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Parte 12. Amar sinceramente, aún cuando
tu personalidad es diferente
Al
alba, ambos autobuses han arribado a su destino, los adolescentes han
descansado lo suficiente y han dormido lo necesario. Los adultos solamente han
tenido que dirigirse a una persona encargada para notificar su llegada y el uso
que darán a este espacio. Si los chicos pensaron en algún momento que sería un
lugar con al menos alguna cancha de voleibol y basquetbol, estuvieron
equivocados.
—
¿Alguien más nota que es solo, campo?
A
saber, no había ni una sola cancha en todo lo que alcanzaban a observar.
Tampoco parecía que hubiese en algún lugar algo parecido a un gimnasio techado,
por lo que probablemente entrenarían sobre arena o tierra.
—
Así es, chicos. Es solo campo, y es aquí donde entrenaremos. Van a fortalecer
sus cuerpos, y mejorar técnica y estrategia a base de entrenamiento al puro
estilo rural. — el entrenador Kagetora dijo primero, mientras los adolescentes
terminaban de bajar de los autobuses.
—
¿Eso existe?
—
Sí. Vayan a dejar sus maletas a sus habitaciones, el club de voleibol a la
derecha, el de basquetbol a la izquierda. — El entrenador Kise dijo entonces,
viendo cómo sin rechistar todos tomaban la dirección correspondiente. — En
treinta minutos se servirá el desayuno, no lleguen tarde, el comedor es en la
cabaña de allá… — Mencionó, señalando una cabaña que estaba más allá hacia el
fondo del reducido espacio habitacional.
De
ahí en más solo había sembradíos, bosque y zona montañosa.
—
Estoy seguro de que debe haber algún arroyo por aquí.
—
Seguramente, Yuu.
—
Entonces, vayamos cuando tengamos oportunidad, Asahi~.
—
Claro que sí, como quieras Yuu.
Nishinoya,
entusiasmado no solo con la certeza de practicar su deporte favorito, estaba
emocionado también con la idea de pasar esos días fuera de casa, y generar sus
propias oportunidades para estar con su novio.
—
¿Qué tipo de práctica crees que tengamos aquí, Asahi?
—
Conociendo a los entrenadores, en algún momento practicaremos todos juntos. O
tal vez todas las actividades vayan a ser así.
—
¡Excelente! ¡A mí me divierte bastante así!
Azumane
sonrió ante la algarabía de su novio. Y en poco llegaron a la cabaña que les
han designado. El club de voleibol entró allí con mirada curiosa, mirando de
inmediato en las diferentes habitaciones, descubriendo un baño común, dos
amplias habitaciones para dormir con futones individuales y mantas. Y nada más.
—
Vamos a tener que repartirnos en las dos habitaciones. — El gemelo Sawamura y
capitán del club, dijo cuando todos estuvieron en la pequeña sala donde había
un televisor y un dvd, probablemente dispuesto así más que para el
entretenimiento, para estudiar algunos partidos. — Koushi, Tadashi, Shoyo, Yuu,
Kenma, Yaku, Oikawa, Kaname y Futakuchi ocuparán una, el resto nos acomodaremos
en la otra.
—
¡Por qué! ¡Yo quiero dormir en la misma habitación que mi Iwa-chan~!
—
Justamente por eso, y porque no creo que vayas a ser capaz de comportarte,
Oikawa.
—
¿Qué? Sonaste como un papá estricto, Daichi-san.
—
Bueno, solo serán un par de días, mejor vamos a concentrarnos. — El gemelo
Sawamura se sintió aliviado cuando su novio peliplatino sonrió al encontrar sus
miradas.
No
es que él desdeñara la idea de compartir habitación –o juntar futones– con su
novio, era que quería evitar distracciones que los entrenadores pudieran notar
y afectar el rendimiento de todos en el campamento, que ya de por sí era breve.
Las quejas no pararon ahí, Oikawa y Lev fueron los más ruidosos, pero incluso
Nishinoya y Futakuchi estaban en desacuerdo.
—
Deja ya de molestar, Oikawa. Sawamura debe cumplir con su papel como capitán,
si sabe que ustedes no van a comportarse lo menos que puede hacer es
separarlos.
—
Iwa-chan, tú en verdad no te preocupas para nada por mis sentimientos, ¿verdad?
—
¿¡Ah!?
Probablemente
esa era la primera vez que notaba en la expresión de Oikawa una emoción de
tristeza honesta. Y no es que él no se preocupase por sus sentimientos, ¡era
difícil tratar con él cuando tiene esa personalidad!
