martes, 2 de enero de 2018

Sport Lovers. Parte 12. Crossover KNB&HQ!



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Parte 12. Amar sinceramente, aún cuando tu personalidad es diferente

Al alba, ambos autobuses han arribado a su destino, los adolescentes han descansado lo suficiente y han dormido lo necesario. Los adultos solamente han tenido que dirigirse a una persona encargada para notificar su llegada y el uso que darán a este espacio. Si los chicos pensaron en algún momento que sería un lugar con al menos alguna cancha de voleibol y basquetbol, estuvieron equivocados.

— ¿Alguien más nota que es solo, campo?

A saber, no había ni una sola cancha en todo lo que alcanzaban a observar. Tampoco parecía que hubiese en algún lugar algo parecido a un gimnasio techado, por lo que probablemente entrenarían sobre arena o tierra.


— Así es, chicos. Es solo campo, y es aquí donde entrenaremos. Van a fortalecer sus cuerpos, y mejorar técnica y estrategia a base de entrenamiento al puro estilo rural. — el entrenador Kagetora dijo primero, mientras los adolescentes terminaban de bajar de los autobuses.

— ¿Eso existe?

— Sí. Vayan a dejar sus maletas a sus habitaciones, el club de voleibol a la derecha, el de basquetbol a la izquierda. — El entrenador Kise dijo entonces, viendo cómo sin rechistar todos tomaban la dirección correspondiente. — En treinta minutos se servirá el desayuno, no lleguen tarde, el comedor es en la cabaña de allá… — Mencionó, señalando una cabaña que estaba más allá hacia el fondo del reducido espacio habitacional.

De ahí en más solo había sembradíos, bosque y zona montañosa.

— Estoy seguro de que debe haber algún arroyo por aquí.

— Seguramente, Yuu.

— Entonces, vayamos cuando tengamos oportunidad, Asahi~.

— Claro que sí, como quieras Yuu.

Nishinoya, entusiasmado no solo con la certeza de practicar su deporte favorito, estaba emocionado también con la idea de pasar esos días fuera de casa, y generar sus propias oportunidades para estar con su novio.

— ¿Qué tipo de práctica crees que tengamos aquí, Asahi?

— Conociendo a los entrenadores, en algún momento practicaremos todos juntos. O tal vez todas las actividades vayan a ser así.

— ¡Excelente! ¡A mí me divierte bastante así!

Azumane sonrió ante la algarabía de su novio. Y en poco llegaron a la cabaña que les han designado. El club de voleibol entró allí con mirada curiosa, mirando de inmediato en las diferentes habitaciones, descubriendo un baño común, dos amplias habitaciones para dormir con futones individuales y mantas. Y nada más.

— Vamos a tener que repartirnos en las dos habitaciones. — El gemelo Sawamura y capitán del club, dijo cuando todos estuvieron en la pequeña sala donde había un televisor y un dvd, probablemente dispuesto así más que para el entretenimiento, para estudiar algunos partidos. — Koushi, Tadashi, Shoyo, Yuu, Kenma, Yaku, Oikawa, Kaname y Futakuchi ocuparán una, el resto nos acomodaremos en la otra.

— ¡Por qué! ¡Yo quiero dormir en la misma habitación que mi Iwa-chan~!

— Justamente por eso, y porque no creo que vayas a ser capaz de comportarte, Oikawa.

— ¿Qué? Sonaste como un papá estricto, Daichi-san.

— Bueno, solo serán un par de días, mejor vamos a concentrarnos. — El gemelo Sawamura se sintió aliviado cuando su novio peliplatino sonrió al encontrar sus miradas.

No es que él desdeñara la idea de compartir habitación –o juntar futones– con su novio, era que quería evitar distracciones que los entrenadores pudieran notar y afectar el rendimiento de todos en el campamento, que ya de por sí era breve. Las quejas no pararon ahí, Oikawa y Lev fueron los más ruidosos, pero incluso Nishinoya y Futakuchi estaban en desacuerdo.

— Deja ya de molestar, Oikawa. Sawamura debe cumplir con su papel como capitán, si sabe que ustedes no van a comportarse lo menos que puede hacer es separarlos.

— Iwa-chan, tú en verdad no te preocupas para nada por mis sentimientos, ¿verdad?

— ¿¡Ah!?

