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Parte 13. Entre un entrenamiento
espartano, sentimientos dulces
Tras
el juego propuesto por Ryota, había algunas cuestiones allí que aclarar, visto
que los murmullos entre pares comenzaron a hacerse notar. La pregunta absoluta
era, ¿qué mierda era este juego? Y es que habían comenzado a surgir comentarios
que divergían entre sí. Después de una ligera discusión, la conclusión fue que
la mayoría conocía dos variantes del mencionado juego “silla caliente”. La
verdad era que ambos tenían su tinte pícaro, y que para los adolescentes era un
reto infalible que completar.
La
primera versión era una especie de juego de seducción donde un participante
tomaba sitio en una silla, y un segundo sujeto (o incluso algunos de ellos,
dependía de la forma en que se organizaba el juego) debía acercarse a él con la
intención de disparar su pulso cardíaco mediante bailes seductores. Por
supuesto, el primer sujeto debe mantener la calma tanto como le es posible, y
demostrar autocontrol; y el segundo debe desplegar todos los recursos para
flirtear que tenga conocidos. En algunas variantes de esta “silla caliente” se
ponen límites tales como evitar el contacto directo o mostrar actitudes
demasiado provocativas (el toqueteo en partes de la anatomía específicas como
la entrepierna o el pecho, el uso de la lengua o besos sugerentes, entre
otros), pero, una vez más, todo dependía de cómo determinado grupo organizara
su juego de “silla caliente”.
La
segunda versión hace referencia a la oportunidad de elegir a un compañero de un
grupo de personas determinado que tomará lugar en lo que se denomina “silla
caliente”, en ésta, dicha persona se ve obligado a responder una serie de
preguntas sin que pueda evadirlas. Una vez que decides participar, es imposible
negarte. Así, durante un tiempo previamente elegido, la persona que estará en
la silla caliente recibirá las preguntas a responder por escrito, tales estarán
llegando a su “buzón” por el tiempo destinado, pueden ser anónimas o no.
De
esta manera, Ryouta, su primo Oikawa y también Futakuchi, se armaron con todo
lo necesario para participar. Sillas, papel, lapicera y móviles con aplicación
para medir el pulso cardíaco. Obviamente no todos contaban con dicha
aplicación, por lo que han salido a relucir ciertos gustos en telefonía celular
también. Los móviles de Ryouta, Oikawa, Akashi, Kenma y Kuroo han terminado
como parte de los recursos para el juego.
—
Lo primero que haremos será anotar nuestros nombres en los papelitos, para
hacer la “silla caliente” de las preguntas de forma ordenada.
—
¡Espera, Ryouta! ¡No hemos dicho que jugaremos! Por qué nos están dando
papelito a todos.
—
¿Miedo, Taiga?
—
Tsk, no. Pero hay cosas que no tengo por qué andar contándole a todos.
—
Pero si aún no sabes qué te van a preguntar. O si te van a preguntar algo.
—
Ya me lo imagino de todas formas.
—
Así que Kagami tiene miedo eh.
—
¡Tú no digas nada, Ahomine!
—
Tengo una pregunta… — Tetsuya dijo de pronto. Ignorando la absurda discusión
entre su novio y el moreno. — ¿Cómo vamos a decidir quién se sienta en la silla
caliente? ¿Será al azar? Porque, no quiero que nadie le baile provocativamente
a mi tigre.
—
¡No te preocupes Tetsu-san! Si voluntariamente se ofrecen, puede ser en pareja.
—
Taiga, baila para mí en ese caso.
—
¡Qué! ¡¿De-delante de todos?!
—
Sí. Asegúrate de no colapsar mis pulsaciones, por favor. Cuida de mí.
—
¡Todavía no he dicho que quiero jugar!
—
¿Vas a dejarme aquí, solito, Taiga? Estoy seguro de que habrá más de algún
chico que quiera jugar conmigo.
—
Ng, joder. Está bien, jugaremos.
— Es terrible cuando tu novio te domina,
¿no? Tetsuya-san ha conseguido salirse con la suya.
