domingo, 23 de abril de 2017

NEED. Parte 6 (Miniserial TVXQ/JYJ)



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Parte 6

El demonio Xia extendió sus alas de fuego. Lucifer comprendió que su hijo no estaba dispuesto a ceder ni un ápice. Pelearía antes que unirse a él en el inframundo, aliarse ni siquiera era una opción en su pensamiento.

¿Me retas, hijo mío?

— Lo hago. Porque no tengo ningún vínculo particular contigo, Lucifer. Todo lo que nos une viene de la sangre, pero no es ni de cerca tan importante como lo que me une al Señor, a los cielos y a la tierra. No es ni la milésima parte tan importante como lo que me une a Yoochun.

Enamorado de un demonio. Tal cosa está destinada a fracasar, a traer desgracias y más guerras. ¿No lo entiendes? ¡Los demonios no podemos amar!

— Tal vez tú no lo hiciste, Lucifer. Pero en mí reside no solo tu sangre demoniaca, sino también la luz de mi madre. La Querubín más hermosa y querida por el Señor. Más padre del que tú nunca fuiste ni podrás ser.

A Lucifer aquellas palabras no le afectaban de ninguna manera en particular. Porque no tenía corazón y su alma era solo maldad, odio y desesperanza. Y Xia lo sabía. Y no podía evitar tener ese pequeño miedo en el fondo de su corazón de poder convertirse en un demonio así. Sin embargo, no era ese el momento para dejarse atormentar por aquel pequeño temor, pues tiene algo mucho más valioso e importante por lo que luchar.

Así, alzando el vuelo y yendo de frente, arremetió contra su padre desplegando el poder que le viene del mismo infierno. Lucifer sonrió con malicia, recibiendo el embate de su hijo con apenas una mano, la cuchilla de fuego que Xia creara en su diestra no era tan poderosa como para hacerle perder la compostura. En la siniestra de Lucifer, la imagen etérea de Yoochun continuaba mostrando al detective.

Tú lo quisiste así, Xia. — Dijo, y el pelirrojo vio a través de aquella etérea imagen a Park gritar de dolor.

El joven demonio retrocedió con un aleteo de fuego, apostando una rodilla sobre el suelo cubierto de piedra y agua, pues la nieve se ha ido derritiendo ante la presencia del regente de los infiernos. Tragó hondo y prestó atención a la imagen etérea, Park se retorcía de dolor mientras su amigo Mokomichi intentaba sacarle del departamento y llevarle a un hospital.

Sabes lo que sigue, Xia. Ninguna medicina humana podrá curar su dolor. Y no le concederé fácilmente la muerte.

Xia pasó saliva, empuñó sus manos y trató de pensar con serenidad. Porque lo que necesita es idear un plan para romper el vínculo, cualesquiera que tal sea, y evitar que su padre pueda dañar al azabache.

Esa es la mirada que quería ver en ti, Xia.

Y es que en los ojos del pelirrojo, el ámbar nacarado de sus pupilas parecía crepitar como pequeñas brasas de fuego. Ira es lo que hay en aquellas cuencas otrora inocentes y puras, pero en ese momento llenas de odio y rencor hacia su progenitor.

--//--

En el departamento de Park, Mokomichi se ha dado cuenta de que no puede tocar a su compañero y amigo. Cuando intentó sacarle de la habitación, la piel del azabache le había quemado cual si estuviera cubierto de fuego, aunque no había ni rastros de llama en él. Resultaba extraño, tenebrosamente extraño.

— ¡Maldición! ¿Qué se supone que haga ahora? — Pensaba el detective japonés, desesperándose por no poder ayudar a su amigo.

No solo estaba imposibilitado (por alguna razón sobrenatural) de tocarlo para sacarle de ahí, sino que Park parecía no escuchar y no hacía más que retorcerse de dolor en el piso, apretando en momentos tan fuerte la mandíbula que ha comenzado a sangrar y botar saliva. Encima de todo, cuando el detective intentó dar un paso fuera de la habitación, una invisible barrera le había impedido avanzar.

