima.
—
Daiki. — Murmuró una vez más, apretando el brazo del moreno como si pudiera
contenerlo, temiendo que no le escuchara.
—
Puedes agradecerle a mi novio irte ileso esta vez. Pero recordaré tu cara, si
vuelvo a verte, mejor te preparas para sufrir.
—
Lo que quieras, nenita.
Un
guardia de seguridad apareció de pronto, pidiéndole al sujeto en cuestión que
se comportara. Aomine vio cómo el tipo se ponía repentinamente pálido. Y pensó
en que sería sensacional poder darle un poquito de disciplina, ya que obviamente era un completo cobarde y hablador. Una
vez subieron a la cabina que les correspondía, vio a su novio suspirar con aire
aliviado mientras se sentaba frente a él.
—
No iba a pelearme con esos idiotas, Ryo.
—
Parecía que sí.
—
¿Tuviste miedo? — La respuesta que recibió fue un simple asentimiento de
cabeza. Aomine soltó el aire y luego fue a sentarse a su lado. El suave mecer
de la cabina hizo respingar al castaño, pero pronto se calmó cuando el moreno
le tomó la mano. — No te gusta esa parte de mí, ¿cierto?
—
No es eso, Daiki. Solo, me da miedo que pelees. Ya sabes, hay golpes malos, y qué tal si un día recibes uno
de esos.
—
Lo entiendo. — Aomine dijo con tono serio, entrelazando sus dedos con los de
Sakurai. — No me meteré en peleas, Ryo.
—
¿En serio?
—
Claro que sí. No me gusta que pongas esa expresión, y no quiero que tengas
miedo. Quiero hacerte feliz. Y si vas a llorar, que sea solo porque te hago el
amor muy fuerte.
—
¡Daiki~!
Aomine
sonrió, algo más ligero también. El sonrojo de Sakurai le valía más que
cualquier pleito, incluso si era por defender su orgullo o la valía de su
novio.
—
Lo siento, Daiki.
—
¿Por qué te estás disculpando?
—
Por lo que pasó. Si fuera una chica…
—
Si fueras una chica no me habría enamorado de ti.
Dijo
seguro, apretando el agarre de sus manos e inclinándose por un beso. Beso que
Sakurai devolvió con timidez, honestamente pillado por sorpresa. La noria
continuaba subiendo lentamente, y el beso se sentía casi mágico y demasiado
dulce para ser como escena de película.
—
Estoy enamorado de ti justamente porque eres tú, Ryo. No me importa lo que
digan de mí, pero sí me enoja que se metan contigo. No me importa que me digan
gay, lo soy pero solo por ti. Pero si lo dicen con esa burla mientras estoy
contigo, me hierve la sangre y quiero golpearlos hasta cansarme. Así que no
vuelvas a preocuparte por ser mi novio, ni a decir que sería diferente si
fueras chica. Te quiero, Ryo. Como nunca pensé que querría a nadie, incluso si
tenía todas esas revistas de chicas, ninguna me pone tan estúpido y caliente
como tú, Ryo.
—
Ca-caliente. — Murmuró, de pronto sumamente avergonzado.
—
Caliente, Ryo. — Repitió. Algo más pícaro que antes, besándole el cuello a
propósito, incentivando todavía más su vergüenza, pero buscando también
encender su libido. — Muy, caliente.
—
Ng~ Daiki, detente. — Gimoteó, cubriéndose al instante la boca. Rojo a más no
poder.
—
Me detendré aquí, e incluso hoy, pero Ryo… — Sujetó su mentón y lo instó a
mirarle directamente… — Quiero hacer el amor contigo, cuando tú me dejes.
—
Yo, yo… yo… ta-también, quiero. — Dijo. Con mucho, mucho esfuerzo y vergüenza. Escondiéndose
de nuevo tras sus manos, sus orejas lindamente coloradas.