— Supongo que aunque él lleve las
riendas en la intimidad, es verdad que Tetsuya-san las lleva en todo lo demás.
Es aterrador, tan lindo que se ve.
— ¿Aterrador? Yo lo encuentro sexy.
— Ustedes, ¿están hablando de mi Tetsuya
tan libremente?
— ¡Ah! ¡Taiga-senpai!
—
¿Por qué tienen que ser tan celosos? Es solo un juego, no significa que si se
les altera el pulso por alguien que no sea su novio ya están engañando o siendo
engañados.
—
¿A ti no te preocupa, Kenma?
—
Solo digo que es una respuesta natural del cuerpo. El corazón se acelera
incluso si algo no es de tu agrado. Mi pulso podría alterarse pero no
precisamente porque me guste que alguien se acerque a mí sinuosamente.
—
Ah, Kenma está hablando. Y mucho. Quiero llorar de emoción.
—
Es algo raro que digas eso constantemente, Yaku-san.
—
Es porque tú no sabes lo difícil que es conseguir sacarle palabras a Kenma,
sobre todo en una conversación que no le interesa, Lev.
—
Es verdad lo que Kenma dice. Así que, ¿qué tal si probamos algo diferente? Como
ver cuán diferente se acelera el pulso cuando te baila tu novio o alguien más.
— Oikawa agregó, sonriendo con emoción.
—
¿Quieres ver el mundo arder, o algo así?
—
¡Oh vamos! Estamos dando vueltas a lo mismo y el tiempo corre. ¡Vamos a jugar!
Como sea, pero hay que hacerlo.
Los
comentarios fueron y vinieron por un rato más. Aomine, el mayor Kagami, Akashi
y el menor Kageyama estaban definitivamente en contra. Incluso Tsukishima, pero
ya que él no tiene relación alguna con Yamaguchi, estaba de más decir nada,
aunque no le agradaba para nada la idea de que alguien llegara y se le acercara
tanto al pecoso. Otros decían que estaba bien, siempre que hubieran límites y
un respeto absoluto a ellos. Y algunos pocos querían negarse a participar.
—
Bien, bien. Quien no quiera jugar puede retirarse, pero no vale quedarse a
mirar. ¿Qué tal eso? — Ryouta dijo, comenzando a frustrarse porque él solo
quería bailarle a su senpai y ver cuánto podía alterarle el corazón. Su ceño
fruncido y el puchero inconforme estaba resultando bastante entretenido de
mirar para algunos.
Al
final algunos se retiraron, pero permanecieron los mismos de siempre de ambos
clubes. Murasakibara había tenido la intención de retirarse, pero el sutil
agarre de Tatsuya le ha detenido. Por supuesto, el gemelo Izuki tiene pensado
participar y bailarle sensualmente a su novio, por el mero gusto de hacerlo. Su
hermano Shun se ha quedado por inercia, aunque no tenía ganas de hacer el
ridículo delante de todos, sea bailando o aguantando la vergüenza de que Teppei
lo haga para él. Acaban de reconciliarse, pero de alguna manera él encontraba
más fácil sonrojarse delante de su novio cuando hacían cosas como besase o
tomarse de las manos. Shoyo se ha quedado por mera curiosidad, aunque no tiene
ni idea de cómo puede ser un baile sexy, y Tobio ha permanecido porque de
ninguna maldita manera dejaría solo a su novio. Y las justificaciones podrían
continuar de la misma manera para otros. El caso era que estaban allí.
—
Entonces, la silla caliente del baile, ¿en parejas?
—
Sí. — Fue la respuesta generalizada.
—
Ok. Para la silla caliente de las preguntas, ¿qué les parece si sorteamos a
quién le preguntamos? Podemos elegir hoy a los “afortunados” y de aquí a mañana
a esta hora, será el tiempo que tenemos para dejarles preguntas. Pondremos una
caja con el nombre de cada uno, así solo tenemos que depositarlas cuando
queramos.