Probablemente esa era la primera vez que notaba en la expresión de Oikawa una emoción de tristeza honesta. Y no es que él no se preocupase por sus sentimientos, ¡era difícil tratar con él cuando tiene esa personalidad!

Joder, y ahora soy yo quien se siente culpable. ¿No debería ser él quien tomara más en cuenta lo que tenemos y dejar de coquetear con todas esas chiquillas que lo persiguen día tras día?

Sin embargo, hay un punto ahí que ninguno de los dos ha tomado realmente en cuenta, “algo” que solamente dieron por “hecho” pero que no han hablado con la suficiente seriedad. Se han olvidado de que lo que “tienen” bien puede ser solo una relación física, porque comenzaron por experimentar el sexo y después simplemente dejaron que las cosas siguieran su orden, pero más que un orden establecido, era una relación caótica en la que ninguno hablaba claro. Mientras que Oikawa empujaba sus sentimientos con cierta actitud caprichosa, Iwaizumi levantaba un muro de trato malhumorado para evitar expresarse honestamente también.

Nh, ni siquiera sé qué tenemos. ¿Somos novios realmente? Oikawa no es gay, solo resulta que tuvo curiosidad. Aunque dice que quiere estar conmigo ¿qué va a pasar cuando aparezca una chica que le guste?

— Iwaizumi.

— Oh, sí, Sawamura.

— Hablemos un momento afuera, por favor.

— Sí.

Ante la mirada atónita de todos, capitán y rematador salieron a la parte trasera de la cabaña. Aunque algunos tenían curiosidad, particularmente Oikawa, el menor Sugawara no los dejó salir ni asomar la nariz, enviándolos a dejar sus cosas en la habitación que les correspondía y prepararse para el desayuno.

El gemelo Sawamura ha estado dándose cuenta de que la relación entre el modelo y uno de los rematadores más habilidosos del club no estaba yendo bien, por lo que no ha podido hacerse de la vista gorda y se ha sentido en la responsabilidad de hacerla un poco de mediador. Aunque, también lo admite, estuvo tentado de dejarle esto a su novio, sin embargo, como capitán no podía darse ese lujo.

— Bien, quiero hablar contigo de algo que considero importante en tu desempeño en el club, pero en verdad también lo hago porque considero que somos amigos. Tal vez no tan íntimos, pero…

— Entiendo, Sawamura. Está bien, ¿qué es lo que quieres hablar?

— ¿Qué sucede entre Oikawa y tú?

— ¿Eh?

— Bueno, generalmente se llevan de malas maneras, pero siempre se había notado que esa era la forma de ser para ambos. Pero, últimamente parece que es más que solo la personalidad de ambos. ¿Algo va mal con ustedes?

— Lo solucionaremos. Es solo que tanto Oikawa como yo somos cabezotas.

— La verdad es que sí… — El gemelo Sawamura dijo con una ligera sonrisa… — Iwaizumi, Oikawa te gusta, ¿no es así? Quiero decir, de forma romántica.

— Ng, ¿tanto se nota?

— No exactamente. Es solo que, emiten esa vibra, o algo así. Pero, ¿no están ustedes saliendo?

— ¿Si somos novios? Bueno, parece que sí, pero no lo hemos hablado formalmente.

— Así que es eso lo que hace que no luzca todo bien entre ustedes, eh. Bueno, no quiero meterme donde no me llaman, pero, ¿es tan difícil hacerlo?

— ¿Confesarme a Oikawa? — Iwaizumi preguntó. El capitán asintió… — Un poco. Pero, como dije, es solo porque somos muy cabezotas los dos. Lo siento, Sawamura.

— ¿Por qué?

— Por hacer que te preocupes por nosotros. Yo, haré algo al respecto, no dejaré que afecte al club. Lo siento por hacer que te tomes esta molestia, Sawamura-san… — Dijo, inclinando el cuerpo con sinceridad.

— Ah, no. Está bien, solo. Haz lo que debas, Iwaizumi.

Dentro, el peliplatino había entablado una pequeña conversación con el modelo también. Su carácter noble no le ha dejado mantenerse al margen. Es la primera vez desde que lo conoce, que ve a Oikawa con sonrisas fingidas y una peculiar tristeza en sus ojos.

— Así que, ¿qué habrías hecho de compartir habitación con Iwaizumi? Parece que ustedes no han estado en la misma frecuencia últimamente.

— Suga-san, eres realmente sensitivo, eh.