—
Joder, y ahora soy yo quien se siente
culpable. ¿No debería ser él quien tomara más en cuenta lo que tenemos y dejar
de coquetear con todas esas chiquillas que lo persiguen día tras día?
Sin
embargo, hay un punto ahí que ninguno de los dos ha tomado realmente en cuenta,
“algo” que solamente dieron por “hecho” pero que no han hablado con la
suficiente seriedad. Se han olvidado de que lo que “tienen” bien puede ser solo
una relación física, porque comenzaron por experimentar el sexo y después
simplemente dejaron que las cosas siguieran su orden, pero más que un orden
establecido, era una relación caótica en la que ninguno hablaba claro. Mientras
que Oikawa empujaba sus sentimientos con cierta actitud caprichosa, Iwaizumi
levantaba un muro de trato malhumorado para evitar expresarse honestamente
también.
—
Nh, ni siquiera sé qué tenemos. ¿Somos
novios realmente? Oikawa no es gay, solo resulta que tuvo curiosidad. Aunque
dice que quiere estar conmigo ¿qué va a pasar cuando aparezca una chica que le
guste?
—
Iwaizumi.
—
Oh, sí, Sawamura.
—
Hablemos un momento afuera, por favor.
—
Sí.
Ante
la mirada atónita de todos, capitán y rematador salieron a la parte trasera de
la cabaña. Aunque algunos tenían curiosidad, particularmente Oikawa, el menor
Sugawara no los dejó salir ni asomar la nariz, enviándolos a dejar sus cosas en
la habitación que les correspondía y prepararse para el desayuno.
El
gemelo Sawamura ha estado dándose cuenta de que la relación entre el modelo y
uno de los rematadores más habilidosos del club no estaba yendo bien, por lo
que no ha podido hacerse de la vista gorda y se ha sentido en la
responsabilidad de hacerla un poco de mediador. Aunque, también lo admite,
estuvo tentado de dejarle esto a su novio, sin embargo, como capitán no podía
darse ese lujo.
—
Bien, quiero hablar contigo de algo que considero importante en tu desempeño en
el club, pero en verdad también lo hago porque considero que somos amigos. Tal
vez no tan íntimos, pero…
—
Entiendo, Sawamura. Está bien, ¿qué es lo que quieres hablar?
—
¿Qué sucede entre Oikawa y tú?
—
¿Eh?
—
Bueno, generalmente se llevan de malas maneras, pero siempre se había notado
que esa era la forma de ser para ambos. Pero, últimamente parece que es más que
solo la personalidad de ambos. ¿Algo va mal con ustedes?
—
Lo solucionaremos. Es solo que tanto Oikawa como yo somos cabezotas.
—
La verdad es que sí… — El gemelo Sawamura dijo con una ligera sonrisa… —
Iwaizumi, Oikawa te gusta, ¿no es así? Quiero decir, de forma romántica.
—
Ng, ¿tanto se nota?
—
No exactamente. Es solo que, emiten esa vibra, o algo así. Pero, ¿no están
ustedes saliendo?
—
¿Si somos novios? Bueno, parece que sí, pero no lo hemos hablado formalmente.
—
Así que es eso lo que hace que no luzca todo bien entre ustedes, eh. Bueno, no
quiero meterme donde no me llaman, pero, ¿es tan difícil hacerlo?
—
¿Confesarme a Oikawa? — Iwaizumi preguntó. El capitán asintió… — Un poco. Pero,
como dije, es solo porque somos muy cabezotas los dos. Lo siento, Sawamura.
—
¿Por qué?
—
Por hacer que te preocupes por nosotros. Yo, haré algo al respecto, no dejaré
que afecte al club. Lo siento por hacer que te tomes esta molestia,
Sawamura-san… — Dijo, inclinando el cuerpo con sinceridad.
—
Ah, no. Está bien, solo. Haz lo que debas, Iwaizumi.
Dentro,
el peliplatino había entablado una pequeña conversación con el modelo también.
Su carácter noble no le ha dejado mantenerse al margen. Es la primera vez desde
que lo conoce, que ve a Oikawa con sonrisas fingidas y una peculiar tristeza en
sus ojos.
—
Así que, ¿qué habrías hecho de compartir habitación con Iwaizumi? Parece que
ustedes no han estado en la misma frecuencia últimamente.
—
Suga-san, eres realmente sensitivo, eh.