—
¿Y si quien salga sorteado no quiere jugar esa silla caliente?
—
¿Seguimos con la misma discusión?
—
Ok, ok, adelante. ¿Cuántos van a ser?
—
¿Qué tal diez? Será entretenido y divertido~.
—
Quieres decir que serán la comidilla de todos.
—
¡Deja de quejarte si no te ha tocado, Taiga!
—
¡Tsk! ¡Deja a Shoyo fuera. Es decir, a los de primer año.
—
¡No!
—
¡Ryouta imbécil! ¡Solo di que eres un chismoso, comadreja!
—
¿Com-comadreja? — Al modelo rubio le brotaron las venitas en la sien. Era
prácticamente un insulto que le llamase así… — ¡Pelirrojo insípido!
—
¡Ah!
—
Suficiente de peleas tontas. Taiga, solo siéntate. Ya se dijo, los que nos
quedamos vamos a jugar, si Sho-chan sale sorteado, seguro se le harán preguntas
acordes a su edad y experiencia.
— Tetsuya tiene demasiada confianza,
¿verdad?
— No lo digas en voz alta.
—
Entonces, los nombres de todos nosotros ya están en esta bolsa. Sacaré diez y
los que salgan sorteados serán los elegidos para el interrogatorio caliente.
Aquí voy~. — Mientras Ryouta la hacía de emoción, mentalmente esperaba que
salieran nombres como los de “Furihata” o “Tsukishima”, tenía tantas cosas que
preguntarles a ellos. — Aunque también
tengo curiosidad por Akashi-san. Y me pregunto si Asahi-san y Nishinoya en
verdad han ido más lejos que solo besos en su relación. ¡Tengo preguntas para
tantas personas~! Debimos decir que todos participaríamos~. Si Yukio-senpai
sale sorteado y le preguntan sobre nosotros, ¿qué dirá? ¡Oh my god! Que salga
su nombre también~.
—
¡Deja de hacer caras raras y saca los nombres de una maldita vez!
—
¡Ya voy~! ¡No me grites, Junpei!
—
Es lo que Yukio-nii estaba pensando, yo solo lo dije por inercia.
El
gemelo Sawamura miró a su hermano menor. Pero no negó lo que ha dicho, por lo
que parece que era realmente así.
—
A todo esto, ¿no eres el único aquí que tiene una novia y piensa jugar silla
caliente entre chicos, Junpei?
—
Tsk, no tengo interés particular. Solo me quedé por compañerismo.
Oikawa
y Ryouta sonrieron divertidos. Junpei en realidad recién parecía darse cuenta
del desliz de su pensamiento. ¿Era que tenía alguna curiosidad?
—
Muy bien, los afortunados son: Kamasaki.
—
¡Mierda! ¡No hagan preguntas raras!
—
Tatsuya.
—
Ok~.
—
Tetsuya.
—
Oh, salí yo.
—
¡No le hagan preguntas privadas!
—
¡Cállate, Kagami!
—
¡Aomine-senpai, deja de insultar a Taiga-nii así, siento que me insulta
también~!
—
Tsk, cállate tú también, mocoso.
—
¡Ah!
—
¡Ahomine, respeta a mi hermano!
—
¿Quieres pelea?
—
Midorima.
—
¡Sí~! ¡Shin-chan, tengo preguntas para ti~!
—
Cállate, Takao.
—
Futakuchi.
—
Ok~. — El nombrado sonrió. Su novio Aone le miró un instante… — En serio, está
bien, Aone.
—
Shun.
—
¿Yo? — Gimoteó. No le agradaba la idea de contestar todo cuanto le preguntasen,
pero ya no podía echarse para atrás. Teppei sonrió, tiene algunas preguntas
para él, y piensa hacérselas incluso si todos escuchan.
—
Tobio.
—
¡Ah, yo ya tengo algunas preguntas para ti!
—
¡Tú puedes preguntarme lo que sea cuando quieras, idiota Shoyo!
—
Furihata… — ¡Sí~!
El
nombrado sonrió nervioso. Akashi fulminó a todos con la mirada.