— Es porque Oikawa, tienes una personalidad muy colorida y brillante, es imposible no notar cuando no eres el mismo. Y esa pequeña discusión de hace unos momentos con Iwaizumi. Yo solo espero que ustedes puedan sincronizar sus corazones pronto.

— ¿Sincronizar, nuestros corazones? — El modelo abrió los ojos de par en par. El menor Sugawara sonreía amablemente… — Suga-san, ¿cómo lo hiciste con Sawamura?

— Como Daichi y yo hayamos comenzado a salir no es lo mismo que para Iwaizumi y tú, Oikawa. Nuestras personalidades son muy diferentes. Pero, si quieres un consejo, solo puedo decirte que, sin importar cómo se vea, los sentimientos no pueden ser adivinados o entendidos con acciones cuestionables, es mejor ponerlos en palabras y enfatizarlos con el comportamiento.

— Es porque soy popular con las chicas, ¿verdad? Es por eso que Iwa-chan no me cree cuando le digo que solo lo quiero a él.

— Tal vez, pero Oikawa, eres modelo, ¿cierto? y coqueteas con naturalidad, así que, más que dejar de ser popular, ¿Cómo podrías darle credibilidad a tus sentimientos sin cambiar tu forma de ser? Amar a otra persona no significa renunciar a quien eres, solo adaptarse mutuamente.

— Gracias, Suga-san. Creo que he comprendido un poco más cuál es el problema entre Iwa-chan y yo.

— Siempre que gustes, puedes acercarte a mí y conversar, Oikawa. Quizá no siempre pueda decirte algo bueno para ti, pero al menos podré escucharte. Por lo que veo, Iwaizumi ha sido siempre tu único apoyo verdadero, tu mejor amigo; pero ahora que tus sentimientos por él cambiaron, no está de más que tengas otro amigo en quien confiar.

— ¡Suga-san~ eres tan bondadoso~! — Exclamó, abrazándole efusivamente. Justo cuando el gemelo Sawamura e Iwaizumi estaban de regreso.

El capitán aclaró la garganta para llamar la atención de los otros dos, mientras que Iwaizumi se preguntaba por qué no sentía celos al ver a su novio abrazando al peliplatino, pero perdía los estribos cuando era cualquier otra persona, sobre todo chicas.

— ¡Ah! No estaba haciendo nada raro, Sawamura~ ¡lo juro!

— No te preocupes, no lo estaba pensando. Koushi, vamos. — El capitán extendió su mano. Mano que el peliplatino no dudó en tomar, saliendo del pequeño salón donde al parecer se almacenan mantas y toallas limpias para uso común de todos los huéspedes del lugar.

Oikawa miró a Iwaizumi tratando de leer su reacción. El morocho lucía relajado. ¿No ha sentido ni pizca de celos?

— Oikawa, hablemos tú y yo también. En cuanto tengamos oportunidad. Ahora no porque casi tenemos que ir al comedor, después de las prácticas, tengamos una conversación seria, ¿bien?

— S-sí, Iwa-chan.


Como era de esperar, el entrenamiento en este campamento no ha sido menos agresivo que cualquier otro. De hecho, los adolescentes han tenido la impresión de que Kagetora-san y Kise-san están tomándose esto tan en serio como si fueran profesionales o algo. La forma en que exigían de ellos resultados era asombrosa. Y aunque era cansador, tampoco se quejaban particularmente, y es que lo hacían de forma tal que cada uno de ellos sentía que no se les pedía algo que no pudiesen dar. Mejoraban en las habilidades que poseían, puliendo sus propios talentos.

Al atardecer, cuando el sol no era tan abrasador pero ellos llevaban ya horas ejercitando el cuerpo, Kise-san anunció la actividad final del día, sería un juego en un campo de arroz que estaba a un kilómetro de distancia; mientras que dos kilómetros en sentido contrario había un arroyo al que llegarían después de terminar aquí, pues dos actividades se han enlazado en una sola. Terminando este ejercicio deberán apresurarse en carrera hacia el otro lado.

— ¿Y los partidos de práctica? — Preguntaron algunos.

— No jugarán hoy, pero mañana a eso se dedicarán todo el día… — El entrenador Kise respondió.

— Pero nii-san~. ¡Estamos cansados~! Merecemos jugar un poco, quiero lucirme delante de Yukio-senpai~.

— Pues lúcete mañana, y no me llames nii-san, Ryouta.