—
Es porque Oikawa, tienes una personalidad muy colorida y brillante, es
imposible no notar cuando no eres el mismo. Y esa pequeña discusión de hace
unos momentos con Iwaizumi. Yo solo espero que ustedes puedan sincronizar sus
corazones pronto.
—
¿Sincronizar, nuestros corazones? — El modelo abrió los ojos de par en par. El
menor Sugawara sonreía amablemente… — Suga-san, ¿cómo lo hiciste con Sawamura?
—
Como Daichi y yo hayamos comenzado a salir no es lo mismo que para Iwaizumi y
tú, Oikawa. Nuestras personalidades son muy diferentes. Pero, si quieres un
consejo, solo puedo decirte que, sin importar cómo se vea, los sentimientos no
pueden ser adivinados o entendidos con acciones cuestionables, es mejor ponerlos
en palabras y enfatizarlos con el comportamiento.
—
Es porque soy popular con las chicas, ¿verdad? Es por eso que Iwa-chan no me
cree cuando le digo que solo lo quiero a él.
—
Tal vez, pero Oikawa, eres modelo, ¿cierto? y coqueteas con naturalidad, así
que, más que dejar de ser popular, ¿Cómo podrías darle credibilidad a tus
sentimientos sin cambiar tu forma de ser? Amar a otra persona no significa
renunciar a quien eres, solo adaptarse mutuamente.
—
Gracias, Suga-san. Creo que he comprendido un poco más cuál es el problema
entre Iwa-chan y yo.
—
Siempre que gustes, puedes acercarte a mí y conversar, Oikawa. Quizá no siempre
pueda decirte algo bueno para ti, pero al menos podré escucharte. Por lo que
veo, Iwaizumi ha sido siempre tu único apoyo verdadero, tu mejor amigo; pero
ahora que tus sentimientos por él cambiaron, no está de más que tengas otro
amigo en quien confiar.
—
¡Suga-san~ eres tan bondadoso~! — Exclamó, abrazándole efusivamente. Justo
cuando el gemelo Sawamura e Iwaizumi estaban de regreso.
El
capitán aclaró la garganta para llamar la atención de los otros dos, mientras
que Iwaizumi se preguntaba por qué no sentía celos al ver a su novio abrazando al peliplatino, pero
perdía los estribos cuando era cualquier otra persona, sobre todo chicas.
—
¡Ah! No estaba haciendo nada raro, Sawamura~ ¡lo juro!
—
No te preocupes, no lo estaba pensando. Koushi, vamos. — El capitán extendió su
mano. Mano que el peliplatino no dudó en tomar, saliendo del pequeño salón
donde al parecer se almacenan mantas y toallas limpias para uso común de todos
los huéspedes del lugar.
Oikawa
miró a Iwaizumi tratando de leer su reacción. El morocho lucía relajado. ¿No ha
sentido ni pizca de celos?
—
Oikawa, hablemos tú y yo también. En cuanto tengamos oportunidad. Ahora no
porque casi tenemos que ir al comedor, después de las prácticas, tengamos una
conversación seria, ¿bien?
—
S-sí, Iwa-chan.
…
Como
era de esperar, el entrenamiento en este campamento no ha sido menos agresivo que cualquier otro. De hecho,
los adolescentes han tenido la impresión de que Kagetora-san y Kise-san están
tomándose esto tan en serio como si fueran profesionales o algo. La forma en
que exigían de ellos resultados era asombrosa. Y aunque era cansador, tampoco
se quejaban particularmente, y es que lo hacían de forma tal que cada uno de
ellos sentía que no se les pedía algo que no pudiesen dar. Mejoraban en las
habilidades que poseían, puliendo sus propios talentos.
Al
atardecer, cuando el sol no era tan abrasador pero ellos llevaban ya horas
ejercitando el cuerpo, Kise-san anunció la actividad final del día, sería un
juego en un campo de arroz que estaba a un kilómetro de distancia; mientras que
dos kilómetros en sentido contrario había un arroyo al que llegarían después de
terminar aquí, pues dos actividades se han enlazado en una sola. Terminando
este ejercicio deberán apresurarse en carrera hacia el otro lado.
—
¿Y los partidos de práctica? — Preguntaron algunos.
—
No jugarán hoy, pero mañana a eso se dedicarán todo el día… — El entrenador
Kise respondió.
—
Pero nii-san~. ¡Estamos cansados~! Merecemos jugar un poco, quiero lucirme
delante de Yukio-senpai~.
—
Pues lúcete mañana, y no me llames nii-san, Ryouta.
