Título: SPORT LOVERS
Autora: Felina
Parejas: KagaKuro, KageHina, TsukiYama, DaiSuga, AsaNoya, AoSaku,
KasaKise, IwaOi, KiyoIzu, MuraHimu, KuroKen, LevxYaku, UTake, TakinouexShimada,
AonexFutakuchi, KamasakixMoniwa
Crossover Haikyuu & Kuroko no Basket
Género: Romance, Humor
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon
~*~*~*~
A modo de introducción
La
escuela se llenó de sorpresa cuando el hermanito
de Kagami Taiga se presentó a su primer año de preparatoria. El pelirrojo no
estaba precisamente feliz, por alguna razón su hermanito solía hacerse popular en un abrir y cerrar de ojos allí
donde iba. Por ello para Taiga la escuela siempre se convertía en un problema cuando coincidía con su hermano
menor. Shoyo. Tener que estarle cuidando
de los mocosos y las niñitas resbalosas era toda una odisea. Claro,
todo se solucionaría si él fuera un poquito menos sobreprotector y celoso de su
hermano, pero, dadas las circunstancias de personalidad, aquello era mucho
pedirle.
Kagami
Shoyo es un chico más bien de baja estatura –a diferencia de Taiga que
alcanzaba ya el 1.90 a sus 17 de edad–, cabellos naranjas y grandes ojos color
chocolate. Expresivo como nadie, hiperactivo, escandaloso e impulsivo. Lo
impulsivo sí lo tiene en común con Taiga, en el resto no se parecen demasiado.
El mayor, con sus cabellos y ojos rojo fuego, su apariencia imponente y su
humor desbordado dentro de una duela de baloncesto, no le hacían para nada
justicia a su personalidad fuera de ella. En cierta forma Taiga y Shoyo eran
como el lado opuesto de la moneda. Pero solo en cierta forma, porque todavía
tenían suficientes similitudes como para incluso ser reconocidos como hermanos.
Por
otro lado, Kageyama Tetsuya, compañero de clase y novio de Taiga; es un chico
de expresión pasiva. O más bien indiferente.
Es decir, el 95% de las veces las personas a su alrededor no tienen idea de lo
que refleja en su cara, el 5% restante suele ser casualidad o bien, astutamente
adivinado por sus amigos y novio. Nótese el énfasis en “astutamente adivinado”. Tetsuya, de grandes ojos azul océano y
cabellos sedosos del color de los cielos, estatura promedio –aunque no para un
jugador de baloncesto– tiene un hermano también. Su opuesto en carácter, Tobio.
Kageyama
Tobio es un chico alto –demasiado para su edad a decir verdad, que casi le da
el vuelo a Taiga– de expresión severa y ojos azul marino. Su lacio cabello
bruno destaca a la luz del sol con destellos azul metálico, pero también
resalta las facciones recias de su cara. Pese a tener 15 de edad suele actuar
un poco más maduro en algunos temas, mientras que en otros actúa de acuerdo a
quien es, un adolescente ansioso por comerse
al mundo de un bocado. Tobio está ingresando también a la preparatoria,
y en su primer día de clases se lleva un
par de sorpresas. Una, tener que ver desde tan temprana hora la cara antipática de su cuñado Taiga. Dos,
saber que durante los próximos años será compañero de clase del hermano de su
cuñado, Shoyo.
—
¿No es genial, Shoyo? — El peliazul dijo con una sonrisa, apenas una curva
tirando de sus carnosos labios.
—
¡Absolutamente genial, Tetsuya-san! — El pelinaranja exclamó emocionado.
Por
su parte, pelirrojo y pelinegro se fulminaron con la mirada. Y era curioso
verles actuar así. Tobio es algo celoso de su hermano y Taiga no le agrada por
eso. Por otra parte, a Taiga no le hace gracia la presencia de su cuñado
porque, por alguna razón, a su hermanito,
el apuesto –según Shoyo, porque él no le encuentra lo apuesto por ninguna
parte– prodigio del voleibol le cae muy bien y lo idolatra.
—
¡Kageyama~ vamos a inscribirnos al club!