El rubio modelo obviamente hizo puchero y todo, pero nadie le siguió la corriente. Ni siquiera su primo Oikawa, que llevaba todo el día ligeramente distraído y poco parlanchín. No ha peleado ni un momento a Tobio o Shoyo, tampoco ha estado de mimoso con Iwaizumi. Y era bastante extraño.

Cuando llegaron al campo de arroz, todos imaginaron que aquí saldrían terriblemente sucios y cansados. El campo tenía casi veinte metros de ancho y casi el doble de largo. Honestamente que daba más un aire de “lodazal”. Había también, en un extremo a lo largo, cinco pilares de gruesa madera enclavados en el húmedo y lodoso fondo, a cada pilar está atado una soga ancha, misma que, tras cerca de metro y medio de longitud se divide en tres cuerdas más. Y cerca del otro extremo del campo a lo largo, ubicadas están tres banderillas en hilera, con una separación aproximada de treinta centímetros entre una y otra. Por cada pilar de madera, las tres banderillas que le corresponden son de un color diferente: amarillo, rojo, azul, violeta y verde.

— Van a separarse todos en equipos de tres. En esta ocasión les dejaremos organizarse como quieran.

Tras una disputa sobre cómo conformar los equipos, resultaron así.
1. Teppei, Kenma y Sakurai.
2. Aomine, Shun y Shoyo.
3. Taiga, Oikawa y Yaku.
4. Murasakibara, Tatsuya y Furihata.
5. Aone, Yamaguchi y Takao.
6. Midorima, Ryouta y Kaname.
7. Azumane, Nishinoya e Iwaizumi.
8. Kuroo, Koushi y Kamasaki.
9. Los hermanos Sawamura (Daichi, Yukio y Junpei)
10. Tobio, Tsukishima y Lev.
11. Tetsuya, Futakuchi y Akashi.

— No es justo, Murasakibara nos vencerá a todos. ¡Él es el más fuerte!

— Vamos, Shoyo, también es cuestión de trabajo en equipo.

— Aunque todavía estoy de acuerdo con Shoyo, Murasakibara nos va a ganar a todos.

Aún con las opiniones divididas, el ejercicio inició. Ya que son once equipos, los entrenadores decidieron que compitieran entre sí 4-4-3, quien ganara de cada uno de los encuentros pasaría directamente a la final, y el equipo que triunfara de todos, tendría oportunidad de elegir un postre especial durante la cena, y disfrutarían de un baño en unos termales que estaban al fondo del complejo de cabañas y que hasta el momento ninguno había siquiera imaginado que hubiera. La idea era sumamente tentadora.

Para hacer aquella competencia imparcial, los entrenadores echaron a la suerte los grupos, de modo que los primeros cuatro fueron los liderados por Teppei, Tetsuya, Tobio y Aone.

— Tetsu-nii, no vamos a tener respeto por ustedes aunque sean los senpais.

— Está bien, Tobio-chan. Tienes buenos elementos, seguro pueden ganar.

— Nosotros no vamos a perder, Tetsuya… — Akashi dijo. Con un tono honestamente amenazante. Aun así el mayor Kageyama simplemente mantuvo su casi imperturbable expresión… — Tú, Fuakuchi, ¿cierto?

— Sí.

— Eres fuerte, tienes buenas piernas, asegúrate de concentrar toda tu fuerza en ellas. Tetsuya, no intentes flojear ni un momento. Sé que no eres muy fuerte, pero puedes hacerlo bien y cooperar.

Al peliazul casi le latía la venita en la sien. Casi, pero eso nunca pasaba. De todas maneras, su novio pelirrojo fue capaz de descubrir la molestia que asaltó los grandes ojos azules de su adorable amante y estuvo tentado de intervenir. Pero ya que Tetsuya ignoró las palabras del de cabellos bermellón colocándose las botas plásticas especiales que les han ofrecido, se quedó quieto.

— Akashi, ¿no deberías ser un poco más paciente con ellos?

— ¿Estás cuestionando mis métodos, Koki?

— No~ solo digo que, también podríamos hacer amigos aquí. Vamos a quedarnos, ¿no?

Akashi chasqueó la lengua, un gesto casi imperceptible, pero hizo el intento de escuchar las palabras de su novio.