El
rubio modelo obviamente hizo puchero y todo, pero nadie le siguió la corriente.
Ni siquiera su primo Oikawa, que llevaba todo el día ligeramente distraído y
poco parlanchín. No ha peleado ni un momento a Tobio o Shoyo, tampoco ha estado
de mimoso con Iwaizumi. Y era bastante extraño.
Cuando
llegaron al campo de arroz, todos imaginaron que aquí saldrían terriblemente
sucios y cansados. El campo tenía casi veinte metros de ancho y casi el doble
de largo. Honestamente que daba más un aire de “lodazal”. Había también, en un
extremo a lo largo, cinco pilares de gruesa madera enclavados en el húmedo y
lodoso fondo, a cada pilar está atado una soga ancha, misma que, tras cerca de
metro y medio de longitud se divide en tres cuerdas más. Y cerca del otro
extremo del campo a lo largo, ubicadas están tres banderillas en hilera, con
una separación aproximada de treinta centímetros entre una y otra. Por cada
pilar de madera, las tres banderillas que le corresponden son de un color
diferente: amarillo, rojo, azul, violeta y verde.
—
Van a separarse todos en equipos de tres. En esta ocasión les dejaremos
organizarse como quieran.
Tras
una disputa sobre cómo conformar los equipos, resultaron así.
1.
Teppei, Kenma y Sakurai.
2.
Aomine, Shun y Shoyo.
3.
Taiga, Oikawa y Yaku.
4.
Murasakibara, Tatsuya y Furihata.
5.
Aone, Yamaguchi y Takao.
6.
Midorima, Ryouta y Kaname.
7.
Azumane, Nishinoya e Iwaizumi.
8.
Kuroo, Koushi y Kamasaki.
9.
Los hermanos Sawamura (Daichi, Yukio y Junpei)
10.
Tobio, Tsukishima y Lev.
11.
Tetsuya, Futakuchi y Akashi.
—
No es justo, Murasakibara nos vencerá a todos. ¡Él es el más fuerte!
—
Vamos, Shoyo, también es cuestión de trabajo en equipo.
—
Aunque todavía estoy de acuerdo con Shoyo, Murasakibara nos va a ganar a todos.
Aún
con las opiniones divididas, el ejercicio inició. Ya que son once equipos, los
entrenadores decidieron que compitieran entre sí 4-4-3, quien ganara de cada
uno de los encuentros pasaría directamente a la final, y el equipo que
triunfara de todos, tendría oportunidad de elegir un postre especial durante la
cena, y disfrutarían de un baño en unos termales que estaban al fondo del
complejo de cabañas y que hasta el momento ninguno había siquiera imaginado que
hubiera. La idea era sumamente tentadora.
Para
hacer aquella competencia imparcial, los entrenadores echaron a la suerte los
grupos, de modo que los primeros cuatro fueron los liderados por Teppei,
Tetsuya, Tobio y Aone.
—
Tetsu-nii, no vamos a tener respeto por ustedes aunque sean los senpais.
—
Está bien, Tobio-chan. Tienes buenos elementos, seguro pueden ganar.
—
Nosotros no vamos a perder, Tetsuya… — Akashi dijo. Con un tono honestamente
amenazante. Aun así el mayor Kageyama simplemente mantuvo su casi imperturbable
expresión… — Tú, Fuakuchi, ¿cierto?
—
Sí.
—
Eres fuerte, tienes buenas piernas, asegúrate de concentrar toda tu fuerza en
ellas. Tetsuya, no intentes flojear ni un momento. Sé que no eres muy fuerte,
pero puedes hacerlo bien y cooperar.
Al
peliazul casi le latía la venita en la sien. Casi, pero eso nunca pasaba. De
todas maneras, su novio pelirrojo fue capaz de descubrir la molestia que asaltó
los grandes ojos azules de su adorable amante y estuvo tentado de intervenir.
Pero ya que Tetsuya ignoró las palabras del de cabellos bermellón colocándose
las botas plásticas especiales que les han ofrecido, se quedó quieto.
—
Akashi, ¿no deberías ser un poco más paciente con ellos?
—
¿Estás cuestionando mis métodos, Koki?
—
No~ solo digo que, también podríamos hacer amigos aquí. Vamos a quedarnos, ¿no?
Akashi
chasqueó la lengua, un gesto casi imperceptible, pero hizo el intento de
escuchar las palabras de su novio.