—
¡Y por qué tengo que ir contigo, Shoyo!
--//--
Tras
ser arrastrado por el hiperactivo pelinaranja, el menor Kageyama se presentó en
el club de voleibol para solicitar su admisión. El Capitán es Sawamura Daichi y
es reconocido en la escuela por llevar al club con innato liderazgo, y haber
levantado la popularidad a base de buenos partidos y una selección adecuada de
jugadores regulares. El capitán les permitió entonces aplicar para un partido
de práctica donde tendrían que mostrar sus habilidades. Al final habían
participado junto a otros chicos de primero, Yamaguchi Tadashi y Tsukishima Kei.
—
Kagami y Kageyama, ¿no son esos los apellidos de los jugadores del club de
baloncesto que sobresalieron en el torneo del año pasado?
—
Sí, lo son Suga. No me los había imaginado viniendo al club de voleibol.
—
Bueno, no todos los hermanos tienen los mismos gustos en deportes, o en
personalidad. Además, me parece que tienen talento, Daichi… — Sugawara Koushi
es el mejor amigo de Sawamura, y según los rumores, también su novio.
—
Lo sé. Me basta con mirarte a ti y a Teppei, ustedes tampoco se sienten
atraídos por el mismo deporte. Entonces aprobaremos sus solicitudes, también la
de los otros dos candidatos de primero. Veamos cómo se desenvuelven en los
entrenamientos… — Sawamura dijo firmando las solicitudes para llevarlas más
tarde con Takeda sensei para ser definitivamente aprobados en el club.
Sugawara
le sonrió y palmeó el hombro. Honestamente ya tienen bastantes jugadores en el
club, pero nunca viene mal contar con el apoyo suficiente pues ahora se
aproxima el momento en que los de tercero vayan lentamente dejando la batuta a
los de los grados menores.
…
Cuando
Taiga supo que su hermano y su cuñado
habían sido aceptados en el club de voleibol, decidió tener la charla con el pelinegro. Se sentía en
la necesidad de hermano mayor para hacerlo. Aunque…
—
Qué tiene que ver el hecho de que hayamos entrado al mismo club con que me
pidas que mantenga “las manos alejadas de cualquier parte de su anatomía”… — El
menor Kageyama preguntó con la venita en la sien palpitándole furiosa. Y no es
que la expresión del mayor Kagami fuese otra, pues también parecían a punto de
estallarle.
—
¡Sé que mi hermanito te gusta!
—
¡Ah! ¿Por qué iba a gustarme Shoyo?
—
Porque sí. Ya que estoy enamorado de Tetsuya, lo más seguro es que tú lo estés
de mi hermano.
—
¡No entiendo para nada tu lógica! ¡Es más, eso ni siquiera puede considerarse
lógica!
—
¡Te lo tengo advertido! Si me entero de que Shoyo y tú andan en dudosa
relación… — El pelirrojo hizo la universal seña de un arma punzocortante
atravesando el cuello y luego simplemente se dio media vuelta.
El
pelinegro resopló frustrado y así, con el humor agrio, pulsó dos botones en la
máquina expendedora al mismo tiempo, su leche cayó en el interior y él tomó el
contenido con prisa, apretando con fiera fuerza el paquete vacío con su mano
antes de tirarlo en el cesto de basura. De acuerdo, puede que un poco, ¡pero
solo un poco! Shoyo le guste. ¡Y en realidad no es que le “guste”! Es más como
que tienen esto del voleibol en común y hacen una mancuerna de envidia. Hay
diferencia.
—
Así fue como Taiga y yo comenzamos a gustarnos. No, a darnos cuenta de que la
atracción que sentíamos el uno por el otro no era solo entendimiento para el
basquetbol.
—
No ayudas, hermano.
—
¿Oh, querías que te ayudara a convencerte de que no estás enamorado de Shoyo?
—
¡No estoy enamorado!
—
Pero Shoyo es lindo. Tiene una sonrisa bonita, y se ve bien contigo Tobio-chan.
—
¡No me llames Tobio-chan!
