miércoles, 28 de diciembre de 2016

Nine Tailed Fox. CAPÍTULO 7



CAPÍTULO 7. UN SECRETO INESPERADO
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Departamento de Jung Yunho

Tras escuchar el deseo de sus hermanos de renunciar a su naturaleza mágica, el zorro de ojos negros no tuvo corazón para negarles nada.

Hyung, cuando decidiste renunciar a tus colas hace tiempo. ¿Quién fue el contenedor de tu Aliento? — El zorro de ojos oscuros preguntó con honestidad, curioso de este dato desde aquella época.

Los ojos negros del zorro mayor resplandecieron con una emoción indescifrable, sus hermanos se estremecieron bajo esta mirada, sabiendo de antemano que era algo que tampoco debía tratarse.

Voy a ayudarles en esto, pero es mejor que olviden todo lo relacionado con mi experiencia al respecto. Es un tema que espero no volver a tocar, ¿entendido?

Aunque ChangMin y Junsu asintieron, Jaejoong sabía que sus hermanos irremediablemente terminarían seducidos por la curiosidad en adelante en numerosas ocasiones. Porque una vez que ellos realmente comenzaran a perder sus colas, muchas cosas que él vivió también irían saliendo a la luz incluso en contra de su voluntad.

Saldré por unas horas, esperen aquí hasta que la noche llegue, luego habremos de iniciar el ritual.

— Hyung, a dónde irás.

— Solo a despejar la mente, Junsu. Hagan lo que les digo, ¿de acuerdo?

— Qué hay de nuestros contenedores, quiero decir que Junsu tiene a Yoochun, ¿pero es Yoochun confiable? Ese sujeto estaba pensando cosas impuras en el club, y la forma en que se besaban.

— ¡Yah, no cuentes esas cosas!— Junsu chilló escandalizado, avergonzado de pronto… —Además, yo confío en Yoochun ah… — Continuó, inflando graciosamente las mejillas.

Sin embargo, le doy la razón a ChangMin en esta ocasión Junsu. Me doy cuenta de que Yoochun ha comenzado a sentir algo por ti.

¿Y eso no debería ser bueno para mí? Después de todo lo que quiero es que se enamore de mí como lo estoy de él.

Pero Junsu ah, no sabes si el tipo de atracción que Yoochun siente por ti es solamente física. Él puede desear solo tu apariencia, ¿entiendes?

A Yoochun ah le gustaban las mujeres solamente, pero ahora él me mira de otra forma, y sus besos me hacen sentir algo cálido en el pecho. Yo no creo que solo le interese mi cuerpo, hyung.

El zorro de ojos negros suspiró. Se talló las sienes y volvió la mirada hacia sus hermanos. No tenía mucho tiempo para razonar con ellos, así que tendría que confiar en el juicio de cada uno de ellos.

Escuchen, voy a dejar que tomen responsabilidad de sus propias decisiones. Así que si Junsu dice que confía en Yoochun, entonces así habremos de hacerlo. Les he explicado ya cuáles son los riesgos si el contenedor es inadecuado. Por otra parte, a quién elegirás tú, ChangMin.

Estaba pensando en confiárselo a Yunho hyung, si eso no es un problema para ti hyung.

¿Por qué iba a ser un problema para mí? — Dijo, omitiendo ese pinchazo de celos que le sacudió el pecho… —En dado caso debes hablarlo con él, si Yunho ah está dispuesto a guardar tu Aliento durante estos días, yo no tengo voz ni voto en su decisión. Tienes el resto del día para acordarlo con él, los veré en la noche.

Y sin decir una sola palabra, Jaejoong salió del departamento del moreno con rumbo desconocido para sus hermanos.

Hyung está muy extraño, ¿no?

Lo está, pero ChangMin ah, hace doscientos años que Jaejoong hyung actúa extraño a menudo. Él nunca volvió a ser el mismo desde aquella vez.

Los hermanos asintieron, había tantos secretos en torno a lo sucedido en aquella época que era imposible sentirse más y más ansiosos por conocer toda la verdad cada que por alguna razón el tema salía a flote.