Los
otros dos equipos no tuvieron problemas en organizarse rápidamente. Decidiendo
quién iría en qué lugar de los tres puestos, y el orden en que tomarían las
banderillas, pues cada participante debía alcanzar la propia, siendo que los
tres debían trabajar en equipo.
—
Aunque si lo hubiéramos pensado otro poco, podría haber sido diferente,
Kageyama.
—
¡No molestes, es buena estrategia!
—
Lo que el rey diga.
Bueno,
se han organizado, pero las riñas entre Tsukishima y el menor Kageyama no se
detuvieron. Y por unos minutos aquello se volvió un poco ruidoso, con el menor
Kagami metiendo su nariz para “defender” a su novio –todo y que no lo
necesitaba–, y de alguna manera se ha terminado metiendo Oikawa –que necesitaba
liberar un poco de estrés, no saber de qué quiere hablar Iwaizumi le tiene
ansioso–.
Hasta
que, finalmente, los entrenadores usaron el silbato y mandaron a guardar orden.
Cada uno de los equipos tomaron su lugar. Y a la cuenta de tres, iniciaron el
avance. Los jadeos y hasta gritos de fuerza no se hicieron esperar, tras unos
cuantos pasos dados, no solo el fango en que sus pies se enterraban, sino la
propia inercia que generaba las cuerdas elásticas similares a las que usan para
el salto en bungee y que han atado alrededor de la cintura con una banda
protectora, estaban complicándoles la labor.
Teppei
estaba usando toda su fuerza, y no duda de que Sakurai e incluso Kenma estén
haciendo lo propio, pero todavía estaba en desventaja de entre los cuatro
equipos. El que hasta el momento iba bastante parejo. Aone, Yamaguchi y Takao
tenían buena coordinación, mientras que Tetsuya con Akashi y Futakuchi no
parecían para nada armonizados. El equipo de los de primer año lo estaba
haciendo bastante bien, sobre todo tomando en cuenta que los tres eran de los
más altos. Sin embargo, la experiencia terminó imponiéndose. La primera
banderilla fue tomada por Kenma. Y al regresar, se fueron de espaldas,
salpicando agua y lodo por todas partes. El mismo efecto llegó para todos los
equipos, que no supieron tomar control de la reversa y la inercia natural de
las cuerdas elásticas. Volver e iniciar de nuevo, poner toda la fuerza,
concentrarse, tirar juntos, tener en consideración la fuerza y el límite de sus
compañeros. Teppei tuvo en cuenta eso, y tiró de más cuando fue necesario,
jalando con la fuerza que la complexión de Kenma no le permitía dar, sujetando
el brazo de éste para ayudarle a no caer, animando a Sakurai a continuar con el
mismo ritmo hasta que tomó la segunda banderilla, y repetir el proceso hasta
que fue su mano la que tomó la tercera banderilla y volvieron, entre trompicones,
al punto de inicio, encajando la banderilla sobre la esponja en el pilar de
madera. Alzándose victorioso. Apenas unos segundos antes de que Futakuchi, Lev
y Aone lo hicieran también. La diferencia ha sido mínima, el cansancio, real.
—
¡Excelente! Lo han hecho muy bien todos, chicos. Es hora de salir y dejar el
lugar a los siguientes.
—
Sí, entrenador.
—
Aquí, una toalla para que limpies el lodo de tu cara. ¿Tus ojos están bien,
Tetsuya?
—
Estoy bien, Taiga. Gracias por la toalla, y el agua también.
—
¡Eso fue bastante cómico, Tobio~! La forma en que cayeron los tres.
—
¡Deja de reírte, Shoyo idiota!
Bueno,
no todas las parejas podían ser armoniosamente románticas.
—
Es mi turno, voy a dar lo mejor de mí, Akashi.
—
Sé que sí. Ve, estoy bien, ha sido solo un juego, ganaré en los demás.
Furihata
asintió, aunque estaba seguro de que por dentro, su novio estaba haciendo un esfuerzo impresionante por contener su
frustración al haber perdido. De cualquier manera, la actividad debía
continuar. Y los siguientes en enfrentarse fueron los liderados por Azumane,
Kuroo, Murasakibara y Midorima.
—
¡Shin-chan~ da lo mejor~! — Takao exclamó todo sonrisas, aguardando a la orilla
del campo de arroz con toalla y agua, listo para darle su cariño a su no-novio que él realmente amaba. Y que no
era para nada un secreto, solo que Midorima se le estaba haciendo el difícil.
Como el tsundere que sabe es.