El
peliazul sonrió. Su hermano menor ha reclamado una sola cosa, el “chan” en su
nombre, pero no ha negado lo lindo de
su cuñado. Tetsuya pensó con un dejo de malicia —la que de todas formas no se
vio para nada reflejada en su cara—, que sería divertido ver a su hermano
menor perdiendo la paciencia por algo como enamorarse.
--//--
Shoyo
bostezó una vez más, cambió de canal y luego le lanzó un cojín a su hermano. El
pelirrojo farfulló entre dientes al ser despertado de esta manera por su
hermano menor. Le fulminó con la mirada y terminaron jugando a una guerra de
cojines en plena estancia.
—
Oye, Shoyo.
—
¿Qué?
—
¿Tobio te gusta?
El
pelinaranja escupió el trago de leche que acababa de llevarse a la boca luego
de que la guerra de cojines le hubiera dejado agitado y sediento. El rostro de
Taiga quedó cubierto de leche, y por alguna razón su cara de pocos amigos hizo reír
escandalosamente al menor.
—
Mocoso del demonio… — Bufó entre dientes antes de atacarle una vez más, esa vez
con cosquillas para darle un verdadero motivo para reír como desquiciado… — Te
prohíbo que te líes con Tobio… — Insistió repentinamente. Y las risas del
pelinaranja cesaron de inmediato.
—
¿Por qué? Tú estás saliendo con Tetsu-san… — Shoyo renegó inflando los mofletes
con molestia. O quizá un poco de capricho. Después de todo es el hermano menor,
puede darse este lujo con el pelirrojo.
—
Es diferente.
—
No le veo la diferencia por ninguna parte, niisan.
—
Solo no te líes con él… — Falto de argumentos válidos, el pelirrojo le dio esta
última advertencia antes de perderse por el pasillo hacia su habitación.
Shoyo
frunció más los labios, y de paso el entrecejo. Obviamente no es que fuese a
hacer caso de Taiga, pero por las dudas iría con cuidado en lo que fuera.
—
Igual no es que ese idiota esté interesado en mí. De hecho, pienso que Tobio es
un constreñido asexual… — Murmuró para sí con cierto tono molesto. Venga, a
quién no le llega un poquito de enojo
cuando sus sentimientos no son correspondidos.
--//--
Una
de las cosas más significativas de esta preparatoria en particular era la
sorprendente popularidad que sus clubes deportivos estaban tomando desde el año
anterior. La calidad de sus jugadores ya comenzaba a llamar la atención incluso
entre reclutadores que anhelaban la llegada de los diversos torneos del año
para observarlos, sobre todo aquellos que en nada comenzarían su camino hacia
la universidad, ofrecer becas y engrosar los clubes del nivel superior. Claro
que, dicho reconocimiento no se ha dado gratis.
Muchos han sido los factores determinantes, los entrenadores a cargo de cada
club incluidos.
En
el club de voleibol esté el entrenador Kise Keishin, rubio de 25 años que ha
llegado justo el año anterior como apoyo para el club tras el llamado de Takeda
Ittetsu, sensei encargado del club que, por cosas del destino, resulta ser su
pareja sentimental. Lo curioso es que Keishin tiene un hermano de 16 años que
está en esta preparatoria, Ryouta, solo que él juega en el club de baloncesto.
En fin, las cosas de la vida que suceden y parecen sacadas de trillado escrito
ficticio.
A
su llegada, Keishin se había percatado del gran potencial que tenía en el club,
de hecho había tantos jugadores realmente habilidosos que le resultaba difícil
elegir un cuadro titular y generalmente se turnaban por lo que todos terminaban
participando de una buena cantidad de partidos, tanto de prácticas como
oficiales. Para el entrenador contar con un chico como Sawamura Daichi era
significativo, su capacidad de dirigir incluso le estaba enseñando a él.
Por
otro lado, en el club de baloncesto se encuentra el entrenador Aida Kagetora,
antiguo jugador de la selección nacional que se había retirado por algunos años
del campo, pero que recientemente se había integrado a petición de su hija Riko,
novia de uno de los jugadores del club, Sawamura Junpei. El entrenador Aida es
tan estricto que algunos estudiantes se han dado de baja del club al no
soportar la carga de los entrenamientos, los que han permanecido, mismo Aida ha
dicho, son los que realmente tienen talento para el baloncesto.