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Mansión Seo

Soo Ahn estaba furiosa, Ji Seok ha tenido el descaro de cancelar el compromiso con ella. Y la familia Seo lo ha aceptado tan de buena gana. Eso era lo que más enfurecía a la fémina, cuyo cabello ocre sujeto en una coleta alta resplandeció por efecto de su magia.

— Naturalmente esto no puede quedarse así… — Maldijo entre dientes, terminando de empacar sus pertenencias para abandonar la mansión del abogado.

— Por favor, Soo Ahn-ssi, no esté tan enfadada. Mi hijo solo está tratando de ser honesto… — La madre de Ji Seok trataba de mediar. La mujer de elegancia irrefutable y voz dulce estaba ahí por cortesía, ya que su hijo se había negado en volver a esa casa hasta que la muchacha saliera.

— Yoon-ssi, ¿sabe usted la vergüenza que mi familia afrontará cuando se haga pública la disolución de este compromiso? ¿Acaso Ji Seok pensó en ello?

— Ji Seok no intenta hacer quedar en mal a la familia Kang, Soo Ahn-ssi.

— Mi familia ya ha sido puesta en ridículo por esta decisión de Ji Seok, Yoon-ssi. Ustedes debieron poner más resistencia, pero por la forma tan rápida con que el compromiso se ha cancelado, tengo la impresión de que la familia Seo tampoco estaba conforme con esta unión por principio de cuentas.

— Se equivoca, a mi esposo y a mí nos hacía mucha ilusión este compromiso, pero Ji Seok ha… ha hablado con mi esposo y él no ha podido convencerlo de lo contrario.

— ¿Convencerlo? ¡Ustedes debieron imponerse!

Soo Ahn explotó, la madre de Ji Seok endureció entonces la mirada. Ninguna muchachita iba a levantarle la voz por más que su apellido perteneciera a una de las familias más poderosas no solo de Surcorea sino de toda Asia.

— Le está esperando el chofer, asegúrese de no dejar nada en esta casa, Soo Ahn… — La mujer dijo con tono severo, propio de una dama sin embargo. Dio media vuelta y encaminó su fino andar fuera de la casa escaleras abajo.

Soo Ahn resopló furiosa. No estaba para nada herida en sentimientos románticos, pero su orgullo ha sido alcanzado por esta impetuosa decisión de Ji Seok de romper el compromiso. En realidad para Soo Ahn, Ji Seok no iba a ser más que un peón más en su vida, y a ella ningún peón la confrontaba sin enfrentar las consecuencias de su osadía.

— Mucho te interesa ese muchacho, eh. Entonces Jang Wooyoung será quien pague tu atrevimiento, Ji Seok… — Murmuró con el rostro tenso de coraje.

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Departamento de Jang Wooyoung

A pesar de que estaba contento por la repentina noticia del rompimiento del compromiso entre Ji Seok y la mujer que era su prometida, Wooyoung seguía un poco confundido respecto a todo esto. Han tomado el desayuno en silencio, el que por cierto estaba delicioso, y eso solo agregaba cosas que admirar del abogado en el cofre de cosas que adorar de él. Ji Seok había estado mirando televisión sin decir más nada, pero por la expresión serena de su rostro, el universitario supuso que no era algo malo este silencio.

— Ji Seok hyung…

— Omite el hyung, Wooyoung ah. O comenzaré a llamarte Youngie~— Dijo, emulando una voz demasiado infantil y mona al final, lo que hizo enrojecer furiosamente las mejillas del menor, mientras que él sonreía divertido.

Honestamente, para qué perder el tiempo en dramas casándose con una chica que no le interesa, cuando puede luchar por este chico que tanto mueve el piso bajo sus pies con sus más sinceras y espontáneas reacciones. Por esta razón, Ji Seok había decidido no seguir adelante con aquel absurdo compromiso. Y aunque su padre había aceptado la disolución del compromiso, también le había amenazado. Si no lleva consigo una mujer digna de pertenecer a la familia Seo, él se puede considerar fuera del registro familiar. Y eso ya era un lío, porque él ni siquiera se enamoró de una chica, sino de un chico.

— Ji Seok ah, sobre estar conmigo, yo no creo que sea buena idea.

— ¿No te gusto, Wooyoung ah?

— P-por supuesto que sí, quiero decir. Ji Seok le gustaría a cualquiera que tenga dos ojos de frente… — Murmuró más avergonzado, evadiendo la mirada del abogado.

