miércoles, 28 de diciembre de 2016

Nine Tailed Fox. CAPÍTULO 16.



CAPÍTULO 16. UNA REUNIÓN DE SORPRESAS
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En la entrada de la Mansión Park, Wooyoung y Ji Seok contemplaban los dibujos que bailaban en las hojas gastadas del libro mágico que el universitario tenía en su poder. Había comenzado con un solo dibujo, un zorro de nueve colas que, sentado sobre sus patas traseras, mostraba una expresión que hacía parecer que observaba a la persona que lo miraba, en este caso la joven pareja. Más tarde, la hoja pasó a la siguiente, y en el libro abierto de par en par, dos zorros –diferentes al anterior, que poseía unos profundos ojos negros–, parecían moverse de un lado a otro en las páginas, saltando, corriendo, deteniéndose a observarlos. Estos zorros tenían los ojos y el pelaje diferente al anterior, resaltaban los ojos avellana de uno, y un oscuro zafiro del otro. Más tarde, tras varias vueltas de páginas, los tres zorros se mostraban en movimiento, pero únicamente el de ojos negros parecía mantenerse al margen de todo, como si solo fuese un observador, mientras los otros dos correteaban sin parar.

— No puedo comprender tanto misterio, Wooyoung ah. Wooyoung ah… — Tras llamarle varias veces, el abogado se percató de la mirada ausente de su novio, razón por la cual se animó en sacudirle por el hombro para sacarle del trance. Al universitario le costó un poco espabilar el estupor y enfocar la mirada en su novio… — ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?

— Yo, estaba… conversando con ellos.

— ¿Conversando?

Wooyoung asintió, incapaz de ofrecerle una explicación. Ji Seok suspiró, se peinó los cabellos, carraspeó y bajó del auto. Cada día su vida se complicaba otro poco, y él seguía sintiéndose tan inútil que se desesperaba.

— Ji Seok-ah… — Le llamó, bajando también, con el libro en la mano y mirada preocupada. No está loco, es solo que han comenzado a sucederle cosas que no puede explicar… — Me dijeron sus nombres.

— ¿Qué?

— Los zorros, me dijeron sus nombres.

— ¿Qué más te dijeron?

El universitario pareció meditar su respuesta. Ji Seok sintió una punzada de disgusto, la desconfianza de su novio le hacía sentir incómodo.

— Que era mejor para ti no enterarte demasiado si valoras tu vida. Y yo, definitivamente no quiero exponerte de ninguna manera a nada. Pero si no te digo, tú seguirás mirándome con esa expresión enfadada.

Cuando el universitario terminó de hablar, el abogado tomó conciencia de sí mismo. Relajó el rostro y se acercó a su novio tomándole el brazo libre, sintiendo un cosquilleo hormiguearle desde la punta de los dedos cuando le tocó.

— Lo siento, me pongo a la defensiva porque siento que me alejo de ti cuando no me cuentas todo lo que te pasa.

— ¿Alejarme de ti? ¿Cómo podría?

— Son tonterías mías… — Sonríe con un dejo de culpa y le acaricia una mejilla… — Soy tonto eh, cuando finalmente parece que todo se estabiliza entre nosotros, vengo y me comporto de esta manera. No me hagas caso Wooyoung ah, estoy preocupado por ti, todo esto de la magia y las cosas que no puedo entender, me ponen mal. Pero te amo, no quiero que dudes nunca de eso, incluso si te pongo cara molesta.

— Yo te amo también, Ji Seok-ah, lo siento si de ahora en adelante tengo que guardarte secretos, no pienses que lo hago con mala intención, también quiero protegerte si es que puedo hacerlo.

— Escucha, Wooyoung… — Serio, el abogado le sujeta el mentón mirándole directamente a los ojos… — Nunca, escúchame atentamente y prométeme, nunca vas a guardarme un secreto que te ponga en riesgo.

— Ji Seok…

— Prométemelo Wooyoung, por favor.

La pareja se sostiene la mirada y sienten cómo les tiembla el corazón. El pedido es demasiado para ser cumplido, Wooyoung no es una persona que prometa cosas que no cumplirá. Así que no puede, traga hondo y esconde su mirada cerrando los ojos, respirando pesado y sintiendo ese nudo que se le atraviesa en la garganta. Los dedos que sujetan su mentón se suavizan y a cambio le regalan una tierna caricia en la mejilla. Luego su cuerpo es envuelto en un cálido abrazo, y los labios de su novio besan su frente.