Aomine
tuvo entonces mucha consideración con su novio. Sakurai se lo agradeció
mentalmente cuando el tema fue puesto en pausa y simplemente continuaron cuesta
arriba en la noria. Arriba y arriba, hasta la cima. Donde, perfectamente, el
crepúsculo llegó y fue el toque romántico que enmarcó la escena. Justo ahí
cuando Aomine apartó las manos de Sakurai y sonriéndole cariñosamente se
inclinó para besarle, tierno, suave y muy lentamente, como si pudiera detener
el tiempo y suspender el momento una eternidad. Aomine podía ser tosco y de
humor explosivo, pero cuando se trataba de Sakurai se exponía una faceta en él
que lo ponía sensible y definitivamente muy idiota, completamente enamorado de
él.
—
Te amo, Daiki.
Sakurai
suspiró, conmovido por el beso, por toda la cita en sí. Por todo lo que sabe
Aomine hace por él. Los esfuerzos que pone de su parte para hacer de ese día
uno especial, inolvidable para él. Para ambos tal vez. Quizá por eso lo ha
dicho sin filtro alguno, ha expuesto del todo su corazón con aquellas palabras,
sumido en ese momento de ensueño que está guardando para siempre en su memoria.
Aletargado por las emociones, tarda en comprender que lo ha dicho, que se ha desnudado del alma para Aomine. Que
probablemente no ha sido el mejor momento para decirlo, que podría estar
empujando un sentimiento mucho más profundo de lo que el moreno tiene por él.
No
puede evitarlo, jadea y se aleja de Aomine cuando es consciente de lo que dijo.
La cabina se mueve por su repentino movimiento, Aomine lo sujeta por la
cintura, lo jala de nuevo y lo aprieta contra su anatomía.
—
No huyas, Ryo.
—
Lo siento, yo… no quise, yo…
—
También te amo, Ryo.
—
Q-qué.
—
Te amo. Tal como sé que escuchaste. Y no estoy jugando. Me gustas, te quiero,
te amo. Por qué crees que hablé de hacer el amor contigo. No quiero sexo o
calentura, quiero amarte, Ryo ¿entiendes?
—
Yo, entiendo. — Parloteó apenas capaz de mantenerse en pie. Demasiado
emocionado y feliz, tanto que incluso sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Lágrimas de felicidad.
—
Ng, mierda. Quiero comerte a besos,
Ryo.
El
sonrojo en las mejillas de Sakurai explotó.
…
Cuando
el mayor Kageyama llegó a casa, apenas podía sostenerse apropiadamente en pie. Dio
las buenas noches a su mamá y luego subió a su habitación. Su hermano menor lo
vio llegar, con ese andar pausado pero la misma expresión serena de siempre.
—
¿Está todo bien, Tetsu-nii?
—
Oh, Tobio-chan, sí. todo bien. Taiga se pasó un poquito solamente. — Respondió,
con un ligero rubor apareciendo repentinamente en sus mejillas.
—
¿Se, pasó? — Preguntó, con una venita palpitándole en la sien. — ¿Qué te hizo?
—
No voy a darte los detalles, Tobio-chan. A diferencia de ti que te pierdes
completamente cuando estás hablando de tu adorable novio, yo todavía recuerdo
ser discreto~. — Añadió con una sonrisilla.
Gesto
que, sin embargo, relajó de sobremanera a su hermano menor.
—
Espera, ¿estabas pensando que Taiga me habría lastimado de alguna manera?
—
No, bueno es que, tu caminar…
—
Lo hicimos demasiado. Y fui yo quien le pidió por más cada vez. — El peliazul
suspiró. — Ven, entra, necesito explicarte algunas cosas que no aprenderás
informándote en la web o revistas.
Cuando
los hermanos Kageyama estuvieron dentro, el mayor invitó a su hermano a
sentarse junto a él y prestarle mucha atención.
—
El sexo anal es difícil, Tobio-chan. Incluso si hay amor en la pareja, todavía
será doloroso. Y es innegable que la anatomía nos traiciona un poco. Hay muchas
cosas que deben considerarse cuando se llega a la penetración. Por ejemplo,
preparar adecuadamente a tu pareja, hacerle sentir especial y querido en cada
instante, mimarlo mucho y procurar su placer antes que el propio. Durante el
sexo anal, quien recibe al otro es quien lleva mayor carga física y emocional durante el coito. Está, literalmente,
abriéndose para el otro. Es mentira que te acostumbras a esto, cada vez dolerá,
y es importante por ello que la pareja esté dispuesta a entregarse mutuamente.