— Bien, siendo que te gusto, y que tú me gustas a mí, no encuentro en dónde está el problema para estar juntos. ¿No quieres ser mi novio?

— ¿Nov-novio?

— Obviamente, o qué crees que quise decir con estar contigo. Mira que eres bobito, Wooyoung ah… — Sonriente, el abogado le alborotó el cabello al menor, feliz de provocarle todas esas adorables reacciones.

— P-pero, somos hombres y…

— Tú puedes soltar todas las excusas sociales y moralistas que se te ocurran, pero ninguna de esas cosas va a hacer que cambie de opinión. Sin embargo, si tú sinceramente me dices que no podrías llevar una relación de pareja conmigo porque sería demasiado para ti, entonces yo definitivamente lo pensaré.

Pensar. Wooyoung entendió perfectamente lo que Ji Seok intentaba decirle. Puesto que incluso si él decía negarse, el abogado todavía se mantendría a su lado. Quizá hasta convencerle de que esto está bien. Para Wooyoung su antigua relación le había dejado una huella más que profunda, Nichkhun en muchas ocasiones le había jurado amor sincero, y habían dicho estar dispuestos a ir contra todo con tal de amarse. Pero cuando la presión de la familia del tailandés puso más empeño en verle sentar cabeza, Nichkhun había cedido a esa presión, y le había dejado por una linda chica. Ji Seok ahora estaba proponiendo algo similar, pero tan diferente a la vez.

— Wooyoung ah, no estés pensando en tu exnovio, él y yo somos totalmente diferentes.

— Ya lo sé… — Gimoteó quedito… — Cómo sabías que estaba pensando en él.

— Soy abogado, soy observador. Pero, lo digo en serio, no pienses en él.

— N-no, no lo haré.

— Así me gustas más aún… — Ji Seok dijo con una sonrisita, acercándose para besarle lentamente. Las orejas de Wooyoung fueron lo siguiente de su rostro en ruborizarse… — Ahora eres mi novio, ten cuidado con lo que piensas porque terminaré dándome cuenta… — Murmuró rozándole los labios con cada palabra.

— S-sí… — Suspiró inconscientemente, siendo él quien iniciase un segundo beso.

Beso que el abogado profundizó arrastrándole contra su cuerpo, sentándole en su regazo mientras explora la boca del universitario concienzudamente.

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Departamento de Park Yoochun

— Tienes una cara que das miedo, Yoochun.

— Cállate, ha sido una de las peores noches de mi vida. No he conseguido dormir ni una jodida hora… — Gruñó malhumorado, las ojeras bajo sus párpados lucían bastante oscuras, y ni qué decir del aura que desprendía. Yunho se rió de buena gana, hacía mucho tiempo que no veía a su amigo frustrado por algo relacionado con los sentimientos.

— ¿Tanto echaste de menos a Junsu? Quién habría pensado que terminarías enamorado de un chico-zorro… — Yunho dijo con tono burlón.

— ¿¡Enamorado!? ¡No es para nada eso!

— ¿En serio? — Cuestionó elevando graciosamente una ceja. El pelinegro tartamudeó pero no fue capaz de decir nada coherente… — Yoochun, está bien. Yo creo que enamorarte de verdad es lo que le ha hecho falta a tu vida para que madures. Si pienso en ti hace unos días, el que miro ahora es diferente. Pero este Yoochun malhumorado por algo tan sencillo como no ver a un chico irritantemente adorable, me agrada aún más que el que llevo conociendo toda la vida.

— Cállate, dices las cosas de una forma que las hace lucir mucho más vergonzosas… — Farfulló entre dientes con las mejillas ligeramente ruborizadas… — Como sea, deberíamos estar saliendo para tu departamento ya, qué tanto haces cambiando de canal en la televisión, ¡dúchate ya para que podamos irnos!

— Pero que molesto eres. Estaba esperando a que por lo menos se hiciera mediodía, capaz ni siquiera se han despertado.

— Qué demonios…

— Digo, cuando tú tienes resaca no despiertas temprano, y cuando lo haces andas de malhumor quejándote de dolor de cabeza. Aunque justo esta mañana estás más molesto que cuando tienes resaca, eh.