— ¡Qué mierda es esta! — Exclamó, sacando su arma y disparando a la nada, a esa barrera invisible en la que rebotaron las balas, cayendo al piso sin efecto alguno. — ¡Joder, joder! — Desesperado por ayudar a su amigo, el japonés ha lazando su arma contra la barrera, y comenzado a golpear y patear en un fútil intento por hacer algo.

--//--

Xia sabe que no puede perder más tiempo. Pero nada se le ocurre, ver a Yoochun sufrir le duele en el alma.

…— Entonces, como decía. Los anillos del alma sirven para unir el espíritu de los demonios, o los ángeles en tal caso, para la eternidad. Sea entre sí, o incluso con los mortales. Lo que no tiene gran caso, ya que la vida de los humanos es tan corta.

¿Y tú quieres unirte a mí para la eternidad?

¿Tú no quieres? ¿No te soy suficiente?

Xia se rio, contagiando a Yoochun. El tema parecía sin importancia, pero el hecho de que siquiera lo estuvieran tomando ya refería cuán estrecho era el vínculo que habían creado…

El recuerdo le golpea la mente y el anillo en su mano brilla intensamente. Una sonrisa curva los rosados labios del demonio Xia y creando una espada de fuego en la siniestra, se lanza de nuevo al ataque contra su progenitor.

¡Eres terco! ¡No puedes vencerme!

— ¡Puedo y lo haré! — Exclama embistiendo una y otra vez contra su progenitor.

Descubriendo así que el poder de Lucifer decrece con cada ataque. Comprende que en realidad su padre está débil, que le busca y necesita su alianza con desespero porque probablemente está muriendo y no quiere tal cosa como la mortalidad. Se da cuenta también de que al mantener el sufrimiento de Park a tal distancia consume más energía de la que mismo Lucifer quisiera. Y esa, es su real oportunidad.

— ¡Levántate, Yoochun! ¡Despierta de una maldita vez! — Xia gritó, empujando entonces su mano contra la imagen etérea, intentando atravesar con su propio poder el tiempo y la distancia, alcanzar a su amante y traer de vuelta su esencia demoniaca.

Lucifer, al darse cuenta de lo que su hijo pretendía, se alejó de un salto. La cola en su espalda se crispó con recelo.

— ¡Miedo, padre? — Siseó con sorna, con brillantes ojos ambarinos y más fuego encendido en sus alas membranosas.

¿Qué podría yo temer, Xia? — Dijo, intentando sonar indiferente, pero titubeando apenas un poco. Pero el pelirrojo, tan alerta como estaba, se percató de ello.

Alzó su mano, y besó el anillo en su anular.

— Anillos del alma, padre. Una vez formado el vínculo, incluso podríamos retar a la muerte.

Xia se lanzó una vez más al ataque, usando sus alas como armas junto a las espadas gemelas que creó en sus manos. Lucifer no tenía más opción que usar ambas manos para combatir también. La imagen etérea se mantuvo al flote, Park todavía sufría la ambición de Lucifer, pero el dolor había disminuido y el tatuaje en su pecho ardía pero sabía a alivio tal sensación.

— ¡He dicho que despiertes, Yoochun! ¡Prometimos no separarnos nunca!

--//--

— ¡Ng! ¡Angh! — Park se llevó la mano al pecho, al ala tatuada en su piel, acariciando inconscientemente las líneas trazadas con fuego ahí.

Y Mokomichi fue testigo de la forma en que los dedos de su amigo atravesaron su propio pecho, hurgando en su interior mientras su cuerpo temblaba de pies a cabeza pero el dolor parecía menguar. Unos instantes después los dedos del azabache sostenían el anillo que se sacara del pecho. Era dorado y parecía tener luz propia. La argolla fue deslizada con tintes de dificultad en el dígito anular. Y apenas aquello pasó, una onda de fuego emanó del cuerpo de Park.

El dolor se había ido. El íncubo ha despertado, hijo de Lilith y Belial.

Mokomichi vio ante sí entonces a un hombre diferente. El demonio lleva largo el cabello, tan negro que destellos zafiros adornaba los mechones azabaches, tenía colmillos y una cola puntiaguda que se agitaba en su espalda.

— ¿Yoochun?