Taiga me ama, y yo lo amo a él. Hemos tenido sexo varias veces, y tiene cuidado
en prepararme cada vez, pero soy exigente, me gusta sentirlo plenamente, pero
vamos, Taiga es enorme. Y aunque no
soy tan pequeño, todavía estamos usando una vía poco adecuada para el sexo,
aunque muy placentero. Deberías dejar que Shoyo lo experimente también en algún
momento, no seas egoísta y quieras ser siempre el más activo en la relación.
—
Ng. — Fue todo cuanto dijo. Gruñó, mejor dicho. Claro que lo entiende. Todo lo
que su hermano dijo lo entiende. Pero, seguro le será un poquito difícil ceder
el rol dominante. — Entonces, ¿cómo
supieron que estaban listos? Quiero decir, cuando decidiste que estaba bien
llegar al final, Tetsu-nii.
—
Solo, se sabe, Tobio-chan. Supongo que depende de la pareja. No comas ansias,
ve con calma. Escucha a Shoyo y decidan juntos.
—
Si realmente escuchara a Shoyo ya habríamos llegado hasta el final y me hubiera
echado en cara no cuidarlo. — Bufó. Su hermano mayor sonrió (perceptiblemente),
quejándose luego un poco porque, en serio, se han pasado esa noche, lo han
hecho demasiado duro. — Es en serio, Tetsu-nii.
—
Sé que sí, pero Tobio-chan, conoces a Shoyo, y cuando lo escuchas y crees que
decides por ambos, en realidad es que juntos están haciéndolo. Él confía en ti,
y conoce tus fortalezas y debilidades; así como tú confías en sus fortalezas y
enfatizas sus debilidades porque sabes que así mejorará. Son algo tiernos, a
decir verdad. — Añadió con una sonrisita apenas perceptible.
Su
mirada, por otro lado, era bastante más expresiva. Y era claro que estaba tomando
ventaja de su categoría como hermano mayor para burlarse del menor. El pelinegro aclaró la garganta, musitó alguna
negativa y luego se levantó.
—
¿Podrás bajar a cenar?
—
Sí. Solo necesito descansar unos minutos.
—
¿Bakagami no te trajo hasta aquí?
—
Taiga lo hizo, pero le pedí que no entrara. Hablé con él, Tobio-chan.
—
¿Sobre Shoyo y yo?
—
Sí. Taiga dejará de meterse con ustedes. Bueno, sus comentarios todavía caerán
en algún momento, pero ustedes pueden estar tranquilos y llevar su relación
como mejor consideren. Pero Tobio-chan…
—
Sí.
—
Cuida bien de Sho-chan, ¿de acuerdo?
—
Ya lo sé.
—
En serio, Tobio-chan, Sho-chan es más tímido y asustadizo de lo que parece. Se
pone a la defensiva cuando intiman porque todavía está un poquito asustado. Tú
y yo sabemos que empezaron a salir de la forma menos convencional, así que tus
sentimientos para él pueden no ser tan transparentes como piensas.
—
Pero se lo dije, que me gusta. Le pedí que saliéramos de verdad y todo.
—
Lo sé, pero Tobio-chan, esto es novedoso para ambos, sin embargo por naturaleza
tú eres más insensible y racional, mientras que Sho-chan es más sensible y
emocional.
—
Entonces, ¿quieres que sea más romántico con él?
—
Bueno, puedes intentarlo un poquito, Tobio-chan.
—
Ng. Bien, voy a esforzarme. Y, gracias, Tetsu-nii. Lamento que tu cuerpo haya
pagado las consecuencias de mi petición.
—
Oh, ¿esto? No fue precisamente por ti, Tobio-chan, tenía planeado tener sexo
salvaje con Taiga desde antes.
—
¡Qué!
Tetsuya
sonrió con aire siniestro. A veces, solo a veces, sus expresiones realmente
daban algo de miedo. Era un diablillo con cara de ángel.
…
Cuando
el pelirrojo llegó a su casa, todavía estaba perdido en los recuerdos de esa
noche. Aunque apenas eran las 10 en el reloj, él se sentía satisfecho. Hacer el amor con Tetsuya era extremadamente
placentero.