Sin
embargo, con tanto jugador talentoso en la duela, a veces resultaba complicado
manejar las cosas de la mejor forma posible. Tanto Keishin como Kagetora lo han
pensado, y es que parece inevitable pensar que estén desperdiciando el
verdadero potencial de estos muchachos en cada club.
Pero
poco a poco, no solo se tratará del deporte, sino de todo lo que estos
adolescentes han de vivir en su paso por la edad preparatoriana.
--//--
En
la clase 1-3, Shoyo ha conocido a Kenma, un chico más bien callado que suele
estar jugando en su móvil o bien prestando atención a las clases. Aunque es aburrido, el pelinaranja ha descubierto
que es entretenido charlar con él,
además como también es relativamente bajo de estatura le cae bien ya que la
mayoría de los chicos con que se relaciona suelen ser más altos. Eso claro,
porque suele relacionarse con chicos del club de baloncesto –amigos de su
hermano Taiga–, y en su propio club no le va mejor, excepto por Noya-san, como
él mismo dice.
—
¿A ti no te gusta algún deporte?
—
A veces juego con Kuroo.
—
¿Kuroo?
—
Es un amigo, está en la clase 2-4.
—
¡Ah! ¡Kuroo-san, está en el mismo club que yo!
—
Sí, él.
Shoyo
se emocionó más al saber esto. Y estaba por continuar con su curioso
interrogatorio cuando Tobio volvió al aula. El corazón del pelinaranja latió
con prisa, y una sonrisa tiró de sus labios incluso contra su voluntad. La
charla con su hermano la noche anterior no había servido para más nada que
hacerlo más consciente de sus reacciones alrededor del pelinegro.
—
¿Qué? — El menor Kageyama preguntó con tono hosco al saberse observado. Luego
sintió algo revolverse en su interior cuando el menor Kagami tartamudeó con las
mejillas coloradas… — Idiota, haciendo
eso como una chica enamorada… — Pensó, pero para su mala suerte su propio
corazón latió emocionado.
Luego
cualquier atmosfera que pudiera haberse formado se reventó cuando el profesor
de turno ingresó al aula. Más tarde el almuerzo, un par de clases más y
finalmente la hora del club.
—
Taiga, por qué estás mirando tanto hacia el edificio de enfrente. ¿Estás
esperando ver pasar a Sho-chan?
—
N-no. No es eso… — En realidad quiero ver
que tu odioso hermanito no vaya con mi hermano.
—
Tus pensamientos son tan transparentes Taiga… — El ojiazul dijo con tono
neutro, pero su novio está seguro de que internamente se está divirtiendo a
costa suya… — No seas celoso y vamos ya, nuestro club también va a comenzar.
Para
suerte de ambos clubes, la escuela disponía de dos gimnasios techados, y cada
club usaba uno a la misma hora para sus respectivos entrenamientos. Así que, sí
o sí, era común que se vieran. Y de vez en cuando los entrenadores organizaban
ejercicios compartidos en los que debían colaborar todos juntos. Y hoy, es uno
de esos días. Por lo que ni bien llegaron al gimnasio correspondiente, el
entrenador Kagetora les indicó cambiarse pues en cinco minutos debían
presentarse en el gimnasio de al lado. Así, alrededor de treinta adolescentes
se reunieron bajo el mismo techo.
—
Vaya, tienes varios jugadores de primer año, Keishin.
—
Sí, Kagetora-san; y quiero probar la resistencia de todos ellos.
Tobio,
Shoyo, Kei y Tadashi habían sido los alumnos aceptados en el club el día
anterior. Pero hoy se sumaba también un chico de nombre Lev, de sangre mestiza
y una altura impresionante.
Continuará……
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Disculpen las molestias, pero se eliminaran los comentarios con contenido de otras parajes fuera de las que se abordan en este blog, esperamos su comprensión