—
Tsukishima.
—
Maldición.
—
Y por último, ¡Yamaguchi! Qué coincidencia~.
—
Oh, sí… — El pecoso, nervioso hasta la médula, intentó esconder sus ojos en su
flequillo. Evitando particularmente la mirada de su amigo rubio. Tsukishima
espera que no le hagan preguntas incómodas.
—
Muy bien, la siguiente. Ya que será en parejas, y algunas ya están definidas,
con esas lo que haremos será echar a la suerte quién se sienta en la silla y
quién le baila. Con los que no tienen pareja definida, los sortearemos.
—
Así es, Ryouta. Yo tengo las parejas conformadas por default anotadas. Tetsuya
y Taiga, Aomine y Sakurai, Murasakibara y Tatsuya, Shun y Teppei, Shoyo y
Tobio, Futakuchi y Aone, Koushi y Daichi, Nishinoya y Asahi, y tú con
Yukio-san, además de Iwa-chan y yo~. Los demás están solteritos o conformes con
que sea un acomodo diferente, pero como tenemos un número impar, hagámoslo de
modo que a una sola persona le bailen dos o tres.
—
Me niego a que Koki lo haga así, él y yo formaremos una pareja.
—
No es necesario, Akashi-senpai. Ya que nosotros no somos una pareja de verdad,
está bien si jugamos de esta manera.
Al
muchacho de cabellos bermellón se le encendieron los ojos de una furia mal
disimulada. Pero Furihata hizo ojos ciegos de su expresión. Porque era verdad,
él seguía preguntándose qué clase de relación tenían ellos dos en realidad. Pero
si Akashi no hablaba claro, entonces él no le guardaría alguna clase de
fidelidad sin más.
—
Bien, ustedes son trece, por lo que, podemos elegir a cuatro para la silla
caliente, y a tres de ellos le bailarían dos personas, mientras que a el cuarto
lo harán tres.
Así,
dejando nuevamente todo al azar, los elegidos para sentarse en la silla
caliente fueron Lev, Junpei, Kaname y Furihata. A Lev lo “provocarían” Kamasaki
y Midorima; a Junpei, Kuroo y Yaku; a Kaname, Tadashi y Takao; y a Furihata,
Kenma, Kei y Akashi. ¿Sería cuestión de karma?
La
verdad es que el ambiente se sintió tenso en torno a las elecciones de estos
equipos. De cualquier forma, iniciarían con las parejas. Diez de ellos tomaron
asiento en la “silla caliente” (dispuestas en círculo alrededor del salón, para
que todos pudiesen participar simultáneamente y tuvieran el espacio necesario
para bailar), han sido elegidos al azar, sacando el palillo más corto. Así, Asahi,
Murasakibara, Aomine, Tetsuya, Oikawa, Ryouta, Aone, Shun, Tobio y Daichi
mantuvieron los móviles con la respectiva aplicación activada, y cinco aparatos
más descargaron la aplicación en ese momento con el apoyo de los que ya la
conocen con mayor practicidad.
—
¿Cómo se supone que haga esto? — El pelirrojo quería que la tierra se abriera y
lo tragase. Se pone algo juguetón con su novio cuando hacen el amor, pero esto
era otra cosa completamente diferente. Bailarle sensualmente delante de tantas
miradas… — ¡Joder!
—
Taiga, vuélveme loco, tigre.
—
No me digas eso con esa mirada, Tetsuya.
—
Entonces, ¡suerte!
El
pelirrojo gruñó. Que hiciera el gesto con sus manos así, tampoco ayudaba. Se
veía adorable y le daban ganas de morderlo por todas partes.
Nervioso,
Sakurai había preguntado por lo bajo a Oikawa y Ryouta cómo debería hacer
aquello. Bailar no era algo que hiciera particularmente. Además él es tan tímido
para esas cosas, y lo que es peor, tener que ser él quien seduzca a Aomine.
Honestamente estaba temblando de puros nervios.