—
Estaba tan lindo gimiendo debajo de mi cuerpo, llorando y suplicando por más. —
Murmuró para sí, completamente anonadado. — ¡Ay! ¡Mierda!
El
mayor Kagami maldijo cuando dio de lleno contra la puerta de su habitación.
Después se escuchó la carcajada de su hermano, y enseguida se enfrascaron en
una de sus tantas discusiones fraternales que terminaba con el pelinaranja
muerto de risa por las cosquillas del pelirrojo.
—
En qué estabas pensando que te diste de frente contra la puerta, Taiga-nii.
—
Son cosas de adultos.
—
¿Estabas pensando en cosas pervertidas con Tetsu-san?
—
Cállate, no te incumbe.
—
Taiga-nii~.
—
Qué, por qué el tonito.
—
Dame consejos.
—
¿Ah?
—
Para tener sexo sano con Tobio~.
Al
mayor Kagami le saltaron todas las venitas en la sien. Mientras el menor
sonreía tranquilamente, como si preguntara la hora o el clima. Sobre todo, como
si no supiera lo celoso y explosivo que era cuando hablaba de su relación con
el menor Kageyama. Particularmente de índole sexual.
El
pelirrojo respiró profundo, tratando de tranquilizarse y no encargarse del mocoso de su cuñado en su pensamiento.
Además, en medio de su desenfrenado encuentro íntimo con Tetsuya, le había
prometido ser más paciente y dejar que sus hermanos llevaran su noviazgo
tranquilamente.
—
Ahora que lo pienso, Tetsuya pudo haberme
manipulado a propósito. ¿Quién piensa cuando está teniendo sexo tan apasionado
con la persona amada? Ng, me tiene comiendo de la palma de su mano. —
Gimoteó en pensamientos.
Pensamientos
que, de todas maneras, todavía colaron recuerdos de su apasionada entrega con Tetsuya.
De su delgado y febril cuerpo estremeciéndose debajo del suyo, de sus grandes
ojos azul océano tan brillantes que era como si las estrellas se hubieran
sumergido en sus profundidades, de su voz jadeante y las pequeñas lágrimas que
corrieron por sus mejillas mientras gemía su nombre y eran sus piernas las que
se aferraban a su cintura en tanto le arañaba la espalda.
— Ngh,
Taiga~ ¡más~ más fuerte~!
— Ng,
hoy estás muy, exigente, Tetsuya.
— Es
porque me encanta cómo me llenas, Taiga. ¡Ang~!
El vaivén desenfrenado de
caderas llenó de sonidos húmedos la habitación de un motel en la ciudad. El
ojiazul enredó sus brazos en el cuello del pelirrojo, impulsándose luego y
dejando que su novio le cargase en vilo hasta empujarle en la cómoda y
continuar embistiendo contra él. Taiga vio por unos instantes, su reflejo en el
espejo. Se vio ahí, agitando la pelvis con rudeza, perforando entre las nalgas
de Tetsuya. Su novio gimiendo y llorando, nombrándole sin parar, con la piel
sudorosa y enrojecida, los labios hinchados y sus piernas abiertas apoyadas en
los hombros del más alto.
— Taiga~.
— Ng.
— Te
amo. Como Sho-chan a mi hermano~.
— Qué
mierda, ng.
— Así
que ¡ngh~! Prométeme que, ng, los dejarás amarse como ¡nh! Tú a mí.
— Diablos,
no es momento para ¡mgh! Eso, Tetsuya.
— Vamos,
ng Taiga. Es fácil, mg, prométemelo~.
— ¡Mg!
Joder.
— Taiga,
ngh~. Dímelo~.
— Mg,
¡maldición! ¡Sí!
—
Ah, fue en ese momento que aprovechó mi debilidad.
—
¿Tetsu-san se aprovechó de Taiga-nii? — El pelinaranja preguntó con ojos traviesos.
—
¿Qué? ¡No es lo que estás pensando!
—
No estoy pensando nada, Taiga-nii~.
—
¡Y no voy a darte consejos para que tengas sexo con el mocoso!
—
¡Qué! ¡Por qué!
—
¡Porque no me da la gana!
—
¡Tetsu-nii idiota!
—
¡Cállate, maldición!