— Incluso si tuviera que hacer un pacto con el demonio, Wooyoung, jamás te dejaría solo. Perdóname por esto pero, ya que tú no puedes prometer que te expondrías antes que ponerme en la línea enemiga, entonces yo te prometo que estaré pegado a ti como lapa, y si en algún momento tengo que separarme de ti por cualquier razón, todavía recurriré a lo que sea con tal de cuidar también de ti.

Wooyoung le miró con aprehensión, miedo, incertidumbre. Los zorros se lo dijeron. Ji Seok se convertiría en su escudo de ser necesario. Y él no quiere. No es tan débil como parece, y cuanto más tiempo pasa cerca del libro, más parece ir comprendiendo su propio destino. Él también posee magia, aunque diferente a la de un gumiho o cualquier otra criatura que haya sido creada con magia y de magia, él puede defenderse, velar por otros.

— Ji Seok…

— Aunque me pidas que no lo haga, sabes que cumpliré lo que digo.


Dentro de la Mansión, Yoochun ha caído en un sueño profundo recostado en el regazo de Junsu, sus suaves caricias y el calor de su cuerpo le han adormilado, y las juguetonas colas han rodeado su cuerpo actuando como un cobijo natural que simplemente terminó arrullado. El pelirrojo también ha tarareado una melodía con su voz, dulce, delicada, hermosa. Y el pelinegro casi sintió que estaba en el paraíso escuchando el canto de un ángel. Por lo que ser arrastrado al mundo de los sueños, no había sido más que un acto reflejo, o algo similar.

Este momento sería perfecto si mi Aliento no fuera tan leal y se comportara de otra manera~… — Dijo en susurros, alzando los labios en trompetilla mientras una de sus manos permanece sobre el pecho del pelinegro, ahí donde su Aliento sigue tranquilo bajo su mágico tacto… — Además, qué es esta sensación extraña que no me ha dejado en paz desde hace un momento. Aunque no me siento en peligro, mi instinto me dice que debo permanecer alerta.

Toc, toc. El llamado a la puerta tiene su atención al instante, su mirada parece atravesar la superficie de madera e indaga al visitante. Luego, como por arte de magia, la puerta se abre dejando paso a uno de sus hermanos.

Qué sucede, ChangMin. Oh, Hayami-san, está usted aquí también.

— Gusto en verte de nuevo, Junsu ah.

No hay tiempo para tantas formalidades. Oh, le has hecho dormir, hyung. ¿Está bien?

Yoochun está bien, ChangMin ah. Mi Aliento le hizo sufrir mucho los últimos minutos, así que le hice caer en sueño para que descanse.

— Así que ustedes realmente pueden hacer eso.

Por supuesto, podemos hacer muchas cosas.

Mokomichi no dijo nada, pero recordó algunas ocasiones en que se sintió como hipnotizado por la fragancia del zorro de ojos oscuros.

ChangMin ah, ¿por qué viniste?

Oh cierto, sentiste algo hace un momento, hyung.

Sí, también tú según parece… — El zorro de ojos oscuros asintió a las palabras de su hermano… — Supongo que debemos buscar a Jaejoong.


Afuera, Wooyoung decide compartir los nombres de los zorros a Ji Seok. Sin saber que el poder del libro y la magia que le circula por las venas tendrá un efecto inmediato en ellos.

— YoungWoong…

A kilómetros de ahí, Jaejoong sentía un tirón en la boca del estómago y luego el cosquilleo en la espalda baja que viene cada vez que sus colas se revelan. Esta vez sin embargo, no solo aparecen las nueve colas, sino que la silueta animal del zorro toma forma.

— ¿Omma? — Sung Jae le mira sorprendido.

El zorro agita sus colas, irgue las orejas y mira una última vez al muchacho antes de saltar a las jardinerías del parque y alejarse a gran velocidad.

— ¡Yunho hyung!

— Xia…

En la habitación de Yoochun, el pelirrojo siente un pinchazo en el vientre, luego sus colas sueltan la silueta del pelinegro y su cuerpo humano se transforma en un auténtico zorro, los expresivos ojos avellana resaltan en su magnífica apariencia y apenas dando una olfateada al hombre dormido en la cama, de un salto se acerca al ventanal, se relame el hocico y atraviesa mágicamente el vidrio, lanzándose a la planta baja con sigilo.