—
Tranquilo, Sakurai. Digamos que, solo tienes que dejar que la música te
envuelva.
—
No sé qué significa eso, Ryouta.
—
Eh, sabes mover las caderas, ¿no?
—
¿Moverlas?
Oikawa
y Ryouta suspiraron.
—
Ok, cinco minutos, ya volvemos. Shoyo, tú también ven. Ah, Yamaguchi,
definitivamente vienes.
—
¿Eh?
Diez
minutos después, Ryouta y Oikawa han elegido una canción movida y sexy, un mix
que seguramente se han encontrado en la web. Las bocinas estaban lo
suficientemente alto para que los presentes escucharan, pero no tanto como para
que alguno de los adultos viniese a llamarles la atención.
—
Si tuviéramos lásers esto bien pasaba por un antro.
—
Cállate, Kusokawa.
—
Déjame ser~ Iwa-chan, hazme un solo súper sexy.
—
Siéntate y guarda silencio.
Sentados
los antes mencionados, la música siguió sonando, alcanzando con sus vibraciones
las fibras sensibles de cada uno de los que estaban de pie frente a su
respectiva pareja. Si hay que decirlo honestamente, Tatsuya, Futakuchi e
incluso Koushi, llevaban la sensualidad en la sangre, los movimientos lentos
pero seductores sacudían sus figuras con envidiable naturalidad. El sutil
coqueteo que bailaba en las elipses que hacían con la cadera o las suaves ondas
de sus siluetas mientras se acercaban o pasaban de un lado a otro junto a sus
respectivas parejas, pasándoles por la espalda y tocando apenas sus hombros o
rozando sus cuerpos con sutileza. El pulso de Murasakibara, Aone y Daichi han
sido los primeros en dispararse. Nishinoya no se quedaba para nada atrás, tenía
ese aire coqueto que seducía también, aunque sus movimientos eran más
intencionados, sobre todo si se atrevía a atrapar una pierna de Asahi entre las
suyas mientras agitaba la pelvis de forma tan sugerente. Por supuesto, el pulso
de Azumane también se ha ido por los cielos, y aunque está sonrojado hasta las
orejas, está luchando fuerte por evitar que la entrepierna despierte.
Yukio
no se siente particularmente sexy de ninguna manera, esto sería más fácil si
fuera Ryouta quien estuviere flirteando con él a través del baile. Pero lo intenta.
Trata de ignorar todo lo demás y mantenerse centrado solamente en el rubio
modelo, de contagiarse con el ritmo de la música y encontrar en alguna parte de
su cuerpo la habilidad para moverse sensualmente. Siente que apenas lo
consigue, y que se ve demasiado “pasivo” para soportarlo por demasiado tiempo.
De pronto sus ojos se encuentran con las pupilas doradas, y siente que el pulso
también se le acelera cuando ve el deseo juguetear en los ojos de su novio.
Ryouta agarra con fuerza sus propias rodillas como un intento para evitar que
sus manos viajaran al cuerpo de Yukio, se muerde el labio inferior y maldice el
momento en que propuso este juego en público. Si estuvieran a solas,
probablemente podría sonsacar a su senpai y le arrastraría a tocarse un poco.
Teppei,
que se siente un poco cohibido con el juego, demuestra sin embargo que tiene
cierto talento para esto. Baila sensual al ritmo de la música, y por un momento
Shun piensa que su novio se vería bastante sexy en traje de bombero o uniforme
de policía, y si se desnudase para él…
—
¡Oh mi~! ¡Estoy pensando cosas lascivas!
Ay no, ay no Teppei, no muevas la pelvis así~ tengo el corazón a mil~
¡Demasiado cerca! — Pensar no quitaba el hecho de que se estaba excitando.
Taiga
se las ha ingeniado, pero no está seguro de saber quién seduce a quién, ya que
Tetsuya, aunque es quien está sentado y quieto, le sigue con la mirada. Y son
esos grandes ojos azul océano los que le invitan al flirteo silencioso, al
intercambio de insinuaciones que quedan enfatizadas con los acercamientos
sensuales que el pelirrojo hace con su novio. Sí, el mundo ha desaparecido para
ellos a fin de cuentas. Y el pulso de ambos ha ido en aumento prácticamente
desde que inició el juego.