Algunas
cosas difícilmente cambiarían. Incluso después de una muy buena y placentera
sesión de sexo.
…
Después
del pequeño malentendido producido por los miedos naturales de Shun y el inicio
de su relación sexual con Teppei, todo había quedado en el olvido. Ahora la preocupación era mutua, y encontrar la solución también.
—
Yo creo que deberíamos visitar una sexshop. — Dijo de pronto el mayor Sugawara.
—
¿Eh?
—
¿Es mala idea?
—
Bu-bueno, ni tú ni yo somos adultos todavía. Tal vez ni siquiera podamos
entrar. — Parloteó el mellizo Izuki, con las mejillas encendidas de carmín.
—
Tu hermano ya me contó que ustedes visitaron una.
—
Ng, Tatsuya hablador. — Farfulló entre dientes, prometiéndose mentalmente que
ya se encargaría de su mellizo después.
—
Está bien si hablamos de todas estas cosas. ¿Te da vergüenza si vamos juntos?
—
Es que. Había muchísimas cosas, y… a pesar de que Tatsuya y yo somos gemelos,
ese día pensaron que nosotros, íbamos juntos.
—
¿Como pareja?
—
Sí. fue muy incómodo. ¡Es mi hermano, por dios!
—
Pero tú y yo sí iríamos como pareja, Shun.
—
Y-ya, lo sé. — Murmuró, recuperando la vergüenza.
—
Necesitamos lubricante, y condones. Quién sabe, edemas y otras cosas. O preguntar
por lo mejor en calidad y todo. Yo quiero ir contigo, para elegir juntos lo que
necesitaremos para comenzar nuestra vida sexual, Shun.
El
mellizo Izuki ni siquiera quería mirar su reflejo en un espejo. Está 100%
seguro de que está rojo hasta las orejas, lo sabe porque siente la tibieza de
toda su cara. Y el enloquecido palpitar de su corazón. El mayor Sugawara le
sujetó el rostro con las manos. Esas grandes manos que no dejaban de recordarle
al mellizo lo enorme que sería al sur
de su ombligo.
—
Piensas demasiado en esto, Shun.
—
¿Eh?
—
No me importaría que tú me tomaras a mí, ¿sabes?
—
N-no, no podría, Teppei.
—
¿Por qué no?
—
Yo no me imagino siendo el, dominante.
— Musitó, apartando la mirada del rostro guapo y seguro de su novio.
—
¿Por qué no, Shun?
—
Es que… no sé, creo que el rol te va más a ti.
—
Querré que me ames también, Shun. También quiero una primera vez contigo haciéndome
tuyo. — Dijo, sonriendo bobamente mientras reduce la distancia y le besa,
quitándole la oportunidad de decir nada.
Beso
que fue seguido de otro. Y otro, y varios más. Los labios del mellizo se
sentían suaves al tacto de los propios, Teppei juraría que este era un
terciopelo más encantador incluso que el de los pétalos de rosas. Y eran más dulces
que la miel o adictivos que cualquier droga.
Enredar su lengua con la ajena era estimulante, la forma en que Shun parecía
tener ganas de dominarle y cómo,
quizá inconscientemente, se pegaba a su cuerpo, serpenteando con la diestra por
su pecho y cuello, aferrándose con la siniestra a su espalda. Jadeando para sus
oídos, excitándose contra él.
—
Nh~ Teppei~.
El
mellizo suspiró cuando su boca fue abandonada.
Labios insensatos que se deslizan por
su mentón y se ensañan con su cuello, dejando cortos besos, suaves mordiscos y
traviesos lametones. Succionando su nuez
y llegando a la clavícula, esa curva ósea que resaltaba en su torso y le
invitaba cada vez a ser marcada. Marcas que no dudó en dejar puesto que, los
jadeos y gemidos queditos de su novio le estaban excitando más de lo que quería
controlar. Aunque podía, aún.
—
Teppei~ Teppei~ ng~. — Gimoteó tembloroso cuando los labios de su novio se
concentraron en un par de porciones de piel. Dejando sus marcas justo sobre la
clavícula derecha.
—
Shun, te amo. — Subir de nuevo a su boca, quitándole posibilidad alguna de
decir nada. Absolutamente nada.