— Qué sucedió.

Hayami, búscame.

— Qué.

— Choikang.

En la misma habitación, el morocho siente ese fuerte tirón en el vientre que sacude todo su ser, la apariencia zorruna no tarda nada en revelarse también, y seguir el camino de su hermano. Mokomichi se asoma por la venta de inmediato, pero no consigue ver a ninguno de los zorros. Así que apura los pasos escaleras abajo, notando cómo el Aliento contenido en su pecho se agita apenas un poco, pero no duele ni parece inconforme de ninguna manera.

— Qué está sucediendo tan repentinamente.

— Esos son los nombres de… — Wooyoung se queda estático cuando dos zorros aparecen de pronto, el tamaño es mayor de lo que hubiera imaginado, parecían alcanzar un metro de altura si toma como referencia sus cabezas.

Por qué nos has obligado a revelar nuestra verdadera identidad.

— Yo no… no, tengo idea.

No tenía idea de que pertenecieras al Clan Jang. Realmente creí que se había perdido toda su estirpe.

— Ta-tampoco sabía.

Ji Seok miró de hito en hito a su novio y a… la nada, porque él no era capaz de ver a nadie más que a su novio hablando con el viento. Quiso interrumpirle, pero Wooyoung lucía bastante sorprendido y concentrado como para no ser nada.

Suficiente de hostigamiento, hermanos. Wooyoung no sabe gran cosa sobre su casta… — Llegado el tercer zorro, los otros dos se sentaron sobre sus patas traseras, manteniéndose detrás del mayor que se dirigió directamente al universitario… — El libro que tienes en tu poder, cuándo llegó a tus manos.

— Hace unos días.

Quién te lo entregó.

— No me dijo su nombre, solo mencionó que era importante y me reconoció como descendiente del Clan Jang, también dijo que en el pasado se le conocía como Clan de Guardianes. Por qué vinieron ante mí.

Tú nos convocaste.

— ¿Puedo hacer algo así?

Ya que hace doscientos años estuve en deuda con los tuyos, sí. Les di el poder para ello, pero solo quien poseyera un corazón puro y tuviese en sus manos este libro en específico. Por eso quería saber quién te lo entregó. El libro se perdió cuando el Clan Jang tuvo que fraccionarse para sobrevivir, pero durante décadas se les dio por desaparecidos, un linaje extinto.

— No creo que mis padres supieran nada de esto, ni aún mis abuelos. Nunca hubiera imaginado nada parecido a esto.

El zorro de ojos negros miró a Ji Seok, quien permanecía callado, mirando solamente a Wooyoung pues claramente no tenía la habilidad para verlos a ellos.

Necesitamos hablar, pero este no es un lugar adecuado. Vendrás con nosotros.

— ¿Eh? ¿A dónde?

Sin embargo, el universitario no tuvo oportunidad de preguntar más nada. Las colas del zorro de ojos negros envolvieron su cuerpo y luego simplemente desapareció.

— ¡Wooyoung! — Ji Seok gritó su nombre, alzando la mano demasiado tarde cuando su novio ya había desaparecido delante de sus propios ojos.

Al mismo tiempo, Mokomichi llegaba hasta ahí, habiendo alcanzado a ver solamente cuando los zorros desaparecían. Agitado por la situación, el japonés preguntó directamente a su amigo a dónde habían ido.

— Espera, ¿tú viste lo que pasó? — Ji Seok dijo incrédulo. El japonés no tenía tiempo sin embargo para disfrazar nada, y de una forma u otra la realidad es que el abogado estaba tan involucrado como él.

— Sí, lo vi. Ahora dime, ¿sabes a dónde fueron?

— ¿Fueron? ¿También viste con quién estaba hablando Wooyoung?

— ¿Acaso tú no?

— No. Y eso obviamente me hace darme cuenta de que tú sabes algo que yo no. Así que empieza a hablar Hayami.

— No tengo tiempo para eso, necesito encontrarlos. Lo siento Ji Seok, pero esta vez vas a tener que esperar.

— Oh no, no, no. No pienso esperar. Iré contigo a donde quiera que vayas.