Iwaizumi
no se queda atrás en cuanto a sensualidad. Y es probablemente por el físico que
tiene que sus movimientos resultan varoniles y seductores. Oikawa está
encantado, y excitado a decir verdad, ha sido grandioso que su primo propusiera
este juego, porque está seguro que si él lo pedía, difícilmente conseguiría que
su novio le bailase de esta manera.
Sakurai
y Shoyo son unos lindos faroles al rojo vivo. Sus movimientos son torpes y casi
mecánicos. Pero aún así Aomine y Tobio, respectivamente, están que luchan por
controlar las pulsaciones de sus corazones. Aomine quiere empujar a Sakurai
abajo, arrancarle la ropa y devorárselo. Tobio solo quiere tener más control y
no quedar como un lujurioso, pero no es su culpa ser un adolescente plagado de
hormonas. Y que nunca antes con Shoyo haya ido más allá de los besos
apasionados y algún toqueteo que, de todas formas, todavía encontraba barrera
en la frontera de sus ropas.
—
¿Alguien más habrá notado que la
temperatura en el salón está aumentando? — Kaname, que estaba como los
otros, solo observando, se sintió abrumado por la situación.
¿Era
esta una escena normal en un grupo de adolescentes? ¿Todos varones? Bueno, lo
es hablando de parejas, pero que estén tantos ojos mirando, definitivamente era
un nivel que Kaname no se hubiera imaginado. Tal vez ha sido demasiado inocente
en sus años adolescentes. O quizá ellos simplemente esa vez han cruzado la
línea del compañerismo con juegos demasiado confiados e íntimos. ¿Era esto
equivalente a jugar a “la botella”?
—
Kaname… — Kamasaki le llamó susurrando en su oído. Y el menor Takeda pudo
sentir que se le erizaba el vello de la nuca al mismo tiempo en que su pulso se
aceleraba.
Ellos
ni siquiera estaban haciendo aquello, no se han unido como pareja simplemente
porque les ha dado vergüenza admitirlo delante de todos. Pero Kaname ya se
estaba sintiendo sensible, y pensándolo bien, un poco celoso también.
—
No lo hagas, Yasushi.
—
¿Qué?
—
No bailes así para otro que no sea yo.
—
Kaname.
El
menor Takeda se había girado, pasado sus manos por el cuello de Kamasaki y
acercado su rostro al de éste, entrecerrando los ojos y suspirando un aliento
cálido. Deseando un beso. ¿Era influencia de toda la situación en sí? ¿Era
culpa de la música sugerente?
Lentamente
los brazos de Kamasaki se adueñan de la cintura del menor Takeda en tanto sus
labios se funden en un beso demasiado íntimo. Akashi les mira de soslayo, y se
siente tentado de imitarles, de largarse sencillamente de allí junto a Furihata
y recordarle cuán suyo es aunque no le esté prestando la atención que
obviamente el castaño ha demandado inocentemente antes.
La
alarma de los móviles que han estado monitoreando el pulso cardíaco de los
chicos sentados suena, han alcanzado el “punto crítico” de pulsaciones. La
silla caliente sí que se había encendido a punto de ebullición. Las parejas se
sonríen, algunas más tímidamente que otras, abandonas la silla caliente y dejan
sitio para los que faltan. Casi parece que el sentido del juego se ha perdido,
probablemente ni siquiera lo recuerden. No importa, son adolescentes y está en
su naturaleza hacer algunas acciones sin más razón que la curiosidad o la
exploración de sus sexualidades.