Los otros dos equipos no tuvieron problemas en organizarse rápidamente. Decidiendo quién iría en qué lugar de los tres puestos, y el orden en que tomarían las banderillas, pues cada participante debía alcanzar la propia, siendo que los tres debían trabajar en equipo.

— Aunque si lo hubiéramos pensado otro poco, podría haber sido diferente, Kageyama.

— ¡No molestes, es buena estrategia!

— Lo que el rey diga.

Bueno, se han organizado, pero las riñas entre Tsukishima y el menor Kageyama no se detuvieron. Y por unos minutos aquello se volvió un poco ruidoso, con el menor Kagami metiendo su nariz para “defender” a su novio –todo y que no lo necesitaba–, y de alguna manera se ha terminado metiendo Oikawa –que necesitaba liberar un poco de estrés, no saber de qué quiere hablar Iwaizumi le tiene ansioso–.

Hasta que, finalmente, los entrenadores usaron el silbato y mandaron a guardar orden. Cada uno de los equipos tomaron su lugar. Y a la cuenta de tres, iniciaron el avance. Los jadeos y hasta gritos de fuerza no se hicieron esperar, tras unos cuantos pasos dados, no solo el fango en que sus pies se enterraban, sino la propia inercia que generaba las cuerdas elásticas similares a las que usan para el salto en bungee y que han atado alrededor de la cintura con una banda protectora, estaban complicándoles la labor.

Teppei estaba usando toda su fuerza, y no duda de que Sakurai e incluso Kenma estén haciendo lo propio, pero todavía estaba en desventaja de entre los cuatro equipos. El que hasta el momento iba bastante parejo. Aone, Yamaguchi y Takao tenían buena coordinación, mientras que Tetsuya con Akashi y Futakuchi no parecían para nada armonizados. El equipo de los de primer año lo estaba haciendo bastante bien, sobre todo tomando en cuenta que los tres eran de los más altos. Sin embargo, la experiencia terminó imponiéndose. La primera banderilla fue tomada por Kenma. Y al regresar, se fueron de espaldas, salpicando agua y lodo por todas partes. El mismo efecto llegó para todos los equipos, que no supieron tomar control de la reversa y la inercia natural de las cuerdas elásticas. Volver e iniciar de nuevo, poner toda la fuerza, concentrarse, tirar juntos, tener en consideración la fuerza y el límite de sus compañeros. Teppei tuvo en cuenta eso, y tiró de más cuando fue necesario, jalando con la fuerza que la complexión de Kenma no le permitía dar, sujetando el brazo de éste para ayudarle a no caer, animando a Sakurai a continuar con el mismo ritmo hasta que tomó la segunda banderilla, y repetir el proceso hasta que fue su mano la que tomó la tercera banderilla y volvieron, entre trompicones, al punto de inicio, encajando la banderilla sobre la esponja en el pilar de madera. Alzándose victorioso. Apenas unos segundos antes de que Futakuchi, Lev y Aone lo hicieran también. La diferencia ha sido mínima, el cansancio, real.

— ¡Excelente! Lo han hecho muy bien todos, chicos. Es hora de salir y dejar el lugar a los siguientes.

— Sí, entrenador.

— Aquí, una toalla para que limpies el lodo de tu cara. ¿Tus ojos están bien, Tetsuya?

— Estoy bien, Taiga. Gracias por la toalla, y el agua también.

— ¡Eso fue bastante cómico, Tobio~! La forma en que cayeron los tres.

— ¡Deja de reírte, Shoyo idiota!

Bueno, no todas las parejas podían ser armoniosamente románticas.

— Es mi turno, voy a dar lo mejor de mí, Akashi.

— Sé que sí. Ve, estoy bien, ha sido solo un juego, ganaré en los demás.

Furihata asintió, aunque estaba seguro de que por dentro, su novio estaba haciendo un esfuerzo impresionante por contener su frustración al haber perdido. De cualquier manera, la actividad debía continuar. Y los siguientes en enfrentarse fueron los liderados por Azumane, Kuroo, Murasakibara y Midorima.

— ¡Shin-chan~ da lo mejor~! — Takao exclamó todo sonrisas, aguardando a la orilla del campo de arroz con toalla y agua, listo para darle su cariño a su no-novio que él realmente amaba. Y que no era para nada un secreto, solo que Midorima se le estaba haciendo el difícil. Como el tsundere que sabe es.