— ¡Deja de joder y arréglate ya! — El pelinegro terminó empujándole fuera del sofá, dándole una cómica patada para enviarle a la ducha. Resopló ofuscado y se dejó caer de nuevo en el sofá, cruzando los brazos y cayendo en cuenta de algo más… — Hoy no ha dolido ni una sola vez… — Tocándose el pecho, se preguntó si estaría bien que el Aliento de Junsu estuviera tan tranquilo esta mañana.

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Cuando Jaejoong llegó al pequeño poblado en las montañas, se sorprendió al notar la quietud que se respiraba en el aire. El zorro de ojos negros escudriñó las calles de tierra y piedra antes de internarse en el lugar. Hacía tiempo no pasaba por aquí. Y tenía sus motivos.

Las pocas personas de este poblado eran sencillas y muy amables, le saludaban por donde pasaba y le observaban con naturalidad. La mayoría de estos rostros le eran totalmente nuevos, los niños que corrían de aquí para allá entre risas y juegos infantiles le recordaron brevemente su infancia con sus hermanos, y una sonrisa tiró de sus labios rojos al memorar aquellos recuerdos.

En realidad, ha pasado demasiado tiempo desde que mis hermanos dejaron de ser unos niños. Sin embargo, a veces todavía les veo así, y por eso actúo con extravagante recelo de hermano mayor.

—¡Pero mira nada más quién ha vuelto de entre las sombras! — Un hombre exclamó. Cuando el zorro de ojos negros le observó, sonrió suavemente. Conoce a este hombre.

Shin Hae, has cambiado… — El zorro de ojos negros se permitió ser abrazado por el hombre como gesto de amistad.

— Naturalmente, aunque desde aquel entonces envejezco tan lentamente que he comenzado a hartarme de esta vida… — Shin Hae dijo en tono de broma, pero Jaejoong pudo percibir que el hombre frente a él que ahora luce de mediana edad, llevaba sobre sus hombros demasiada carga para un humano… — Hace décadas que no venías, llegué a pensar que te habías olvidado de este rincón del mundo.

La Abuela se enojó con uno de mis hermanos hace poco más de cien años, nuestro castigo fue permanecer encerrados en una pintura. Hace unos días fuimos liberados.

— ¿Y hasta ahora vienes?

Tenía que asegurarme de que era seguro hacerlo. Soo Ahn ha vuelto a aparecerse en mi camino, y antes de eso solo quería proteger a mis hermanos.

— A veces me pregunto si estás consciente de la diferencia que hay entre tus hermanos y…

Estoy consciente. No te atrevas a cuestionar mis métodos para proteger a quienes amo.

El hombre rió de buena gana, luego le invitó finalmente a pasar a su casa tras haber caminado juntos por unos instantes. Shin Hae encendió una pipa y ofreció de su tabaco al zorro de ojos negros, pero éste negó amablemente su ofrecimiento.

¿Dónde está?

— En la ciudad.

¿Qué? Te dije claramente…

— Sé lo que me dijiste. Durante muchos años fue suficiente decir unas cuantas palabras para detenerle, pero siempre supe que este momento llegaría.

Hace cuánto se fue.

— Dos años, un poco más. Pero viene a menudo, él conoce este sitio como su hogar después de todo. Y ha preguntado siempre por ti. Te ausentaste por demasiado tiempo, con el pasar de los años las explicaciones de todo fueron resultando insuficientes para él. Te necesitaba a ti, no a un sujeto que se hiciera cargo de su crianza obligado por las circunstancias.

Lo siento. He actuado con egoísmo desde hace doscientos años, Shin Hae. Arruiné tu vida sin tener derecho alguno de hacerlo.

El hombre expulsó el humo y sonrió, agitó su pipa y se acomodó sobre su silla, la que crujió quedamente cuando comenzó a mecerse en ella. El zorro entonces paseó la mirada por esta casa, conservaba tanto de las modestas moradas de antaño, que no pudo evitar ese golpeteo en su pecho de añoranza.