…
A
pesar de que Takao se considera a sí mismo un chico sumamente extrovertido y
decidido, la verdad es que últimamente se siente un poco desmotivado. Probablemente
por todos los rechazos que ha tenido en cada uno de sus avances hacia Midorima.
—
Tal vez en verdad no le gusto para nada. — Suspiró, andando con paso lento por
la calle, camino a casa después de comprar algunas cosas en la tienda de
conveniencia cercana.
Es
sábado por la noche, pasadas las once y él, en lugar de estar en una romántica
cita con el de ojos verdes, estaba ahí, caminando solo al pequeño departamento
que arrenda en la ciudad. En momentos como aquél se pregunta si en verdad
estará bien continuar ahí. Si no será mejor volver a casa con su familia. Después
de todo está aquí solo por Midorima. Y ese amor que ralla en lo obsesivo y que,
para mal, no lo ha llevado a ninguna parte.
—
Aunque me ha dejado besarle varias veces. Si no le interesara, no me dejaría
¿cierto? — Suspiró. De nuevo. Y decidió comerse una golosina en el camino. Arrastraba
los pies porque realmente no sentía ánimos de nada. Llevaba sandalias deportivas,
shorts amplios y una sudadera. Todo y que acababa de ducharse, no le preocupaba
en absoluto resfriarse. — Los idiotas no se enferman. — Dijo para sí.
Y
entonces su móvil vibró en el bolsillo de su sudadera. Atendió de inmediato en
cuanto vio el nombre de Midorima en la pantalla táctil.
—
¿Shin-chan?
—
¿Dónde estás?
—
¿Eh? En mi casa.
—
¿Sí? Estoy fuera, llamé dos veces y no
abriste.
—
¡Ah! Espera, voy en camino.
El
ojo de halcón ni siquiera esperó por
más palabras, colgó y echó a correr el resto del camino. El complejo de
departamentos estaba a un par de minutos. Ver al de cabellos verdes parado fuera
de su departamento hizo galopar su corazón más a prisa que mil caballos de
fuerza. O algo, no estaba mal exagerar de vez en cuando. Subió las escaleras
hasta el tercer piso dando grandes zancadas.
—
¡Shin-chan! ¡Estás aquí! — Exclamó con emoción. Esa que no podía ocultar
siempre que el muchacho estaba delante suyo.
—
Sí. ¿Estabas en la tienda de conveniencia?
—
Sí, no tenía ganas de cocinar así que fui a comprar ramen. — Dijo, mostrando su
bolso. — ¿Quieres?
—
Ya cené en casa. Y te he dicho que no comas ramen instantáneo. Mamá ya te dijo
que puedes ir y comer con nosotros cuando quieras.
—
Sí, tu mamá es amable pero… — El muchacho de cabellos oscuros finalmente se
dirigió a la puerta de su departamento, abriendo y entrando sigilosamente en
él. tenía un poco tirado todo ya que no imaginó que su no-novio viniera. — Shin-chan no quiere tenerme en su casa,
¿verdad?
—
La invitación la hizo mi madre, yo no tengo nada para decir. — Midorima reparó
en la peculiarmente tranquila actitud de su amigo.
— ¿Qué pasa?
—
Shin-chan… — Takao dio media vuelta, encarándolo. — ¿Por qué viniste?
Midorima
aclaró la garganta. ¿Por qué vino? Es una buena pregunta. Él no lo sabe, o no
quiere aceptarlo. Pero su cuerpo ya estaba ahí cuando reaccionó.
—
¿Sabes? He perdido la cuenta de cuántas veces te he dicho que me gustas, que
estoy enamorado de ti y que quiero salir contigo, pero siempre me ignoras o me
mandas callar. Incluso te seguí hasta aquí. Pero, he molestado suficiente, ¿verdad?
¿Debería irme?
—
¿Estás loco? ¿A medio año? No seas idiota, Takao.
—
¡Sí soy idiota! — Exclamó. Más sensible de lo que imaginó que estaría. — Soy idiota
por creer que si seguía empujando
conseguiría llegar a ti.
—
Takao…
—
Me gustas, Shin-chan. Pero ¿te gustaré algún día? De verdad, ¿tengo alguna
esperanza?