Cuando el íncubo le miró, el japonés solo vio en los ojos otrora oscuros, dos brasas de rojo fuego, y tembló inconscientemente.

— Quédate aquí, amigo.

Sin embargo, cuando el demonio avanzó hacia él y palmeó su hombro, Mokomichi sintió cualquier temor a este desconocido hombre, desaparecer. Y vio al íncubo dar media vuelta, acercarse a la ventana y brotar en sus omóplatos dos alas oscuras, como plumas grises manchadas de carbón. Y en un santiamén, levantar el vuelo, reducir a añicos la ventana y salir volando a gran velocidad de ahí.

--//--

Lucifer chasqueó la lengua con desdén cuando vio al íncubo librarse de su poder. Xia sonreía. Su amante ha despertado, finalmente.

¿Crees que esto es bueno para ustedes, Xia?

— Lo creo, Lucifer.

He gobernado en los infiernos durante milenios, ¡ustedes no son más que un par de críos!

— Y así nos temes, Lucifer. Yoochun llegará en cualquier momento, ¿estás seguro de que quieres permanecer aquí?

El regente del infierno vociferó, pero volvió al averno con rapidez.

Xia cayó de rodillas al piso, el olor a azufre aún flotaba en el aire y la nieve había desaparecido en un considerable páramo alrededor, las grietas en el suelo se mantenían también. Pero ha ganado una batalla.

No mucho después el aleteo del íncubo hizo eco en sus oídos, viró la mirada y pronto se encontró con aquellos ojos rojos como el fuego que tanto amaba.

— ¡Yoochun!

— ¡Xia!

Los demonios se han encontrado estrechándose en un abrazo. Y besado luego con la pasión contenida durante más tiempo del que podrían tener conciencia. Un beso húmedo, fogoso, tan encendido como la naturaleza misma de los demonios. Inevitablemente el deseo y la lujuria también les ha despertado al reencontrarse. Xia ha sido levantado en vilo, y sus piernas se han enredado automáticamente en la cintura de Yoochun. Rompen el beso sin ganas de hacerlo.

— ¿Lucifer huyó?

— Sí, pero su próximo ataque será más fuerte. Debemos estar preparados, Yoochun.

— Lo estaremos, Xia. Pero antes… — Lamiéndole los labios, el íncubo presionó sus manos en el trasero del pelirrojo, besándole una vez más.

Y luego otra, y otra, y muchas más. Pero no fueron solo besos, ni caricias decentes. Las ropas desaparecieron con rapidez y el roce piel a piel llegó de inmediato. La febril necesidad de entregarse mutuamente era poderosa. Yoochun le dejó ser al principio, permitiéndole dominarle a su antojo. Xia le empujó contra el húmedo suelo, y montó a horcajadas en su pelvis mientras sentía el roce del caliente tronco de su amante entre sus nalgas. Le rasguñó el pecho mientras se acomodaba y sentía la punta contra su palpitante cavidad anal, cada movimiento sin soltarse la mirada. Fusionando sus labios con deseo.


El arcángel Yoon junto a su congénere Choikang y el Principado JeJun, estuvieron conscientes del despertar del íncubo cuando las fuerzas de los cielos y el infierno se sacudieron.

— Vienes conmigo, Choikang.

— Sí.

Ambos arcángeles comenzaron a alistarse con armas celestiales. El Principado se mordió el labio inferior inconscientemente.

— Espera, Yoon.

— ¿Qué?

— ¿De verdad, de verdad vas a, matarles?

— No hay opción. Escuchaste al Arcángel Mikaiyáh.

— Lo hice, es por eso que no puedo…

— ¿Vas a defender a un demonio, JeJun?

Xia también es un ángel. — Dijo con tono serio.

Choikang les miraba con prudencia. A veces el par de ángeles se comportaba de una forma un tanto extraña. Como si fueran más que ángeles del Señor. Como si entre ellos dos algo vibrara constantemente a la deriva, esperando el momento oportuno para fusionarse en la misma sintonía.

— No ahora, JeJun. Él sucumbió a su lado demoniaco, y mi deber es exterminarlo, junto al íncubo.

Cuando el arcángel Yoon dio algunos pasos, JeJun le tomó del brazo deteniendo su andar.