— Debo decir, que pensaba lo mismo hasta hace algunas décadas. Quedé atrapado en este lugar por el favor que me pediste cuando Yoon Hoo te traicionó en aquella época. Pero en el fondo nunca me sentí obligado a nada, podría haber abandonado este lugar en el momento en que hubiera querido. Pese a que amenazaste con eliminarme si me atrevía a hacerlo, siempre he sido capaz de ver en tus ojos negros una nobleza profunda.

No me conoces bien, Shin Hae.

— ¿Por qué? ¿Porque estuviste tan herido hace doscientos años que te convertiste en lo que realmente eres y casi arrasas con toda la villa? Sin importar que seas un Gumiho, cualquier ser vivo en las circunstancias en que estabas habría reaccionado igual. Las personas matan, se encierran en soledad, terminan con sus propias vidas. Las criaturas mágicas destruyen. No es cuestión de magia, sino de naturaleza. Emociones son emociones sin importar quién las experimenta. No digo que estuvo bien lo que hiciste, o intentaste hacer. Pero estoy consciente de que se te provocó para ello.

Una decepción amorosa no debería justificar los medios usados para obtener un fin. Quería vengarme de Yoon Hoo, pero estaba dispuesto a matar a toda la villa. Actué como lo que él dijo que era, un monstruo.

— Estabas más que herido por una decepción amorosa. Estabas herido por el fruto que crecía en tu vientre, ¿no es así?

El zorro de ojos negros evadió la mirada. Pero era verdad. La razón por la que había odiado a Yoon Hoo, por la que había despreciado su traición, fue que se había dado cuenta de que estaba embarazado. Aunque era muy pronto para notarlo o presentar siquiera algún síntoma físico, él lo supo por esa segunda esencia mágica que agitaba su Aliento incluso si no estaba contenido en su pecho. Jaejoong miró de soslayo al hombre. Esa es otra verdad, la razón por la que Shin Hae envejece lentamente, o por la cual terminó entrañablemente vinculado a él fue porque, doscientos años atrás, fue quien cuidó de su Aliento mientras intentaba renunciar a su naturaleza mágica. Shin Hae era sirviente de Yoon Hoo en aquel entonces, pero era de pensamiento noble pese a tener una apariencia ruda.

Así que, ¿ha crecido bien?

— Es digno de tu sangre.

Tenía muchas ganas de verlo. ¿Tienes su domicilio en la ciudad?

— Se queda en los dormitorios de su universidad. ¿Vas a buscarle?

Cómo no podría, es mi hijo de quien estamos hablando.

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Camino al departamento de Yunho, Yoochun y el moreno iban conversando animadamente cuando un muchacho chocó contra él.

— ¡Lo siento! No he mirado por dónde corría.

— Ten más cuidado.

— Sí, lo siento… — El muchacho repitió, haciendo una pequeña venia hacia el moreno. Lanzando luego una mirada hacia el frente, frunciendo el ceño con elegancia… — ¡Deja de seguirme!

— ¡No seas testarudo, te digo que no puedes ir ahí sin más, SungJae! — Otro chico, tan alto como el primero, pero de rasgos más toscos, le siguió el paso.

Yunho se quedó mirando inconscientemente. Y luego su mirada volvió a encontrarse con la del muchacho cuando este viró el rostro hacia ellos. Tenía los ojos tan negros como la noche, y su cabello lacio y sedoso no lo era menos. Había algo en sus rasgos que le recordaba a alguien.

— ¿A Jaejoong? — Murmuró para sí, echando a andar cuando Yoochun tiró de él exigiéndole darse prisa pues llevaban demasiado tiempo perdido… —Sí, sí. Sé que mueres por ver a Junsu.

— ¡Ya te he dicho que no es acerca de eso!

Mientras tanto, los muchachos que seguían discutiendo por la calle eran observados por otras dos personas. O más correcto sería decir por un baku y un bakeneko.

¿Es él?

— Me parece que sí. Hemos acertado. Así que, la Abuela te envío en una doble misión, eh.

Esto no tiene relación con la Abuela. Ella ni siquiera sabe que ese muchacho existe, Woo Bin.

¿En verdad? Entonces cómo es que tú sí sabes de él.

Porque su madre me lo confío en sueños hace algún tiempo.

Pero, hay algo extraño en el chico.

— Qué cosa.