— Pues eso, estimado amigo, es justamente el problema. Porque no tengo idea de dónde buscar ahora… — Mokomichi se tocó el pecho, ahí donde podía sentir la calidez del Aliento del zorro de ojos oscuros… — Estás demasiado tranquilo, ¿acaso ChangMin no corre peligro alguno? ¿Por qué me pediría entonces que le buscara? ¿Dónde estás, ChangMin ah? — Preocupado, el japonés comenzó a drenarse el cerebro en busca de respuestas, Ji Seok igual.


Cuando Wooyoung sintió de nuevo que sus pies tocaron suelo, una arcada le hizo doblarse y terminó volviendo el estómago. Solo entonces se percató de que estaba en un bosque, y que lo que pisaba no era otra cosa que pasto, ramas y hojas secas y un terreno más bien desigual. Parecía una colina. O tal vez el claro en una montaña.

— ¿Dónde estamos? — Preguntó tras sentirse un poco más tranquilo.

— En un lugar seguro para nosotros.

— Lo siento por…

— No te preocupes, a cualquier humano le pasaría ya que no están diseñados para este tipo de viajes.

— Así que, por qué vinimos hasta aquí.

Te lo dije, es un lugar seguro. Hay otros seres mágicos que deben estar al pendiente de ese libro ahora. Cuando nos convocaste, créeme, activaste una hechizo que alterará el ánimo entre las criaturas mágicas.

— Por qué.

Clan de Guardianes, antes que conformarse como tal eran conocidos como cazadores de fantasmas. Aunque la fracción mayoritaria no cazaba criaturas mágicas, una mínima si lo hacía. Las criaturas mágicas menores eran sus principales blancos, ya que la magia de tu linaje les permitía tener algún control sobre los planos astrales, estas criaturas eran obligadas a pasar al plano humano, donde eran vulnerables y eliminadas. De ese modo se hicieron de cierto reconocimiento entre algunas villas, la voz pronto llegó al Palacio Real, y en poco tiempo el Clan Jang fue convocado para ser aliado del Imperio. Sin embargo, la fracción mayoritaria se unió al Imperio para desentrañar las confusiones que se habían suscitado, querían presentarse como Guardianes y no cazadores, obviamente eso no estaba en los planes del Imperio, así que no mucho después la fracción del Clan Jang fue inevitable. Conocí a algunos de tu linaje directamente, hace doscientos años, protegieron en una de sus Villas una parte muy importante de mí, a cambio de sus favores desinteresados, les brindé un poco de mi magia. Magia que deposité en ese libro.

El zorro de ojos negros tocó con una de sus colas el libro en mano de Wooyoung. El universitario miró de hito en hito a los tres zorros. Sus formas animales conseguían distraerle bastante, y hacerle sentir en un sueño.

— Todavía no entiendo, por qué llegó este libro a mí ahora.

Hace doscientos años había una princesa en el Imperio. Ella no era humana, es una criatura mágica como nosotros.

— ¿Otro gumiho?

No. Solo, mágica.

— Esa mujer, ¿era mala?

Ambiciosa y caprichosa. Y poderosa… — Los grandes ojos negros del zorro entonces escudriñaron la mirada del universitario… — La conociste. Soo Ahn apareció ante ti hace días, ¿verdad?

— Sí. Pero Ji Seok se encargó de todo. Junto a otros… amigos.

¿Qué amigos?

— No… no estoy seguro.

No necesitas temerme. No soy tu enemigo, nosotros somos aliados tuyos en dado caso.

— Pero realmente no sé quiénes son. Aparecieron en casa de Ji Seok de repente, y me ayudaron a entender un poco sobre cómo podía leer el libro.

El zorro de ojos negros escudriñó nuevamente en la mirada de Wooyoung, y supo de la intervención de Jong Suk y WooBin. El zorro se relajó.

— Por qué está sucediendo todo esto. ¿Es una especie de guerra entre criaturas mágicas?

El zorro de ojos negros estuvo tentado de darle una respuesta afirmativa. Honestamente, han traído caos al mundo mortal. Sus hermanos se acercaron a él, permaneciendo a cada costado.

Cómo supiste nuestros nombres… — Preguntó el de ojos oscuros.

— Ustedes me los dijeron.

¿Nosotros?

— Cuando aparecieron en el libro.

Los zorros intercambiaron miradas. Y las colas de los tres se sacudieron inquietas por instantes, antes de quedarse calmadas en alto, esponjosas, brillantes.

Qué más te dijimos.

— Por qué me preguntan algo que deberían de saber.