— El Señor me encomendó la tarea de entrenar al ángel Xia, y no he terminado mi encomienda. Iré contigo, y traeré de vuelta al ángel.

— ¿Y cómo piensas hacer tal cosa, JeJun? No tienes un poder de tal naturaleza.

— ¡No me subestimes, arcángel idiota! — Exclamó, resoplando molesto y cruzando los brazos en su pecho.

El arcángel Yoon parpadeó atónito. Un ángel maldiciendo no era algo que se viera comúnmente. Entre arcángeles tal vez (basta como ejemplo la boquita de Choikang), pero un Principado de la categoría de JeJun, estaba simplemente sorprendido.

— Bien, vienes. ¡Pero más vale que sepas bien defenderte solo porque no voy a estar cuidándote las espaldas!

— ¡Como si lo necesitara!

— ¿No son como una pareja enamorada? — El arcángel de cabellos morochos dijo para sí, siguiéndoles el paso sin demasiado ánimo de aguantar sus absurdas disputas. — ¿No deberíamos ayudar de alguna manera al detective Mokomichi?

— Ah, es cierto.


Cuando Principado y arcángeles arribaron al departamento de Park, Mokomichi estaba sentado en la estancia, golpeando insistentemente su pie contra el piso, mirando continuamente el reloj de pared en uno de los muros y jugando insistentemente con su móvil.

¿Le borro la memoria? — Choikang preguntó, los tres apostados silenciosamente y ocultos deliberadamente con sus auras angelicales.

No lo hagas, podría sernos de ayuda.

¿En qué manera nos ayudaría un simple mortal, JeJun?

No eres tan astuto, Yoon.

Quieren dejar de pelear y decidirse. — Choikang bufó, chasqueando la lengua y mirando atentamente cada movimiento del detective japonés. — Puede que el Principado JeJun tenga razón. Pero revelarnos ante él podría ser bastante chocante.

¡Ahí tienes! Choikang entiende mi punto.

Bien, bien. No le borramos la memoria, pero entonces cómo nos presentamos ante él.

Era el verdadero asunto por resolver.

--//--

Cuando Xia sintió la erección de su amante tocando profundamente en su interior, se estremeció placenteramente. Aunque ahora fuese él a quien Yoochun dominaba a su antojo, embistiendo su estrecha cavidad con salvaje pasión mientras le sostiene empotrado contra el seco tronco de un árbol viejo.

— Yoochun~.

— Eché tanto de menos sentirte así, Xia. Apretándome tan ferozmente. — Susurró en su oído, mordisqueándole ahí, luego la línea del cuello, penetrando más fuerte, más lento. 


Lamento mucho la demora~ pero acá tenemos nuevo minicapi. Espero lo disfruten~ 

Ya Ne! ;D 

7 comentarios:

  1. ehhhhh.....
    nuevo capi y yo perdida buabua.... me reencanto amo como su amor trasciende en barreras de tiempo... gracias por tan lindo regalo.... besos y abrazos a la distancia...
    matta ne... <3

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    1. Siento haber tardado tantísimo en responder~

      No sé si lo viste, pero está la 7ma parte colgada :D

      El amor del YS siempre trascenderá, no importa ante qué *-*

      Ya Ne!

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  2. Por queeeeeee!!!!! En lo mejor del asunto me lo dejas a la mitad u.u bueno... Esperaré pacientemente el siguiente u.u

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    1. Pero compencé bien en lo siguiente, no¡ 7w7 xD

      Y sigues esperando pacientemente, pero ya hoy, o mañana subo más de NEED, aprovechando que la srita. inspiración se ha quedado de visita conmigo *-*

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  3. Es impactante la forma de Xiah al defender a Yoochun, lo ama tanto que no teme que Lucifer lo llegue a matar.

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    1. El poder del amor, literal, sobre todo cuando son estos demonios los que lo sienten, listos para enfrentarlo todo con tal de protegerse y amarse <3

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  4. Por fin el YooSu junto de nuevo. Aunque temo por oo que los arcangeles puedan hacerles. Esoero que Jae pueda hacer algo para salvarlos..
    Y el YunJae que cuento se trae??

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