— Su aroma, Jong Suk. ¿A qué edad entran en celo los zorros de nueve colas? — Un golpe cayó sobre su cabeza… —¡Ay, por qué me pegas!

Porque estás tomando conciencia del celo en todas las personas atractivas, idiota.

Pero no es para que te pongas celoso. Y si me doy cuenta no es por voluntad propia, simplemente está en mi naturaleza. Además, lo estaba preguntando por precaución, dudo que a su madre le vaya a gustar la idea de que haya un montón de chicos impuros detrás de su crío, ¿verdad?

Incluso si él está en celo, no es como si fuera a entregarle su virginidad a cualquier idiota que intente seducirlo.

Tal vez no, pero yo percibo cierta tensión sexual entre él y ese chico que le sigue.

— SungJae, ¿estás bien?  Te quedaste callado muy repentinamente.

— Es que, el muchacho de hace un momento. Con el que choqué.

— Sí, qué con él.

— Me resultó familiar.

— ¿Crees que venga de las montañas igual que tú?

— No. Definitivamente no es eso. Pero, estoy seguro de que algo en él me resultó bastante familiar.


Ni bien entraron a su departamento, Junsu y Yoochun corrieron a encontrarse el uno al otro, abrazándose como si hiciera una eternidad que no se veían.

— ¿Qué tal la resaca?

Mi cabeza ha estado doliendo toda la mañana~

— Ya deberías haber tomado algo, Junsu.

Estaba esperando para que me recomendaras algo… — El zorro de ojos avellana dijo con una sonrisita. ChangMin revoleó los ojos, obviamente solo quiere ser mimado. Yunho sonrió divertido, qué rápido su amigo pelinegro cambiaba por un zorro.

Mientras ellos actuaban como una pareja de acaramelados, ChangMin aprovechó la ocasión para hablar con el moreno, pero cuando estaba por comenzar a hablar, su Aliento se agitó incómodo contra su pecho, por lo que su atención se desvió, y un minuto después, Mokomichi llamaba a la puerta.

— ¿Y Jaejoong? — Yunho preguntó finalmente, en parte sintiéndose como mal quinteto ahí. Aunque Mokomichi no actuaba con ChangMin como Yoochun con Junsu, se le notaba a kilómetros lo feliz que estaba por reunirse con el huraño zorro de ojos oscuros.

Salió desde temprano, dijo que volvería tarde.

— A dónde fue.

Él no dijo.

ChangMin percibió el trazo de inconformidad que cruzó las facciones del moreno. Tal vez Yunho no estaba consciente, pero le tenía un aprecio especial a Jaejoong. ¿Amor? Tal vez. Lo que sí es obvio, es la atracción. Y por alguna razón, ChangMin piensa que su hermano mayor y el moreno tienen alguna especie de química.

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Cayendo el atardecer, Jaejoong finalmente estaba de vuelta en la ciudad, luego de una larga y merecida charla con Shin Hae. Se había puesto al corriente de todo en torno a la crianza de su hijo.

Un hijo que casi nunca vio, al que no pudo criar como hubiera querido. Un hijo, al que tuvo que renunciar casi desde su nacimiento por la seguridad del bebé. Un hijo, que probablemente le rechazará cuando aparezca frente a él.

Pero el destino, arrebatado, muchas veces sabio, y tan impredecible siempre; esa tarde quiso que Jaejoong se reuniera con su hijo. Incluso si el zorro de ojos negros ha evitado presentarse directamente en los dormitorios de la Universidad, se lo ha topado en plena calle, justo a unos minutos del departamento de su anfitrión.

Lo que más sorprendió al zorro de ojos negros, no fue encontrárselo en sí. Sino el hecho de que ambos se reconocieran de inmediato. Para él pudo ser fácil pues ha visto algunas fotografías de su hijo estando con Shin Hae, pero que el chico le reconociera ni bien sus ojos se cruzaron.

— Omma, en verdad eres tú.

— SungJae.


Continuará……

2 comentarios:

  1. Ah! Tiene un hijo 😍 Y si es igual a él tons debe ser precioso 😍😍😍😍😍
    Jajaja el yoosu nada más me da risa 😝

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  2. Jajaja Mi Chunnie me mata, es único en su estado de negación cuando en verdad esta que se muere por Junsu. Ay qué bonito !!!!!

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