Aunque estos cuatro equipos mostraron una gran fuerza y trabajo en equipo, al final Murasakibara resultó triunfador. Aunque a sus compañeros Ryouta y Kaname se les dificultó seguirle el ritmo, ya que el alto muchacho no había tenido reparo en usar toda su fuerza para avanzar. Acá entre nos, particularmente porque su novio Tatsuya ha hecho un poco de trampa y le ha prometido, si ganaba, unos dulces que llevaba consigo. Los entrenadores no dijeron nada, no piensan que está mal que se motiven entre sí. Pero, igual que los otros equipos, estos también terminaron mojados y llenos de lodo. Y tal como pensó, Takao corrió con Midorima a limpiarle el rostro y darle agua.

— Puedo solo, Takao.

— Vamos, déjame ayudarte con los lentes~.

— Ng, haz lo que quieras, pero no te me acerques tanto.

— Me estoy asegurando de que tus ojos están bien~.

Por último, los equipos liderados por Taiga, Aomine y Yukio compitieron en lo que, probablemente, fue la competencia más reñida. Yaku y Shoyo podían ser realmente bajos de estatura, pero mostraron fortaleza interna también, valiéndose de su carácter para tirar con una fuerza que ni siquiera sabían que tenían, jalando casi a la par que sus respectivos compañeros. Al final, sin embargo, la fuerza de los Sawamura se impuso, alzándose victoriosos.

— Hey, Shoyo, aunque tu hermano Taiga es un imbécil de primera, tú realmente eres bueno. Lo hiciste bien, chibi.

— ¿Chi-bi? — El pelinaranja parpadeó varias veces, abrumado por el repentino halago de Aomine, frustrado por ser nombrado “enano”.

— ¡Aomine idiota, qué estás diciendo de mí!

— ¡Que eres un imbécil, Kagami!

— ¡Ah, si lo llamas por el apellido también me insultas a mí, Aomine-senpai!

Ignorando las disputas de los hermanos Kagami con Aomine, los entrenadores observaron la competencia definitiva entre los equipos liderados por Teppei, Murasakibara y Yukio. Agotados del primer encuentro, sobre todo los hermanos Sawamura, que apenas tuvieron tiempo para limpiar el lodo de sus rostros y tomar un poco de agua, los tres equipos dieron lo mejor de sí en la contienda. Ensuciándose más, gastando las energías que no tenían ya porque, olvidaron el pequeño detalle de administrarse, y ahora no podían más que esforzarse a base de orgullo. Los hermanos Sawamura resultaron los absolutos vencedores, quizá porque los tres tenían habilidad para coordinarse, para tener estrategia. Quizá porque, siendo hermanos, se entienden con una mirada, quizá, sencillamente porque, por poco, fueron mejores.

— Tomen un descanso, en cinco minutos todos deberán correr al arroyo.

— ¡Sí, entrenador!

Pero cinco minutos se han sentido a nada para los que acaban de participar, sienten un ligero temblorcito en las piernas y cansada la pelvis. Pero transcurrido el tiempo el enorme grupo sale en la carrera hasta el arroyo, donde solo ver lo que sigue, gimotean inconformes, cansados.

— Este ejercicio será por clubes, voleibol a la derecha, basquetbol  a la izquierda.

En el arroyo, en una parte angosta y no muy honda, había una isla al centro, un cuadrado de no más de dos metros cuadrados con base firme y superficie acolchada de vinil, resbalosa una vez que el agua cae en ella; conectados a la isla, dos senderos de colchoneta que flotaban sobre el agua. El objetivo era, primero que nada, organizar el orden en que irían saliendo a enfrentar a un integrante del equipo contrario. Las batallas serían básicamente uno a uno, por lo que debían analizar las posibilidades que tuviera en cuenta el equipo contrario. Esta era una prueba de fuerza y equilibrio, ya que al llegar a la isla debían asegurarse de mantenerse en ella y no ser lanzado por el contrario fuera, por lo que cada uno debería usar la estrategia que consideren mejor, ser el primero en atacar pero sin olvidar su propia defensa, y derribar al oponente. Los entrenadores darían un silbatazo cada minuto, anunciando así al siguiente competidor. Era un ejercicio rápido que también reflejaría el trabajo en equipo.

Y resultó, honestamente muy divertido. Incluso para los entrenadores. Descubrieron también que sus clubes sabían trabajar en equipo a pesar de sus diferencias, que todos poseían una impresionante fuerza física y mental, y que aprendían de sus errores. Al final el club de basquetbol resultó victorioso, ganando 3 de 5 rondas.