Aunque
estos cuatro equipos mostraron una gran fuerza y trabajo en equipo, al final
Murasakibara resultó triunfador. Aunque a sus compañeros Ryouta y Kaname se les
dificultó seguirle el ritmo, ya que el alto muchacho no había tenido reparo en
usar toda su fuerza para avanzar. Acá entre nos, particularmente porque su
novio Tatsuya ha hecho un poco de trampa y le ha prometido, si ganaba, unos
dulces que llevaba consigo. Los entrenadores no dijeron nada, no piensan que
está mal que se motiven entre sí. Pero, igual que los otros equipos, estos
también terminaron mojados y llenos de lodo. Y tal como pensó, Takao corrió con
Midorima a limpiarle el rostro y darle agua.
—
Puedo solo, Takao.
—
Vamos, déjame ayudarte con los lentes~.
—
Ng, haz lo que quieras, pero no te me acerques tanto.
—
Me estoy asegurando de que tus ojos están bien~.
Por
último, los equipos liderados por Taiga, Aomine y Yukio compitieron en lo que,
probablemente, fue la competencia más reñida. Yaku y Shoyo podían ser realmente
bajos de estatura, pero mostraron fortaleza interna también, valiéndose de su
carácter para tirar con una fuerza que ni siquiera sabían que tenían, jalando
casi a la par que sus respectivos compañeros. Al final, sin embargo, la fuerza
de los Sawamura se impuso, alzándose victoriosos.
—
Hey, Shoyo, aunque tu hermano Taiga es un imbécil de primera, tú realmente eres
bueno. Lo hiciste bien, chibi.
—
¿Chi-bi? — El pelinaranja parpadeó varias veces, abrumado por el repentino
halago de Aomine, frustrado por ser nombrado “enano”.
—
¡Aomine idiota, qué estás diciendo de mí!
—
¡Que eres un imbécil, Kagami!
—
¡Ah, si lo llamas por el apellido también me insultas a mí, Aomine-senpai!
Ignorando
las disputas de los hermanos Kagami con Aomine, los entrenadores observaron la
competencia definitiva entre los equipos liderados por Teppei, Murasakibara y
Yukio. Agotados del primer encuentro, sobre todo los hermanos Sawamura, que
apenas tuvieron tiempo para limpiar el lodo de sus rostros y tomar un poco de
agua, los tres equipos dieron lo mejor de sí en la contienda. Ensuciándose más,
gastando las energías que no tenían ya porque, olvidaron el pequeño detalle de
administrarse, y ahora no podían más que esforzarse a base de orgullo. Los
hermanos Sawamura resultaron los absolutos vencedores, quizá porque los tres
tenían habilidad para coordinarse, para tener estrategia. Quizá porque, siendo
hermanos, se entienden con una mirada, quizá, sencillamente porque, por poco,
fueron mejores.
—
Tomen un descanso, en cinco minutos todos deberán correr al arroyo.
—
¡Sí, entrenador!
Pero
cinco minutos se han sentido a nada para los que acaban de participar, sienten
un ligero temblorcito en las piernas y cansada la pelvis. Pero transcurrido el
tiempo el enorme grupo sale en la carrera hasta el arroyo, donde solo ver lo
que sigue, gimotean inconformes, cansados.
—
Este ejercicio será por clubes, voleibol a la derecha, basquetbol a la izquierda.
En
el arroyo, en una parte angosta y no muy honda, había una isla al centro, un
cuadrado de no más de dos metros cuadrados con base firme y superficie
acolchada de vinil, resbalosa una vez que el agua cae en ella; conectados a la
isla, dos senderos de colchoneta que flotaban sobre el agua. El objetivo era,
primero que nada, organizar el orden en que irían saliendo a enfrentar a un
integrante del equipo contrario. Las batallas serían básicamente uno a uno, por
lo que debían analizar las posibilidades que tuviera en cuenta el equipo
contrario. Esta era una prueba de fuerza y equilibrio, ya que al llegar a la
isla debían asegurarse de mantenerse en ella y no ser lanzado por el contrario
fuera, por lo que cada uno debería usar la estrategia que consideren mejor, ser
el primero en atacar pero sin olvidar su propia defensa, y derribar al oponente.
Los entrenadores darían un silbatazo cada minuto, anunciando así al siguiente competidor.
Era un ejercicio rápido que también reflejaría el trabajo en equipo.
Y
resultó, honestamente muy divertido. Incluso para los entrenadores.
Descubrieron también que sus clubes sabían trabajar en equipo a pesar de sus
diferencias, que todos poseían una impresionante fuerza física y mental, y que
aprendían de sus errores. Al final el club de basquetbol resultó victorioso,
ganando 3 de 5 rondas.