Aunque aparentemente nosotros hablamos contigo a través del libro. Solo fueron retazos de mi magia. Estoy unido a mis hermanos por la sangre, por la magia, por el amor de nuestra madre. Las reminiscencias sin embargo eligen cómo manifestarse. Así que no, no sabemos qué te dijimos antes, Wooyoung ah. Pero es importante que lo sepamos.


Cuando Yunho escuchó el grito de Sung Jae había apresurado la mirada hacia él, sorprendiéndose al no encontrar a Jaejoong con él.

— A dónde se ha ido Jaejoong.

— No tengo idea. Omma de pronto. De pronto tomó su forma zorruna y se fue de aquí a gran velocidad. Yunho hyung, tengo un presentimiento extraño, tengo que encontrarlo.

— No se me ocurre ningún sitio a donde pueda haber ido, excepto con Junsu y ChangMin. Y ellos aún están en la Mansión Park.

— Entonces comencemos por ahí, Yunho hyung.

El trayecto no era largo, pero les pareció eterno a ellos dos. No intercambiaron palabras hasta que casi llegaban a la Mansión, cuando Sung Jae le preguntó al moreno si alguna vez se había sentido como si no fuera él mismo.

— Sí, de ese tipo de sensaciones que hace a uno pensar algo como “ah, por un momento sentí como si no fuera yo mismo, como si otra persona hubiera entrado en mi cuerpo”. Algo como eso.

— Por qué me preguntas algo así, Sung Jae.

— Eso… — El muchacho se mordió el labio inferior, indeciso entre decirle o no… — Usted, me recuerda a alguien.

— ¿A quién?

— Creo que, a mi padre.

Incluso si el moreno quería indagar más al respecto, cuando dieron vuelta se encontraron con Ji Seok, Mokomichi… y un Yoochun visiblemente alterado que protestaba fuera de sí algo acerca de encontrar a Junsu inmediatamente.

— Qué sucede, Yoochun.

— ¡Yunho! ¿Dónde demonios te metiste? ¡Junsu y sus hermanos desaparecieron con Wooyoung!

— ¿Desaparecieron? ¿Wooyoung? ¿Cómo es que Wooyoung está metido en esto repentinamente? ¿Ji Seok?

— Tengo las mismas, no, más preguntas que ustedes, así que no pierdas tiempo tratando de sacarme algo a mí. ¿Quién es el chico?

— Kim Sung Jae, hijo de Jaejoong.

— ¿Hijo?

— Ah, omite eso por el momento… — El moreno dijo, esperando que el muchacho no se molestase por ello… — Vamos todos a calmarnos y analizar todo lo que pasó. Jaejoong y los otros no pudieron desaparecer sin razón alguna.

— Tal vez yo pueda encontrarlos… — Sung Jae señaló. Y las miradas de los cuatro hombres cayó sobre él… — Ya que soy igual a ellos, creo que puedo si lo intento. Pero, no parece que estén en peligro o el Aliento de mis tíos se habría alterado. Cuando omma se marchó, tampoco le sentí temeroso o molesto. Más bien había una sensación de premeditación, como si supiera de alguna manera que lo que pasó iba a ser así.

— Antes de que ChangMin se marchara me dijo que lo buscara. Por qué me pediría algo así si no estuvieran en peligro.

Tal vez nosotros podamos darles algo de claridad al respecto… — Jong Suk y WooBin aparecieron de repente.


La Abuela de los Tres Dioses estaba enojada. Hacía unos minutos que sintiera la magia del libro, y luego la esencia mágica de los tres zorros se había esfumado de sus percepciones. Soo Ahn ha sido convocada a su Templo de inmediato.

— Comienza a ser molesto todo esto. Encárgate de una vez por todas Soo Ahn.

— ¿Vas a dejarme usar mis propios recursos?

— Recuerda que los quiero vivos, mientras cumplas con ese mandato, el resto lo dejo a tu criterio.

— Se hará así entonces, Abuela… — La mujer sonrió perversa, y haciendo una venia a modo de despedida, giró sobre sus talones saliendo del Templo a toda prisa.



Continuará……

2 comentarios:

  1. Ya sabía que mi Chunne se pondría loco por no saber de Junsu, además de que no entiendo nada. La tal So Han...parece no ser de las que hace las cosas por la buena....me queda claro que se va a poner café la cosa.

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