— ¡No fue justo! ¡Taiga nii-san salió en dos ocasiones cuando era mi turno! ¡Y me lanzó fuera sin piedad! — Molesto, el pelinaranja no dejó de quejarse del trato de su hermano mayor en todo el camino de vuelta a las cabañas, donde todos esperaban impacientemente un largo baño en las termales, como han prometido los entrenadores.

— ¡Deja de quejarte! ¡Te estoy enseñando a valerte por ti mismo, Shoyo! — El pelirrojo gritoneaba también, exaltado y avergonzado por las circunstancias.

— ¡Debiste haber hecho lo mismo que Teppei-san~!

— Oh, eso fue realmente cómico. Primero sale para defender a Shun, lanzando lejos a Kuroo, y después ayuda a Koushi empujando a su propio compañero. Aomine-senpai todavía está enojado por eso.

— ¡Claro que estoy enojado! ¡Teppei idiota, en qué estabas pensando!

— Vamos, vamos, ya me disculpé apropiadamente, Aomine. Fue un reflejo de mi parte… — Decía, sonriendo con esa cara de bobo que solía poner cuando realmente estaba más feliz que arrepentido de algo.

— El duelo entre Daichi-san y Yukio-san fue de lo mejor. Si Junpei-senpai no hubiera salido también, seguramente no habría salido un vencedor.

— ¡Por eso digo que Taiga-nii es un insensible~! ¡Fuiste el único que no ayudó a su hermano~!

— ¡Ah! ¡Pero con los Sawamura no cuenta! ¡Junpei ayudó a Yukio pero fue en contra de Daichi! ¡Es muy diferente!

— ¡Mentira, mentira, Taiga-nii insensible~!

— Cuando los dos discuten, realmente son más ruidosos, ¿no?

— Sí, pero es divertido.

La disputa entre los hermanos Kagami se extendió aun durante la ducha en las termales. Pero una vez relajados allí, dieron por terminado el asunto. En cuestión de una hora tendrían la cena, mientras tanto podían hacer lo que quisieran. Obviamente, todos optaron por descansar, cada quien a su manera.

Por su parte, Iwaizumi pensó que este era el momento adecuado para hablar con Oikawa. Y se alejaron de las cabañas lo suficiente para sentirse con la privacidad necesaria.

— Entonces, ¿de qué quieres hablar, Iwa-chan?

— Oikawa, me gustas.

— ¿Eh? — El modelo armador abrió los ojos de par en par. Incrédulo a lo que ha escuchado.

— Sé que nunca lo he dicho realmente, y solo estoy quejándome todo el tiempo de tu personalidad. Pero, la verdad es que me gustas también por cómo eres.

— Iwa…

— Déjame terminar. Al menos lo que tengo que decirte, Oikawa. No me gusta cuán popular eres con las chicas, incluso mayores; tampoco me gusta que fácilmente sonrías para ellas o que te tomes fotos a su lado, que andes en las redes sociales como un casanova y todas esas cosas. En serio no me gusta, pero, entiendo que es algo que simplemente se te da. Que el coqueteo que haces es un juego, y sé que no tengo derecho a pedirte que cambies, pero si tan solo un poco respetaras el hecho de que estás teniendo algo conmigo, entonces creo que me sentiría menos celoso. También, pienso que hemos hecho las cosas mal. Tuvimos sexo sin hablar sinceramente de lo que sentimos el uno por el otro. Sé que pudo ser curiosidad de tu parte, o conveniencia, y la verdad es que me gusta el sexo contigo, y no me interesa tenerlo con nadie más. No soy dado a ser tierno o romántico, así que la mayor parte del tiempo seguiré siendo quien conoces, renegando y hasta insultándote pero… — Respirar profundo y mirarle directo a los ojos. A esos ojos que le miraban sin perder detalle, a ese rostro colorado que tenía cierto aire a lindo que aceleró los latidos de su corazón… — Lo que intento decir es, Oikawa, me gustas mucho, pero no quiero solo una relación física contigo, así que, hagamos las cosas bien. ¿Está bien para ti si somos novios?

¡Joder! Oikawa quería llorar, finalmente estaba escuchando los sentimientos de Iwaizumi en palabras. En palabras honestas que hacían temblar su corazón y le emocionaban demasiado.