—
¡No fue justo! ¡Taiga nii-san salió en dos ocasiones cuando era mi turno! ¡Y me
lanzó fuera sin piedad! — Molesto, el pelinaranja no dejó de quejarse del trato
de su hermano mayor en todo el camino de vuelta a las cabañas, donde todos
esperaban impacientemente un largo baño en las termales, como han prometido los
entrenadores.
—
¡Deja de quejarte! ¡Te estoy enseñando a valerte por ti mismo, Shoyo! — El
pelirrojo gritoneaba también, exaltado y avergonzado por las circunstancias.
—
¡Debiste haber hecho lo mismo que Teppei-san~!
—
Oh, eso fue realmente cómico. Primero sale para defender a Shun, lanzando lejos
a Kuroo, y después ayuda a Koushi empujando a su propio compañero.
Aomine-senpai todavía está enojado por eso.
—
¡Claro que estoy enojado! ¡Teppei idiota, en qué estabas pensando!
—
Vamos, vamos, ya me disculpé apropiadamente, Aomine. Fue un reflejo de mi
parte… — Decía, sonriendo con esa cara de bobo que solía poner cuando realmente
estaba más feliz que arrepentido de algo.
—
El duelo entre Daichi-san y Yukio-san fue de lo mejor. Si Junpei-senpai no
hubiera salido también, seguramente no habría salido un vencedor.
—
¡Por eso digo que Taiga-nii es un insensible~! ¡Fuiste el único que no ayudó a
su hermano~!
—
¡Ah! ¡Pero con los Sawamura no cuenta! ¡Junpei ayudó a Yukio pero fue en contra
de Daichi! ¡Es muy diferente!
—
¡Mentira, mentira, Taiga-nii insensible~!
—
Cuando los dos discuten, realmente son más ruidosos, ¿no?
—
Sí, pero es divertido.
La
disputa entre los hermanos Kagami se extendió aun durante la ducha en las
termales. Pero una vez relajados allí, dieron por terminado el asunto. En
cuestión de una hora tendrían la cena, mientras tanto podían hacer lo que
quisieran. Obviamente, todos optaron por descansar, cada quien a su manera.
Por
su parte, Iwaizumi pensó que este era el momento adecuado para hablar con
Oikawa. Y se alejaron de las cabañas lo suficiente para sentirse con la
privacidad necesaria.
—
Entonces, ¿de qué quieres hablar, Iwa-chan?
—
Oikawa, me gustas.
—
¿Eh? — El modelo armador abrió los ojos de par en par. Incrédulo a lo que ha
escuchado.
—
Sé que nunca lo he dicho realmente, y solo estoy quejándome todo el tiempo de
tu personalidad. Pero, la verdad es que me gustas también por cómo eres.
—
Iwa…
—
Déjame terminar. Al menos lo que tengo que decirte, Oikawa. No me gusta cuán
popular eres con las chicas, incluso mayores; tampoco me gusta que fácilmente
sonrías para ellas o que te tomes fotos a su lado, que andes en las redes
sociales como un casanova y todas esas cosas. En serio no me gusta, pero,
entiendo que es algo que simplemente se te da. Que el coqueteo que haces es un
juego, y sé que no tengo derecho a pedirte que cambies, pero si tan solo un
poco respetaras el hecho de que estás teniendo algo conmigo, entonces creo que me sentiría menos celoso. También,
pienso que hemos hecho las cosas mal. Tuvimos sexo sin hablar sinceramente de
lo que sentimos el uno por el otro. Sé que pudo ser curiosidad de tu parte, o
conveniencia, y la verdad es que me gusta el sexo contigo, y no me interesa
tenerlo con nadie más. No soy dado a ser tierno o romántico, así que la mayor
parte del tiempo seguiré siendo quien conoces, renegando y hasta insultándote
pero… — Respirar profundo y mirarle directo a los ojos. A esos ojos que le
miraban sin perder detalle, a ese rostro colorado que tenía cierto aire a lindo que aceleró los latidos de su
corazón… — Lo que intento decir es, Oikawa, me gustas mucho, pero no quiero
solo una relación física contigo, así que, hagamos las cosas bien. ¿Está bien
para ti si somos novios?
¡Joder!
Oikawa quería llorar, finalmente estaba escuchando los sentimientos de Iwaizumi
en palabras. En palabras honestas que hacían temblar su corazón y le
emocionaban demasiado.