Lev,
Junpei, Kaname y Furihata toman sitio en su respectiva “silla caliente”. La
música no ha parado, el ambiente sigue “encendido”. Los móviles reinician el
monitoreo con nuevos personajes. Midorima no tiene ánimo alguno de bailarle a
Lev, le inspira más nada que indiferencia, Kamasaki se pregunta si podrían
hacer un cambio de último momento y tal vez colarse frente a su novio. Tadashi
se siente demasiado cohibido, su senpai le inspira confianza pero no como para
juguetear de esta manera. Ha olvidado la razón por la que no se ha marchado de
allí cuando ha podido. Tenía probablemente la esperanza de que Tsukishima
quisiera jugar con él. Y se deprime un poco al verle frente a Furihata, casi
dispuesto a hacer esto. Takao se divierte, baila coqueto y sexy para Kaname,
aunque en realidad lo único que quiere es provocar los celos de su no-novio, sonríe y juguetea con la
mirada buscando los ojos verde-olivo de Midorima. El ojiverde no tarda en
anclarse a sus ojos oscuros, pícaros y juguetones. Kuroo hace lo propio frente
a Junpei, sabe que Kenma no se tomará esto de manera particular, porque saben
que es juego y nada más. El menor Sawamura se cubre los ojos, quiere escapar de
ahí, es sumamente incómodo y desagradable. De pronto solo quiere llamar a Riko
y escuchar la voz de su novia incluso para cosas deshonestas como imaginar
intimidad junto a ella.
Kenma
está dispuesto a moverse, no le interesa pero es un juego y ya está allí, así
que “qué más da”, se repite mentalmente. Tsukishima no ha hecho más que ajustar
sus anteojos y pensar en la mejor forma de largarse de allí, es ridículo siquiera
intentar seducir a otro chico que no sea su pecoso amigo.
—
Soy idiota. Me quedé porque realmente
quería hacer esto con Tadashi. Y estoy aquí, frente a un chico al que apenas
conozco y que está incómodo de todas formas. Tadashi… — Le llama
mentalmente, y sus ojos de inmediato buscan al pecoso.
Sus
miradas se encuentran y sienten un cosquilleo extraño invadirles las entrañas.
—
Vamos, Koki.
—
¿Eh? ¿Akashi?
No
hay tiempo para más. La mayoría se queda boquiabierto. Akashi ha tomado a
Furihata de la mano y le ha arrastrado fuera sin importarle una mierda el juego.
Furihata le sigue en silencio, sabe que probablemente le ha hecho enfadar.
Afuera está oscuro, es de noche después de todo. Atraviesan un corredor y
alcanza a escuchar las voces de los adultos reír en uno de los salones. Luego
de pronto Akashi le empuja contra un muro, y sus labios le asaltan casi con
rudeza al principio. Furihata devuelve el beso porque, porque realmente no hay
una razón para no hacerlo. Su pulso está por las nubes y su corazón casi le
late en la garganta. La lengua de Akashi es impositiva, como todo en él cuando
se “adueña” de lo que quiere. Y a quien quiere, es a Furihata.
—
Eres mío, Koki. Mío. Mi novio, mi amante, mi prometido. No te daré a nadie,
nunca.
—
Akashi. — Suspira. Y se queda sin más palabras cuando la boca del de cabellos
bermellón le ataca de nuevo.
Algo
más dulce, más romántico. Más enamorado.
Atrás,
en la cabaña poco a poco los chicos terminan dispersándose. Las hormonas han
despertado innegablemente. El juego ha sido mandado al carajo. Los besos, las
caricias, la necesidad de “algo más” aparece entre las diferentes parejas.
—
Taiga~.
—
Shh, Tetsuya. Alguien podría oírnos.
Continuará…
Aaaah.
ResponderBorrarEra inevitable con ese juego xD
Ay. Me encantó como Furihata le destruye el ego a Akashi!
Y las frases de Tetsuya! Dios, me cago de risa. Es que solo imaginarlo con ese semblante casi poker face. Pero para Taiga debe ser diferente >u>
Iwaizumi es nuestro beffy man, que envidia la de Oikawa °q°
Ay Shun! Por deos! Me encanta ese niñooooo. Y su historia es lo max.
Bueno, ya quiero saber cómo terminan esos dos.