— ¡Iwa-chan~! — Gimoteó abrazándole por el cuello, apretándose al cuerpo ajeno… — Está más que bien. Lo siento porque tampoco dije nada con la claridad suficiente, alardeando de mi atractivo y todo lo demás. Por supuesto que también me gustas, estoy enamorado de ti, idiota~. Iwaizumi Hajime es el único para mí~ ¡he estado pensando en ti como mi novio desde la primera vez que nos masturbamos juntos!

— ¡Ah! Nunca lo dijimos, kusokawa. ¿Cómo te tomas la libertad de hacerme tu novio sin preguntar?

— Pero cómo podías pensar que yo realmente iría a hacer esas cosas con cualquiera y tomarlo a la ligera~. ¡Obviamente que lo hice contigo porque eras tú! ¡Y te lo dije desde un principio~!

— También lo hiciste sonar a conveniencia. Y luego seguiste haciéndote el galán con esas ruidosas fans tuyas. Y dijiste que tenías novia.

— Pero te digo, lo malentendiste~ cuando dije que tenía novia estaba hablando de ti, Iwa-chan~.

— ¡Ah! ¡Por qué mierda dices que soy tu novia!

— Porque me dio vergüenza decir que tenía novio~ ¡y porque seguro igual te ibas a enojar, Iwa-chan~!

— Ah, eso es cierto. Aún así, no andes diciendo por ahí que tienes novia. Eres tú quien muerde la almohada. — Agregó con una sonrisilla pícara. El modelo pucheó… — Mierda, no era tan difícil solo hablar. Solo estuvimos haciendo el tonto dando vueltas en círculo.

— Iwa-chan, de verdad voy a intentar no flirtear con nadie.

— No te creo.

— ¡Tienes que confiar en mí~! — Chilló.

— En verdad, solo no olvides que soy tu novio, Oikawa Tooru.

El modelo entonces no tuvo más remedio que tragarse cualquier comentario. Iwaizumi lo estaba besando. De una forma dulce y profunda, dejándole sin aliento. Luego, tras separarse, el rematador fue directo al cuello del modelo, succionando con fuerza un trozo de piel cerca de la manzana de adán.

— Ngh~, Iwa~ngh~ no hagas eso~.

Dijo, temiendo que al sur de su ombligo su cuerpo reaccionara. Pero luego, tras haber dejado rojizo ese trocito de piel, Iwaizumi descendió un poco más hasta la clavícula, succionando otro pedazo de piel allí. Los jadeos de Oikawa tardaron en cesar, tenía las mejillas al rojo vivo y el corazón loco.

— Volvamos, Oikawa.

— Ah, Iwa-chan, ¿acabas de marcarme?

— Ng, piensa lo que quieres, kusokawa.

— ¡Estoy tan feliz, Iwa-chan~!

— ¡No te cuelgues de mí, camina por tu propio pie!

— Hagamos un juego con los chicos esta noche.

— No.

— Por qué no~. Iwa-chan, tienes que apoyar a tu novio.

El rematador le miró un segundo. Chasqueó la lengua, maldijo entre dientes y luego aceptó.

— Pero que no sean esos juegos raros que siempre propones.

— ¿Raro? — Dijo casi con inocencia, mostrando la lengua con ese ademán que le daba sí un aire tierno pero que todavía no era suficiente para que su novio le comprara su inocencia.

Después de la cena, los entrenadores han concedido un par de horas para que hagan el vago, prohibiéndoles tocar ningún balón pues necesitaban descansar. De esa manera, ambos clubes se reunieron en una de las salas de las dos cabañas en que se han repartido, era lo suficientemente amplia y se acomodaban todos muy bien. La mayoría de los presentes saben que ahora saldrá alguno de esos ridículos juegos que Oikawa, Ryouta y Futakuchi suelen proponer.

— Entonces, juguemos a la silla caliente. — Ryouta fue quien propuso, con una sonrisa de oreja a oreja.


Continuará…

1 comentario:

  1. IwaOi y KasaKi son mis OTP máximas ♡. Los awo demasiado ♡♡♡
    Me alegra mucho por Iwaizumi y Oikawa. Son tan cabezas duras, que se lastiman sin darse cuenta de lo que siente el otro xdxd.
    No sé cómo haces para coordinar todos los nombres y nuevos apellidos. Me mareo xD. Que capacidad la tuya, eh.

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