Midorima
ajustó sus anteojos. Y se preguntó si el dije con la letra “T” que fue su
amuleto del día, tendría algo que ver con los acelerados latidos de su corazón
y la razón que le trajo aquí.
Continuará…
snif... snif... snif....
ResponderBorrargracias por continuar tan bella historia... me lei el capi ni bien me entere 2 eso de por si es un milagro con lo desconectada que generalmente soy ".... pero a lo bueno, si me olvide de algunas cosas.. buabau... peo al ir leyendo me acorde de todo como si las letras y la trama flotara en mi mente...
adore os momentos de taiga y tetsu con sus hermanos cada uno es tan divertido a su manera.... isuki y sus inseguridades...
el romanticismo de Daiki me mato y las expresiones de Ryo son tan lindas amo esta pareja... ahhhh... hay midorima ya va siendo hora de reaccionar o puede que takao se nos vaya... aubau... anda tan depre que me dan ganas de llorar con el....
mil gracias por el capi y espero hayas tenido un feliz dia de Reyes... me llego un regalo gracias!!!
matta ne... <3
Tengo que aceptar que me leí de corrido los 19 capitulos, porque habia cosas que no me acordaba asi que era mejor leerlo de nuevo y como cada uma de tis historias me sigue encantando!!!
ResponderBorrarMe encanta cada una de las parejas, me hacen reir los celos desenfrenados de Taiga con Shoyo jajajajja y la relación de todos los hermanos en general es muy bonita apesar de que todos son distintos en sus personalidades, me es miy dificil hablar de todas las parejas en un solo comentario, lo haré en cada capitulo de ahora en adelante ;)
Por ahora en este capi me encantan los celos y la forma tan romántica en que Daiki trata a Ryo y dime quien no adora a Ryo con cada una de sus expresiones?!?!? Es tan lindo *0*
A Midorima le toca ponerse las pilas si mo quiere perder a Takao por su terquedad, un poquito mas y me hace llorar Takao pero con todo se puede sentir la frustración y el dolor que esta sintiendo por lo tanto es comprensible que simplemente esté cansado de la situación...
Gracias por continuar con esta fantástica historia y espero puedas continuar con las otras si el tiempo y la señorita inspiración te dejan :)
Fue hermoso, simplemente hermoso. Ya no aguanto por leer la siguiente parte. Lo mejor fue sin duda Aomine y Sakurai, la forma linda y cursi en la que se desarrollan xD. Pero hay algo que me tiene inquieta y eso es el rápido desarrollo del midotaka, en mi opinión (perdón lo digo sin afan de ofender u.u) eso daba para más pero buaaaano eso sólo lo digo por mi obsesión por esa pareja. Sigue así haces un gran trabajo y se agradece tu tiempo prestado :).
ResponderBorrarMe parece una falta de respeto que haya quedado en lo mejor xDDD quedé re metida, esperaré con ansias la próxima parte *-*
ResponderBorrarWaaaa! Ese shoyo nunca aprende xD. Mira que andar a preguntarle así a Taiga, lee exige demasiado xD.
ResponderBorrarAmoooooo a Daiki con Ryo! Me fascinan ! Y en su cita estuvieron súper lindos !
Izuki y Teppei me parecen la pareja más guapa de esta historia. No sé, son muy guapos por separados, juntos y haciendo mimos, me desangró.
Midorima, tsundere!!! Pobre Takao :(
Parece que hasta aquí hay actualización. Han pasado dos años, pero no perderé las esperanzas ;).. sobretodo porque me voy a estar dando vueltas por aquí
Nos vemos ♡
Hola!
BorrarMe da gusto que hayas pasado por los fics de que tengo de estos anime. Es vdd que hace más de dos años que no actualizo, y honestamente no recuerdo por qué perdí la inspiración para escribir de todas estas bellas parejitas. Tampoco mentiré y diré que voy a retomarlo próximamente, he estado activa en el fandom de Supernatural, 911 y TeenWolf recientemente, pero justo como mencionas, no perdamos la esperanza de que me llegue algún chispazo de inspiración y retome este crossover.
Te agradezco muchísimo tus comentarios, sus palabras siempre me dan gusto ;3