—
¡Iwa-chan~! — Gimoteó abrazándole por el cuello, apretándose al cuerpo ajeno… —
Está más que bien. Lo siento porque tampoco dije nada con la claridad
suficiente, alardeando de mi atractivo y todo lo demás. Por supuesto que
también me gustas, estoy enamorado de ti, idiota~. Iwaizumi Hajime es el único
para mí~ ¡he estado pensando en ti como mi novio desde la primera vez que nos
masturbamos juntos!
—
¡Ah! Nunca lo dijimos, kusokawa.
¿Cómo te tomas la libertad de hacerme tu novio sin preguntar?
—
Pero cómo podías pensar que yo realmente iría a hacer esas cosas con cualquiera
y tomarlo a la ligera~. ¡Obviamente que lo hice contigo porque eras tú! ¡Y te
lo dije desde un principio~!
—
También lo hiciste sonar a conveniencia. Y luego seguiste haciéndote el galán
con esas ruidosas fans tuyas. Y dijiste que tenías novia.
—
Pero te digo, lo malentendiste~ cuando dije que tenía novia estaba hablando de
ti, Iwa-chan~.
—
¡Ah! ¡Por qué mierda dices que soy tu novia!
—
Porque me dio vergüenza decir que tenía novio~ ¡y porque seguro igual te ibas a
enojar, Iwa-chan~!
—
Ah, eso es cierto. Aún así, no andes diciendo por ahí que tienes novia. Eres tú
quien muerde la almohada. — Agregó con una sonrisilla pícara. El modelo pucheó…
— Mierda, no era tan difícil solo hablar. Solo estuvimos haciendo el tonto
dando vueltas en círculo.
—
Iwa-chan, de verdad voy a intentar no flirtear con nadie.
—
No te creo.
—
¡Tienes que confiar en mí~! — Chilló.
—
En verdad, solo no olvides que soy tu novio, Oikawa Tooru.
El
modelo entonces no tuvo más remedio que tragarse cualquier comentario. Iwaizumi
lo estaba besando. De una forma dulce y profunda, dejándole sin aliento. Luego,
tras separarse, el rematador fue directo al cuello del modelo, succionando con
fuerza un trozo de piel cerca de la manzana de adán.
—
Ngh~, Iwa~ngh~ no hagas eso~.
Dijo,
temiendo que al sur de su ombligo su cuerpo reaccionara. Pero luego, tras haber
dejado rojizo ese trocito de piel, Iwaizumi descendió un poco más hasta la
clavícula, succionando otro pedazo de piel allí. Los jadeos de Oikawa tardaron
en cesar, tenía las mejillas al rojo vivo y el corazón loco.
—
Volvamos, Oikawa.
—
Ah, Iwa-chan, ¿acabas de marcarme?
—
Ng, piensa lo que quieres, kusokawa.
—
¡Estoy tan feliz, Iwa-chan~!
—
¡No te cuelgues de mí, camina por tu propio pie!
—
Hagamos un juego con los chicos esta noche.
—
No.
—
Por qué no~. Iwa-chan, tienes que apoyar a tu novio.
El
rematador le miró un segundo. Chasqueó la lengua, maldijo entre dientes y luego
aceptó.
—
Pero que no sean esos juegos raros que siempre propones.
—
¿Raro? — Dijo casi con inocencia, mostrando la lengua con ese ademán que le
daba sí un aire tierno pero que todavía no era suficiente para que su novio le
comprara su inocencia.
Después
de la cena, los entrenadores han concedido un par de horas para que hagan el
vago, prohibiéndoles tocar ningún balón pues necesitaban descansar. De esa
manera, ambos clubes se reunieron en una de las salas de las dos cabañas en que
se han repartido, era lo suficientemente amplia y se acomodaban todos muy bien.
La mayoría de los presentes saben que ahora saldrá alguno de esos ridículos
juegos que Oikawa, Ryouta y Futakuchi suelen proponer.
—
Entonces, juguemos a la silla caliente.
— Ryouta fue quien propuso, con una sonrisa de oreja a oreja.
Continuará…
IwaOi y KasaKi son mis OTP máximas ♡. Los awo demasiado ♡♡♡
ResponderBorrarMe alegra mucho por Iwaizumi y Oikawa. Son tan cabezas duras, que se lastiman sin darse cuenta de lo que siente el otro xdxd.
No sé cómo haces para coordinar todos los nombres y nuevos apellidos. Me mareo xD. Que capacidad la tuya, eh.